El blues del autobús

Si los vecinos de Lluja, San Román, Monte y Cueto protestan, no es un capricho. Mal vamos con ese estudio elaborado minuciosamente por un equipo de nuestra excelente Universidad. En su diseño se olvidó contactar con las asociaciones de vecinos, trabajadores del TUS y con la policía, algo impropio que ahora la alcaldesa tiene que lidiar de la mejor manera posible, que para eso es la autoridad.

Cualquier movimiento que se haga en Santander con su orografía y estrechez urbanística hay que pensárselo dos veces escuchando, eso sí, a los usuarios para que el trabajo realizado cumpla el objetivo marcado: mejorar el servicio con sus prestaciones. Un MetroTUS no es un tramito sí y otro no, ganándole siete minutos a un recorrido de punta a punta de la ciudad. Ahora hay que escuchar a los vecinos reparando los retrasos e inconvenientes acumulados. Y eso que faltan por manifestarse los que utilizan el vehículo como medio de transporte, que seguro perderán la paciencia por esa señalización tan caprichosa dibujada por el centro de la ciudad donde la paciencia igualará a la de cualquier atasco en Madrid.

Y dicho esto, una vez realizada la obra e invertido los siete millones de euros, solo queda la responsabilizar de optimizar el servicio como plantea la alcaldesa Gema Igual. Hay que rebobinar y rectificar porque el trabajo encargado a la Universidad no ha sido tan excelente como pensábamos; porque si encima lo encomiendas a alguien que en su vida ha montado en un autobús, la propuesta empieza a ser desoladora.

A ver qué alternativas presentan PRC y PSOE para solucionar los desajustes de este carril bus. Imagino que tendrán un estudio realizado con rigor, presentándolo como solución y alternativa a los desajustes expuestos. Sería sorprendente que no tuvieran su plan elaborado. Entonces, ¿de qué solución hablamos? Aunque siempre nos quedará el Magdaleno.

@claudioacebo.com