El bocarte, a 6,9 euros en el Mercado de la Esperanza: «Hay mucha diferencia de la lonja a la plaza»

Tiene explicación. Para Unai Martín, dueño de Pescadería Unai, el tamaño es una de las cuestiones determinantes para el precio: «Cuando empieza la costera, los pescados, dependiendo del tamaño, van en un precio o van en otro». Las cifras de todo el mercado rondan los 7 euros el kilo, a excepción de la pescadería Belmonte, que ofrece dos kilos por 6 euros. Martín indica que la diferencia reside en que «no es el mismo pescado: el pez de 90 céntimos ha sido pesca pequeña, y los bocartes que tengo en mi negocio son más grandes. De ahí las diferencias a la hora de comprar un pescado con un tamaño u otro, se nota sensiblemente en el precio».

Para Marta Gómez, copropietaria de la Pescadería Marta y Enchi, el precio depende de «la oferta y la demanda». «El pescado se vende en subasta: cuando hay mucha cantidad baja de precio y cuando hay poca se encarece. Por ejemplo, al principio de la temporada ha habido mucho pescado y ha cogido buen precio», incidía antes de aclarar que el bocarte que tenía entre manos no es del que hablaban ayer de 90 céntimos, lógicamente. El de 90 céntimos era un poquitín más pequeño y, por lo tanto, ha sido muy barato». La diferencia, para Gómez, también reside en el tamaño: «Este es ideal para consumo diario, no es el chiquitín y tampoco es el grande que se utiliza para anchoa». Además, detalló que «los pescados pequeños no entran a fábrica, nosotros no podemos hacer acopio de toda la cantidad de pescado que llega a la lonja, y por eso, caen los precios». Lo ideal, a ojos de Gómez, es «un término medio: perfecto para consumo en casa, que puede ser para freír, para rebozar, para hacer boquerones», en definitiva, «es el tamaño que le gusta a la gente».

La costera comenzaba en Cantabria con «mucha cantidad», pero este factor no es el único para determinarla como «buena o mala». Unai Martín espera que «no sea como la anterior», recordando que la del año pasado «fue corta, mucho más que la de hace dos años que, a mi parecer, fue una costera de lujo». La temporada comienza en marzo y dura hasta junio y, durante esos meses, «todos esperamos que haya buenas capturas; si tiene calibre el pescado, siempre se les va a pagar más a los marineros». Y es que, según Martín, «no es beneficioso para nadie que el pescado caiga en precios. Cuanto mayor tamaño tenga el pescado, mejor se va a pagar a los marineros y mejor producto vamos a ofrecer en el mercado a los clientes».

Pese a las apuestas de muchos, la costera es impredecible. «Cualquiera que te dé un titular tratando de adivinarlo es hablar por hablar», aseguraba Milagros Saiz, vendedora en Pescadería Abando. «Todavía no se sabe cómo va a ser la temporada y el tamaño de los que han llegado a estas alturas de marzo es normal», razonaba. El bocarte va creciendo «según se va metiendo en el Cantábrico», añadían desde las pescaderías. Sin embargo, para algunos clientes, los que había ayer en el Mercado de la Esperanza «son un poco pequeños, aunque de buena calidad». Eso sí, «del precio que dijeron en la lonja a lo que se ve en la plaza, hay mucha diferencia», lamentaba.

Pese a todo, con tan solo dos días de temporada desde que se comenzó a vender la costera en las pescaderías, algunos clientes ya han repetido. Como Villanueva, que lleva esperando este momento desde la temporada pasada y que iba a comprar su segundo kilo. «Llevo un tiempo esperando bocartes. Siempre compro en cantidad para después congelarlos».