Boxeo como antídoto contra el acoso

No se trata de buscar camorra y acabar liándose a golpes con nadie, aunque lo parezca. Quizás antes, hace ya bastantes años, el boxeo tenía mucho que ver con los bajos fondos y los ambientes más turbios y violentos, pero eso hace mucho que quedó atrás. Ahora es una disciplina de lucha muy valorada como deporte y cada vez más demandada por usuarios de todo tipo y condición. Da igual la edad, el sexo, la forma física. Solo cuentan las ganas, la capacidad de sacrificio, la disciplina y valores como el respeto y el ansia de superación. Se trata de una modalidad que educa el cuerpo y la mente y, llegado el caso –que normalmente nadie quiere– de un conflicto o enfrentamiento, ofrece las herramientas necesarias para gestionar la situación con más seguridad y confianza. Ese cúmulo de beneficios y ventajas son los que han impulsado la práctica de este deporte, cada vez más extendido, especialmente entre los jóvenes y las mujeres. Lo saben bien tres de los entrenadores más destacados de Cantabria, por cuyas manos y gimnasios han pasado ya cientos de alumnos. Se trata de Daniel Rasilla, Iván Salcines e Iván Torres. Todos coinciden en la misma conclusión: es uno de los deportes más completos que existen a todos los niveles.

Aunque las motivaciones para sumarse a esta disciplina son muchas y variadas, en el caso de las mujeres y los jóvenes destacan, además del aspecto físico, la seguridad personal. Una inquietud motivada por los posibles casos de acoso sexual, en el caso de las usuarias femeninas, y por los de acoso escolar, en el del público más joven. Lo sabe bien Daniel Rasilla, quien llegó a ser campeón de España en esta disciplina y ahora regenta su gimnasio en Maliaño: «Cada cliente empieza por una causa diferente y busca sus objetivos». Según detalla, «hay gente que busca bajar de peso, gente que va para divertirse, otros que canalizan su estrés del día a día y sus problemas laborales y personales». Rasilla resalta que «el boxeo les crea una autoestima, una confianza en sí mismos, que a la larga también les sirve para mejorar en otras materias». Un cambio que también afecta a las mujeres que han sufrido o sufren violencia de género: «Llegan con la autoestima baja y el aprender a defenderse y el pertenecer a un grupo les viene muy bien», resalta. «Porque, aunque sea un deporte individual, trabajamos de forma colectiva y el pertenecer a un grupo de gente es una de las cosas que más valoran», añade.

En la misma línea se expresa Iván Salcines, quien compitió durante 15 años: «En mi caso siempre he tenido muchas chicas en el gimnasio». «De hecho –recalca– en niños y en adolescentes tengo más chicas que chicos, y por lo general se les da mejor a ellas que a ellos».

En su caso, al igual que ocurre en los de Daniel Rasilla e Iván Torres, Salcines tiene en su escuela de boxeo de Nueva Montaña varios casos de jóvenes que han sufrido acoso escolar y han encontrado en esta modalidad el antídoto perfecto contra esta lacra: «Tengo bastantes casos, hasta seis, de niños que han sufrido bullying. Tres de ellos tienen ocho o nueve años e incluso van al psicólogo, un tema grave», explica. Su experiencia le permite afirma que «el boxeo te da autoestima, porque es un deporte individual en el que no dependes de un compañero, sino que aprendes a afrontar situaciones complicadas por ti mismo y eso te genera mucha satisfacción personal».

Su visión es similar a la de Iván Torres, quien regenta la academia de boxeo Boxcan en Peñacastillo: «Aquí tenemos más de 50 chicas jóvenes, al final unas traen a otras porque les encanta y se enganchan. Lo hemos notado muchísimo y es algo que valoro mucho», destaca. En el caso del acoso escolar, también tiene alumnos que lo han sufrido: «En estos casos los padres me transmite que los profesores les han dicho que han notado en el niño o la niña un cambio increíble desde que hacen boxeo, algo que como entrenador te llena mucho». «Ese tipo de situaciones me ha pasado más en niños que en chicas adolescentes o mujeres adultas, pero en todos los casos el boxeo es algo que les viene muy bien», destaca.

Tanto Torres como Salcines y Rasilla destacan también el carácter integral del boxeo, un deporte que no solo ayuda a desarrollar numerosos aspectos físicos, sino que también tiene un peso destacado en el aspecto mental y, muy especialmente, en la educación en valores fundamentales que hoy en día han caído en muchos casos en el olvido: «El boxeo potencia la coordinación, la agilidad, velocidad de reacción, fuerza, potencia, resistencia…», explica Rasilla, quien añade que «además de ser divertidísimo es un deporte de los más completos que hay, tanto para trabajar el tren inferior como el tren superior». Iván Salcines corrobora este aspecto y añade que «es un deporte para todos los público, porque en mi gimnasio hay gente desde los 7 hasta los 63 años», destaca. En todos los casos, añade, «lo que más busco es inculcarle valores: superación, respeto, sacrificio… Que sepan que con el día a día se mejora».

También Torres apoya ese enfoque: «El boxeo te da muchos valores y referencias. Yo me he criado en un barrio conflictivo, se me dio bien y me centré en el deporte. Otros conocidos no y se dieron más a la mala vida», señala. «Además de esos valores, a nivel físico es de los deportes más completos que hay porque trabajas todo, el físico, lo mental, la velocidad, la coordinación…», añade Daniel Rasilla, de cuyo gimnasio han salido boxeadoras profesionales como Paula Caso –doble campeona de España–, Mariluz Peral y Marian Herrería.

Los tres entrenadores resaltan también la gran evolución que ha experimentado el boxeo en las últimas décadas. Gracias a ella, se ha convertido en una actividad realizada por todo tipo de personas. En ese sentido, Iván Salcines insiste en que «mucha gente tiene miedo al boxeo porque no lo conoce bien, pero ha cambiado mucho. Creen que les van a pegar cuando en realidad aquí no hay ningún tipo de contacto, no es necesario». Según detalla, «ahora aprendes el fundamento y es igual de exigente sin tener que partirte la cara con un compañero: al revés, es muy respetuoso», asevera.

Con todo, otra de las ventajas de esta disciplina radica en saber afrontar conflictos: «El hecho de saber defenderte en un momento determinado simplemente ya te hace actuar con una naturalidad y con una confianza en caso de que surja un problema, que ojalá no surja nunca, estés preparado», concluye Daniel Rasilla.

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