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La ley electoral tiene estas cosas. Premia en unos lugares y castiga en otros. Habitualmente, el método de reparto de escaños ideado por Victor d'Hondt tiende a reforzar al partido ganador en cada circunscripción, pero no ha sido así en Cantabria. El PP se convirtió en la noche del domingo en claro triunfador del 23J, pero el crecimiento del 16% no se tradujo en más diputados en el Congreso y la decepción era evidente en las filas populares. Se quedó con dos, los que ya tenía. En cambio, los socialistas, que también crecieron de forma importante, aunque seis puntos menos que sus rivales, sí convirtieron ese incremento de papeletas en un segundo escaño en la Cámara Baja. La lista que encabezó Pedro Casares sobrepasó los 115.000 votos, el mejor resultado desde 2008.
Si suben los azules y suben los rojos, la consecuencia lógica es que también sube el bipartidismo. En Cantabria, las dos fuerzas hegemónicas a derecha e izquierda sumaron el 75% del apoyo popular, el porcentaje más alto en los últimos doce años. Hay que remontarse a las generales de 2011 para encontrar una tasa mejor, ya que entonces rondó el 78%. Y en aquella ocasión PP y PSOE no dejaron hueco para un tercer partido. Pero ahora, sí. Con el 14,07%, Vox y su candidato, Emilio del Valle, han logrado por la mínima el diputado. Se suele decir que en Cantabria es necesario superar la barrera del 15% para tener el billete a Madrid y es posible que esa regla se cumpla y que el partido de Santiago Abascal se quede sin su escaño una vez que se recuente el voto de los cántabros que residen en el extranjero. Esos sobres se abrirán entre el viernes y el sábado y pueden cambiar el reparto de escaños porque, ahora mismo, los márgenes en la pelea por el quinto diputado están muy ajustados. El PP se quedó a 428 papeletas –la diferencia fue en algún momento de cerca de 3.000, pero se fue reduciendo a medida que avanzaba el recuento– de arrebatárselo a Vox.
Y ese 'robo' se podría consumar. Según los datos de la Delegación del Gobierno, hay más de 41.000 cántabros que viven fuera con derecho a voto, aunque es cierto que normalmente su participación es inferior al 10%. Si se repitiera el resultado de las autonómicas –PP con 835 votos, PSOE con 538 y Vox con 303–, los populares tendrían al alcance de la mano el tercer diputado, sobre todo teniendo en cuenta que en estas elecciones el bipartidismo ha crecido y que la movilización ha sido importante, por lo que es más fácil que existan márgenes más elevados entre los partidos grandes y los pequeños.
No vendrán votos de las embajadas de todo el mundo con las siglas del PRC, que decidió no presentarse a las elecciones generales ante el riesgo de no lograr diputado. ¿Dónde fueron este domingo esos apoyos? Dice Miguel Ángel Revilla que mayoritariamente hacia la izquierda, pero con los datos en la mano parece lógico pensar que hubo un reparto equilibrado entre bloques. En porcentajes, la subida del 16% del PP puede explicarse –cabrían otros sumas, esta solo es una propuesta– si se da por hecho que absorbió íntegramente el 5% que dejó huérfano Ciudadanos y un 10-11% del regionalismo. El otro 10-11% de José María Mazón –en total tuvo un 21% en noviembre de 2019– habría caído hacia el PSOE.
Ese razonamiento también encaja si se baja al plano municipal. Un ejemplo: Torrelavega. En la capital del Besaya, Sumar repitió las cifras que tuvo Unidas Podemos y Vox apenas experimentó cambios. Sí subieron, y mucho, PSOE y PP. Los primeros de 8.249 a 12.326 y los segundos de 6.106 a 10.736. Cada uno ganó alrededor de 4.000 papeletas y 8.000 en conjunto. Son los 7.000 que tuvo el PRC en la última cita con las urnas para elegir un presidente nacional y los 1.000 de diferencia que salieron de la abstención a las dos opciones mayoritarias en la ciudad. Porque exabstencionistas que esta vez sí decidieron ejercer su derecho al voto hubo muchos, no solo en Torrelavega, sino en toda Cantabria. La comunidad autónoma fue la que tuvo el récord de participación a nivel nacional con un 75,35%, diez puntos más que en 2019 y cinco puntos más que la media de España.
Las claves
PP La victoria es agridulce porque no se traduce en más diputados. El 42,1% de apoyos es diez puntos inferior al que logró Mariano Rajoy en su mayoría absoluta.
PSOE Casares obtiene para los socialistas el mejor resultado desde 2008. Son primera fuerza en 17 municipios, dos más que hace cuatro años.
Vox Pese a que aguanta en Cantabria mejor que en España, Emilio del Valle ha logrado el escaño por la mínima. De hecho, puede perderlo con el voto CERA
Sumar Ganan casi 500 votos respecto a la marca de Unidas Podemos en 2019, pero baja en porcentaje por la mayor participación. Quedan lejos del escaño.
Minoritarios De los cuatro partidos minoritarios que optaban al Congreso por la región, Pacma fue el que tuvo más apoyos, con 2.1017 votos (0,58% del total).
Voto del extranjero El sábado como muy tarde se conocerá el escrutinio de los 41.229 cántabros del exterior. En las autonómicas solo ejerció el derecho sl voto el 5%.
Participación Aunque subió en toda España (+4,1%), Cantabria tuvo el récord del país en porcentaje de votantes con un 75,35%, diez puntos más que en 2019.
Mapa regional El PP se impuso con claridad en los municipios cántabros. Los populares fueron la primera fuerza en 87 ayuntamientos y el resto fue al PSOE
En blanco Hubo 3.249 cántabros que acudieron a las urnas pero no apoyaron ninguna de las ocho opciones que optaban a los cinco diputados en juego.
Nulo El voto no válido alcanzó el 1,40%, con 4.955 papeletas, por lo se incrementó respecto a abril de 2019 (+1,05%) y noviembre de 2019 (+0,83%).
En el mapa municipal, el PP se ha convertido en la primera fuerza en 87ayuntamientos (+29), incluidos algunos de los más importantes como Santander, Camargo, Piélagos y Santa Cruz de Bezana. Los socialistas se impusieron en 17 (+2). Además de Torrelavega, donde el PSOE nacional duplicó de sobra los votos que logró José Luis Urraca, su candidato en las municipales, se tiñó de color rojo Castro Urdiales y Los Corrales de Buelna. Y casi El Astillero, que cayó para Alberto Núñez Feijóo por un puñado de papeletas.
Gran parte de los mensajes de Vox durante la campaña en Cantabria iban dirigidos al mundo rural. Y es cierto que, pese a la caída en apoyos a nivel autonómico en las elecciones generales del domingo, sí ha tenido un buen rendimiento en algunos ayuntamientos pequeños del interior de la comunidad. En concreto, en cuatro localidades la lista de Emilio del Valle quedó por delante del PSOE. El mayor porcentaje de Vox es el que cosechó en la localidad de Lamasón, con el 28,5% de los votos. Le siguen San Roque de Riomiera (23%), Campoo de Yuso (22,5%, aunque aquí la diferencia con los socialistas fue de solo cuatro papeletas) y San Pedro del Romeral (19%). En todos estos lugares la suma de la derecha (PP y Vox) superó de sobra el 70%.
Entre los grandes municipios de Cantabria, donde mejor rendimiento electoral tuvo el PSOE fue en Castro Urdiales. Allí los socialistas cosecharon el 45,5% de los apoyos, cinco puntos más que en otro feudo histórico como Torrelavega. Pero también a la lista de Sumar le fue bien en esta localidad, ya que alcanzó el 14,1% al convertirse en la tercera fuerza más votada, por delante de Vox. En total, el bloque de la izquierda rondó el 60%. Más porcentaje aún tuvieron estas dos formaciones progresistas en Valle de Villaverde, aunque allí el número de electores es mucho menor. En el enclave cántabro en Vizcaya, el PSOE alcanzó el 48,3% y la plataforma de Yolanda Díaz el 18,5%, lo que deja al conjunto de las izquierdas por encima del 65%.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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