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A la izquierda, Sara Calvo (arriba) y Sara Mingo. A la derecha, Irati Izaguirre y la familia Cobo-Alonso.
Cuando el 'Brexit' entra por la puerta de casa

Cuando el 'Brexit' entra por la puerta de casa

Cántabros residentes en el Reino Unido lamentan la «incertidumbre» que rodea aún al proceso de salida de la Unión Europea, pero confían en una solución negociada para «minimizar» los efectos sobre sus planes de vida

Lunes, 14 de octubre 2019, 07:15

Casi dos millones de ciudadanos comunitarios han expresado ya su voluntad de seguir residiendo en el Reino Unido tras el 'Brexit', 115.000 de ellos españoles. Son las solicitudes que han llegado desde marzo al Ministerio de Interior para obtener el documento que permite a los europeos residentes en las islas británicas y a sus familias seguir viviendo y trabajando en el país después del 30 de junio de 2021, cuando finalice el periodo de transición en caso de que la salida del Reino Unido de la Unión Europea sea a través de un acuerdo, o del 31 de diciembre de 2020, si finalmente la marcha es abrupta.

Aunque el plazo para solicitarlo estará abierto hasta una de esas dos fechas –en función de la resolución final que se adopte–, el temor a que el primer ministro Boris Johnson ponga en marcha un 'Brexit' duro a partir del próximo 31 de octubre ha disparado la petición de ese estatus de «asentado»: sólo en septiembre lo hicieron casi 30.000 españoles. Se otorga un permiso de residencia indefinido para aquellos que lleven viviendo más de cinco años en el Reino Unido de forma continua (el 'settled status') y otro temporal (el 'pre-settled'), para aquellos que hayan residido menos de cinco años, aunque intercambiable posteriormente por el definitivo cuando se haya superado ese plazo.

En la actualidad, hay 1.644 cántabros viviendo en el Reino Unido, según la última actualización del Instituto Nacional de Estadística (INE). ¿Cómo están afrontando el proceso? ¿En qué medida les puede afectar la salida del marco comunitario? La indefinición sobre la forma y las condiciones en las que finalmente se materializará el 'Brexit', tres años después del referéndum, los cambios de guión en el proceso, la prórroga de los plazos y las noticias contradictorias han aumentado la «incertidumbre». Todos los entrevistados han recibido ya una respuesta afirmativa a su petición de permiso de residencia una vez entre en vigor el 'Brexit', pero el carácter «voluble» de Johnson y algunos casos –cercanos o conocidos a través de medios de comunicación– de comunitarios residentes desde hace años a los que se les ha negado el permiso permanente cumpliendo los requisitos solicitados, hace que la tranquilidad no sea absoluta.

Incertidumbre

«El 'Brexit' se ha convertido ya en un tema cansino, lo que queremos, por encima de todo, es tener algo claro porque aún no se sabe de forma definitiva el tipo de salida que finalmente se va a aplicar y qué va a suponer», refleja la santanderina Sara Calvo. Ella vive en Bristol, en el sudoeste de Inglaterra, desde 2013, casi siete años ya, donde trabaja de forma estable como dependienta en una imprenta/copistería. Acaba de tener un hijo junto a su pareja, de nacionalidad inglesa, se han comprado una casa, y confía en que el 'Brexit' no varíe sus planes de vida.

Calvo ya hecho los 'deberes' que hoy en día podía hacer: ya tiene entre sus manos el permiso de residencia indefinido y, aunque cumplía todos los requisitos, reconoce que obtenerlo le ha aportado «paz y tranquilidad». Una preocupación menos. Por el momento, porque si el 'Brexit' se materializa sin acuerdo, «hay cosas que me afectarán». Relata algunas. «Ahora mismo tengo la tarjeta sanitaria europea, pero después del periodo de transición, estaría obligada a contratar un seguro privado para mí y mi hijo...», apunta. También la preocupan «las mayores complicaciones» –trabas administrativas, visados, mayores costes de los viajes...– que van a encontrar sus familiares a la hora de visitarles.

«El 'Brexit' se ha convertido en un tema cansino, lo que queremos es tener algo claro»

Sara Calvo | Dependienta en una copistería de Bristol

Relata que Bristol es una ciudad «bastante cosmopolita y más abierta» que otras zonas del país, y que no se ha sentido extranjera nunca, ni antes ni ahora. «En el trabajo la mayoría de compañeros ingleses votaron en contra del 'Brexit', lamentan el resultado, y se han preocupado por si me iba a afectar y de qué manera», comenta. «También es verdad –continúa Calvo– que conozco bastantes ingleses que votaron a favor, pero lo hicieron pensando en que la economía, el país en general, iba a ir mejor, no porque no quieran extranjeros. Hubo mucha desinformación a la hora del referéndum y gente que se dejó llevar por falsos mensajes y ahora se arrepiente».

Apoyo

«Toda mi familia y mis amigos me están preguntando muchísimo por el 'Brexit', se preocupan... La sensación que tengo es que se habla mucho más del tema en España que aquí, en nuestro día a día», relata Sara Mingo, que trabaja de enfermera en el Royal Free Hospital de Londres, en Urgencias y en proyectos de investigación.

El 80% de los trabajadores con los que comparte planta proceden de distintos países de Europa. «Hay pocos ingleses porque aquí la enfermería no está tan valorada socialmente como en España y es un sector que recibe a muchos inmigrantes», explica. Un gremio, por tanto, muy marcado por las posibles repercusiones del 'Brexit'. «Por un lado, el propio hospital ha organizado charlas para hablarnos del proceso y cómo nos podía afectar. Y por otro, ha mandado cartas pidiendo que nos quedemos, diciéndonos que aprecian nuestro trabajo, que somos muy valiosos. A los hospitales no les interesa que los extranjeros podamos tener problemas y nos veamos obligados a marcharnos, porque se quedarían sin trabajadores», señala. Pero esta situación no se ha repetido en otros sectores. «Tengo muchos amigos que trabajan en la hostelería que no tienen ninguna información oficial, que no se les ha explicado nada y que lo que saben ha sido únicamente a través del boca a boca».

«Mi hospital ha mandado cartas a los extranjeros pidiendo que nos quedemos»

Sara Mingo | Enfermera en el Royal Free Hospital de Londres

Sara, que lleva cinco años en la capital inglesa, ha pedido su 'status' este mismo mes porque estaba esperando a «tener más información» sobre el proceso y recibió la aprobación «de forma inmediata, casi automática», aunque conoce a gente que no puede decir lo mismo.

Esta santanderina reconoce que los posibles condicionantes del 'Brexit' no la hicieron dudar sobre su futuro. «No se ha dicho nunca de forma clara qué iba a pasar, qué derechos se van a mantener y cuáles se van a quitar, nunca ha habido unas condiciones cerradas. Cuando se realizó el referéndum, la gente votó 'Brexit' sí o no, pero sin saber realmente lo que sucedería, y a día de hoy, tres años después, seguimos igual, porque en teoría el 31 de octubre es la fecha límite y nadie puede asegurar si finalmente va ser así y en qué condiciones se va a salir...».

Aunque la marcha del Reino Unido de la UE no se ha hecho efectiva, Sara Mingo reconoce que ya ha sufrido algunas consecuencias fruto de la devaluación de la libra esterlina. «Mis libras valen ahora menos de lo que debían valer y valían hace años, no sé qué hacer con mi dinero: pasarlo a euros, hacerlo ahora, más tarde, nunca...», expresa. Ella confía en que los efectos del 'Brexit' sobre su situación sean «mínimos», pero lamenta que no sucederá lo mismo con los que quieran emigrar a partir de ahora a las islas británicas, que «sí que se van a encontrar con más problemas».

Desinformación

En la misma línea se expresa Irati Izaguirre, que muestra más preocupación por todos aquellos familiares y amigos que quieran acudir a visitarla, que «sí que lo pueden tener más complicado», que por su situación personal. Ella y su novio ya tienen en sus manos el 'pre-settled status', que no deja de ser un pasaporte a la tranquilidad. «Teniendo este permiso, un trabajo fijo, un contrato de la casa y pagando los impuestos y tasas, cumplimos todos los requisitos, así que espero que no nos echen de aquí», afirma.

«Hay mucha confusión entre la gente por todos los mensajes contradictorios»

Irati Izaguirre | 'Room leader' en una guardería de Nuneaton

Esta castreña vive desde hace año y medio en Nuneaton, cerca de Birmingham, donde ejerce como 'room leader' en una guardería. Desde allí, ha vivido en primera persona «la desinformación» que rodea al proceso de salida de la UE –«no hay nada claro sobre la forma, las condiciones y los plazos»– y «la confusión» que tiene la gente al respecto, tanto británicos como extranjeros, por los continuos cambios de guión. Una situación que ha conducido a un cierto «hartazgo». «La gente pasa ya un poco del tema, no es un tema de conversación habitual», comparte.

Izaguirre es de las que aún confían en que el 'Brexit' se plasme mediante un acuerdo previo con la UE. Una circunstancia que, además de «minimizar daños», permitiría frenar la continua devaluación que está sufriendo la libra durante este periodo de incertidumbre, con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo que supone. «Confío en que cambie la tendencia y vuelva a subir cuando se llegue a un acuerdo», manifiesta al respecto.

Preocupación

Román Alonso y Marina Cobo emigraron junto a su hija Celia desde Santander hasta Totnes, una pequeña localidad en el sur de Inglaterra, en busca de las oportunidades laborales que en ese momento no encontraban en Cantabria. Lo hicieron en junio de 2016, justo en plena efervescencia por la celebración del referéndum. «Aquí el 'no' al 'Brexit' ganó de calle», comentan. Él trabaja en diversos proyectos vinculados a la fotografía y la hostelería; ella de administrativa en una empresa dedicada a la distribución de material y servicios para personas con discapacidad visual. «En este país valoran mucho el esfuerzo, hay oportunidades de promocionar laboralmente y los sueldos son buenos», describe Alonso. «No tenemos queja», añade, aunque no oculta la añoranza de su tierra, a la que espera poder regresar algún día.

«En teoría no debería cambiar nada nuestra situación, pero no nos fiamos»

Marina Cobo y Román Alonso | Administrativa y fotógrafo en Totnes

Celebran que ya tienen concedido el 'pre-settled status', pero no están tranquilos del todo. «En teoría no debería cambiar nada nuestra situación, pero no me fío», sostiene Cobo. Porque siguen teniendo muchas preguntas sin respuesta. «Tenemos derecho al permiso de residencia indefinido a partir de mediados de 2021, cuando cumplamos cinco años en Inglaterra, pero si se produce un 'Brexit' sin acuerdo, ¿qué pasará a partir del 31 de diciembre de 2020? ¿Se seguirán respetando nuestros derechos adquiridos?», se cuestiona. No es la única duda: «¿vamos a tener problemas para utilizar de forma gratuita la sanidad? ¿Y para alquilar si cambiamos de lugar de residencia –tienen en mente irse a Exeter–? Todas estas cosas están en el aire, porque se han aportado muchas informaciones contradictorias; lo peor, sin duda, es la incertidumbre», añade.

Alonso y Cobo esperan una marcha atrás y que el Reino Unido ni siquiera salga de la UE, confían en que la manifestación multitudinaria del próximo sábado y la oposición de los diputados rebeldes provoquen un vuelco de la situación. «Vamos a ver qué pasa el 31 de octubre», apuntan. No sólo ellos, todo el planeta mirará ese día a Londres.

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