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Casi no hace falta ni preguntar. El tema es tan reciente que sin querer termina por colarse en todas las conversaciones. Entre los vecinos de Ajo, capital del municipio de Bareyo, ayer por la mañana continuaba el intercambio de sensaciones sobre lo ocurrido el fin ... de semana en la localidad, que fue escenario de un macrobotellón. Una actividad que derivó en actos vandálicos y una playa llena de basura. Durante la madrugada del domingo decenas de grupos de jóvenes se dieron cita en el aparcamiento de la playa de Cuberris. Pasadas las dos de la mañana, varias patrullas de la Guardia Civil disolvieron el botellón y denunciaron a unas 25 personas. Este no es el primer verano con chavales bebiendo en la calle, sin embargo esta vez el ajetreo nocturno fue «exagerado», explica José Manuel, trabajador del estanco de la localidad. Durante el sábado y la madrugada del domingo, «se escucharon coches toda la noche yendo y viniendo». Fue un no parar. A ese ruido hay que sumarle que muchos jóvenes recorrieron las calles camino al arenal con altavoces y música mientras los vecinos intentaban dormir.
Eso en cuanto al trajín que se genera antes de la fiesta que quienes residen en Ajo lo toleran con más o menos resignación. ¿Lo que más preocupa? «La basura y los destrozos», añade. Una opinión compartida por la mayoría de los vecinos. Ocurre que Bareyo no está en la lista de 53 municipios afectados por el toque de queda y fue el destino utilizado por los más jóvenes para eludir la restricción que sí está en vigor en zonas cercanas como Noja. Y la llegada de gente se hacía evidente nada más bajar de los taxis porque los jóvenes preguntaban directamente: «¿Dónde es la fiesta?».
La nueva medida se prolongará, de momento, dos semanas. Por eso ahora la preocupación es que la situación vuelva a repetirse en los próximos días. «Creo que se repetirá y la forma de pararlo es con la Policía», opinaba Noelia, de la carnicería Gerardo Álvarez. Ante la dificultad de poner freno a estas prácticas, la alcaldesa de Bareyo, Ángela Ruiz, expresó ayer a ElDiarioMontañés su intención de solicitar a la Delegación del Gobierno que refuerce la seguridad en la localidad «de la manera que considere oportuna».
Es cierto que lo más comentado fue el altercado que se produjo en una vivienda a la que accedieron varios menores mientras los propietarios estaban dentro. Pero cada vecino tiene su propia historia. Entre ellos el problema con la basura que este fin de semana volvió a repetirse. Algunos jóvenes corrieron hacia el arenal y los restos de la fiesta se vieron por la mañana. «Está todo lleno de basura». Lo que puede terminar siendo un peligro. Los grupos dejan las botellas de cristal en las rocas, allí donde al día siguiente un niño va a jugar con su familia.
Algunos vecinos ya vieron venir todos estos problemas derivados del último paquete de medidas anunciadas por la Consejería de Sanidad. «Se sabía, lo hablamos desde el jueves y pensábamos 'verás ahora que hay vía libre para venir aquí'», reconocía Covadonga mientras ojeaba las revistas en el interior del estanco. Ella añade más destrozos a la lista: en su caso, los del buzón. «Esto de dejarnos aislados...», dice. Se refiere a que Bareyo sea una especie de isla rodeada de municipios con la limitación a la movilidad nocturna.
«¿Y por qué no ponen toque de queda en todas las zonas?», se preguntaba María Luisa mientras paseaba. Aunque entiende que eso podría perjudicar al sector hostelero. «Botellón ha habido siempre», reconocía otra vecina de la localidad que prefirió no dar su nombre. «El problema ahora es la pandemia» y la escalada de contagios.
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