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Los acusados de falsificar billetes de 20 y 50 euros y ponerlos en circulación en Cantabria, por lo que el fiscal pide una pena ... de 10 y 8 años de cárcel, han negado los hechos que se les imputa en la primera de las cuatro sesiones del juicio que ha arrancado hoy en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria.
Según el ministerio fiscal, dos de los acusados eran los ideólogos y promotores de la actividad, contaron con la colaboración de familiares y amigos para la distribución y canje de los billetes ilegales, y podrían haber confeccionado billetes que puestos en el mercado alcanzarían un valor de 237.000 euros.
Sin embargo, todos ellos, salvo uno, que se acogió a su derecho a no declarar, negaron los hechos. Todos coincidieron en que no tenían billetes falsos ni habían intentado colarlos en ningún establecimiento. «Yo no he pagado con ningún billete de 50 euros falsos», apuntó uno de los acusados a preguntas del fiscal. «La Guardia Civil nos requisó a mi mujer y a mi 500 euros de la renta social básica y luego nos los devolvieron sin que apareciese ningún billete falso entre todo ese dinero», apostilló, al tiempo que insistió en que «no tengo billetes falsos. El billete de 20 euros que me incautaron no era falso, era de verdad».
De su lado, otro de los acusados y padre de uno de los supuestos cabecillas, a los que el fiscal pide la pena máxima, declaró que «nunca vio nada raro en su casa, ni a su hijo falsificando billetes. Todo el material que se llevó la Guardia Civil apareció en mi salón por la noche, no sé de dónde salió«.
El escrito de calificación de la Fiscalía relata cómo los acusados fabricaban los billetes de 20 euros mediante una fotocopia impresa en papel timbrado de un billete original, obteniendo así una copia de calidad.
Luego recortaban el holograma de un billete auténtico y el holograma de la fotocopia en papel timbrado y los intercambiaban, de manera que obtenían dos billetes de 20 euros a partir de uno original, y ambos con partes originales. De esa manera, subraya la fiscalía, «podían inducir a error en las máquinas de cambio o a terceras personas».
En el caso de los billetes de 50 euros, fotocopiaban un billete original sobre papel timbrado y pegaban en él un trozo de foil –papel transferible metalizado.
«Una vez confeccionados así los distintos billetes procedían de común acuerdo a su distribución o canje en distintos comercios de distintas localidades de la comunidad autónoma», explica el escrito.
En la entrada y registro de la vivienda de uno de los dos principales acusados, en Hoznayo, se localizó papel timbrado comprado en estancos, un billete con el holograma cortado, fotocopias de billetes, múltiples billetes ya confeccionados, una cortadora de papel y dos impresoras. El otro cabecilla guardaba en su domicilio de Hazas de Cesto cartuchos de tinta para la impresora.
Con el papel timbrado que fue intervenido y las herramientas que empleaban podrían haber confeccionado billetes que puestos en el mercado alcanzarían un valor de 237.000 euros en billetes falsos.
La fiscalía considera los hechos un delito de falsificación de moneda de curso legal, por el que solicita una condena de diez años de prisión y multa de 135.840 euros para cada uno de los dos cabecillas, y ocho años de prisión y la misma multa para el resto de los acusados.
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