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Fue un alarde de autoridad ruidoso y sobreactuado, al borde de la humillación. Ante la crema de las clases política, social y empresarial de Cantabria ... que habían acudido a escucharle en el arranque de la nueva temporada del Foro Económico de El Diario, Miguel Ángel Revilla dedicó una dura regañina pública a los dirigentes del PSOE que, dispersos por las mesas, miraban hacia el techo. Como el maestro a los niños revoltosos, como el jefe a los subordinados negligentes, el presidente abroncó con destemplanza a sus aliados políticos y les ordenó que no provocasen ni más líos ni más cambios en el Gobierno de coalición, ahora que comienza la fase decisiva de la legislatura. Pablo Zuloaga, que había acudido al acto con el debutante consejero de Educación, Francisco Fernández Mañanes, se marchó muy serio al Parlamento donde debía firmar con el propio Revilla, que le recibió todavía con gesto desabrido, el nuevo pacto PRC/PSOE. En el Hotel Bahía se quedaron más risueños, en la idea de que el rapapolvo obraba a su favor, la vicepresidenta Eva Díaz Tezanos, el consejero cesante Ramón Ruiz, Rosa Inés García y Salvador Blanco, instalados en la cuerda floja, y otros altos cargos del aparato gubernamental socialista. Alguno hasta canturreaba ‘por lo bajini’ los versos de Carlos Puebla, el hagiógrafo cantor de Fidel y su revolución: ‘Se acabó la diversión, llegó el comandante y mandó a parar’.
Ya es tarde para eso, con el fragor que ha alcanzado la batalla socialista. Antes de las primarias, Pablo Zuloaga insistía en que, si ganaba, quería mantener a Eva Díaz Tezanos en el Gobierno mientras el equipo de la vicepresidenta aseguraba que, en caso de derrota, dejaría el cargo de inmediato. Ahora Zuloaga quisiera quitarse de encima a su antecesora, pero ella se resiste contra viento y marea. La bienintencionada bicefalia se ha vuelto insoportable.
Invocan los partidarios de Díaz Tezanos el pronunciamiento del nuevo secretario general del PSOE asturiano, Adrián Barbón, decidido a respetar la autonomía del Gobierno de Javier Fernández, y hasta el consejo de Felipe González, según el cual el Gobierno debía mandar en La Moncloa y el partido en Ferraz, aunque eso lo decía cuando él mandaba en las dos sedes. En el caso de Cantabria, si Zuloaga ha afrontado el riesgo de arrebatar el liderazgo a quien era también la vicepresidenta del Gobierno no será sólo para encerrarse en Bonifaz a controlar el pago de las cuotas y dejar a los derrotados el monopolio de la acción política en el Ejecutivo.
Zuloaga se hizo con el mando del PSOE cántabro con un resultado ajustado, pero inapelable. Sin embargo, ahora enfrenta serias dificultades para gestionar su victoria y consolidar su autoridad, recuperar la unidad del partido y también reafirmar su consistencia frente al crecido regionalismo. Suya es la responsabilidad, aunque los adversarios internos le opongan resistencia en todos los frentes.
En el congreso de julio y en las semanas posteriores el PSOE desaprovechó la oportunidad para alcanzar una paz negociada y frenar el desgaste colectivo ante las cada vez más cercanas elecciones de 2019. Es más difícil ahora que se han producido las primeras bajas en la Consejería de Educación y hay un mandato del partido para el cese de los directores de Sodercán y MARE, que incluso ha sido registrado en el Gobierno para recordarle a Díaz Tezanos, y de paso a Revilla, que no hay marcha atrás.
Los dos, Blanco y García, han puesto sus cargos a disposición de Díaz Tezanos para que juegue con libertad sus cartas. Para mantenerles o cesarles, para quedarse o para irse también. Si se trata de dar la batalla en las primarias preelectorales, se supone que es mejor el paraguas del Gobierno que la intemperie, pero hay que contar con el duro día a día de una travesía de resistencia frente a quienes no quieren que llegue a la meta.
La ejecutiva llegó a especular con el expediente disciplinario a Díaz Tezanos, que tiene en su historial la expulsión de Blanca Rosa Gómez Morante por su negativa a la moción de censura acordada por el partido en Torrelavega. Este caso es distinto, replica el equipo de la ex secretaria general, y de hecho la idea del expediente ha decaído por precipitada, pero ahí está por si hace falta en el futuro. Zuloaga insiste en su optimismo y cree que su antecesora asumirá finalmente la disciplina partidaria.
Mientras tanto hay que rematar la negociación presupuestaria con el PRC. La reprimenda de Revilla fue una exhibición de jerarquía frente al debilitado socialismo, ahora que toca repartir el dinero y luego conseguir la aprobación de las cuentas en el Parlamento. La nueva dirección del PSOE asegura que el equilibrio está garantizado en el nuevo pacto, al PRC le salen bastante mejor las cuentas provisionales y la facción de Díaz Tezanos derrocha ingenio corrosivo a la hora de describir el peaje presupuestario que el PSOE paga a Revilla por firmar el relevo de la Consejería de Educación: ‘El fichaje de Mañanes ha costado 130 millones, el tercero más caro del verano, después de Neymar y Mbappé’.
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