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Bares y restaurantes tenían hasta hoy a las 12.00 horas para mantenerse abiertos. A partir de este momento, es obligatorio que echen la persiana. En las últimas horas, han sido numerosos los que en algunas partes de Santander (sobre todo en la calle Castilla) han apurado hasta el límite dado por el Gobierno regional, que ayer decretó que la hostelería debía arrimar el hombro ante la excepcionalidad de las medidas tomadas por el Gobierno central.
También en Peña Herbosa ha habido clientela dando los últimos tragos en compañía en lugares públicos hasta casi la hora fijada para la clausura. Varios de los bares de esta calle han tenido actividad hasta que, poco antes del mediodía, se ha registrado «un cambio drástico» y, «en cuestión de 15 minutos han ido todos bajando la persiana», ha contado una persona que se encontraba por la zona. «Ahora da pena ver la calle. Está cerrada a cal y canto». Algunos de los establecimientos se dedicarán, a partir de este momento, a cocinar a puerta cerrada para dar comidas o cenas por encargo y con reparto a domicilio, ya que esta última actividad sí está permitida.
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