Borrell: «Putin está usando el arma del hambre en el mundo como instrumento de esta guerra»

Además, el hecho de que Rusia se haya marcado como objetivo de primer orden los depósitos de grano -«los destruye, los incendia»- y las infraestructuras portuarias con idea de impedir la exportación del grano ucraniano es solo «una muestra más», destacó Borrell, de cómo Vladimir «Putin está utilizando el arma del hambre en el mundo como instrumento de esta guerra», que, como alertó hace unos días, puede derivar en una hambruna planetaria.

Putin, «como no puede conquistar Ucrania, la destruye» -el grano, la infraestructuras-, a pesar de que es una guerra que «no puede ganar», concluyó el jefe de la diplomacia europea. Tantos meses después, Putin está «muy lejos de sus objetivos» y, en este contexto, a la UE solo le resta «seguir ayudando a Ucrania a que se defienda». En este sentido, y preguntado sobre el reciente bombardeo ucraniano de Moscú, Borrell fue claro: «Ucrania puede defenderse y, si pudiera destruir todas las bases desde las cuales le bombardean, pues seguramente lo haría. Hay que reconocer el derecho internacionalmente reconocido de que un pueblo agredido se pueda defender. Faltaría más», sentenció Borrell.

En este contexto marcado por la guerra en Ucrania, pero también por las consecuencias de un «mundo cada vez más complicado, más peligroso», con «mayores tendencias totalitarias y populistas» y que aún sufre las consecuencias de la pandemia, hablar de Europa y explicar su papel geopolítico se convierte en una «oportunidad», consideró Borrell.

¿Y qué papel juega la Unión Europea en un mapa de poder por el que compiten Estados Unidos o China? Para Borrell, la clave es aplicar «políticas propias» que diluyan las «excesivas dependencias» que tiene Europa en asuntos como la energía o la transformación digital.

Para empezar, según destacó, «los europeos siempre estaremos más cerca de Washington que de Pekín» dado que con Estados Unidos los países miembros comparten sistemas políticos, democráticos y económicos de naturaleza similar. «Pero los europeos tenemos también nuestros intereses particulares» en relación a China, que no tienen por qué coincidir con los estadounidenses. Por tanto, Europa tiene que tener su «propia política», una política que ahora está basada en «el intento de disminuir esas excesivas dependencias» energéticas o digitales, que se han evidenciado con la guerra de Ucrania o con el hecho de que el 80% de las placas solares europeas sean de origen chino.

A Josep Borrell también se le pidió una valoración del resultado electora en España tras el 23J. A la luz de los escaños logrados por los bloques de la derecha y de la izquierda, destacó que en España se ha roto «una tendencia que se venía produciendo en Europa en los últimos años».

«Veníamos viendo un progresivo acercamiento entre las fuerzas políticas de la derecha y de la extrema derecha, hemos visto cómo se han formado gobiernos de coalición sobre esta base, y esto no se ha producido en España, no parece que se vaya a poder producir a la vista de los resultados», analizó el jefe de la diplomacia europea.