La Brigitte Bardot de las lubinas
Un pez de récord. ·
Víctor Villegas pesca un ejemplar de 8,6 kilos, uno de los más majestuosos que se recuerda capturado a caña en la bahía de SantanderSecciones
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Un pez de récord. ·
Víctor Villegas pesca un ejemplar de 8,6 kilos, uno de los más majestuosos que se recuerda capturado a caña en la bahía de SantanderEsos santanderinos de toda la vida, veteranos que cada mañana bajan a Puertochico a cerner por los muelles o a preparar los barcos para la ... faena, haga sol, llueva o sople el sur, aseguran que es uno de los ejemplares más grandes pescados a caña en la bahía.
Eran las cuatro y media de la tarde y la luna, caprichosa, jugaba a estar presente cuando no le tocaba. «Es raro, pero a veces pasa eso, que es aún de día y aparece, entonces nunca pesco nada», explica Víctor Villegas Olea, el santanderino que con tan sólo 20 años ha capturado una de las lubinas más grandes que los pescadores recuerdan haber pescado a anzuelo en la bahía.
Ocurrió a finales de noviembre. Embarcó en Puertochico, navegó lentamente hacia el centro de la bahía, preparó la caña y lanzó el anzuelo cebado con cachón. «Esperé y esperé, y poco a poco la luna fue desapareciendo. Entonces ya supe que podía pescar algo».
Cogió primero cuatro peces de pequeño tamaño, y luego llegó el grande. Notó el primer tirón, una sacudida fuerte y seca. «Esa primera vez casi me deja sin hilo en el carrete de la caña. Era muy fuerte». Se levantó, cogió la caña con fuerza y aguantó a la espera de que el pez se agotara. «La esperé como pude y luego la fui trayendo. Ahí hubo un momento de tranquilidad pero luego, cuando estaba cerca del barco, volvió a tirar con muchísima fuerza. Peleó con todo lo que tenía. Casi se me escapa, casi se suelta», recuerda. Aquel viernes, 17 de noviembre, tuvo suerte, dice, o tal vez fue maña, porque ha estado lanzando el anzuelo desde que tenía cinco años.
Para Víctor la pesca es como una liturgia. Se escapa siempre con su bote cada vez que su trabajo de carpintero le deja. «Es algo que me gusta, que me ayuda a desconectar y a descansar». Por eso no busca este tipo de récords. «Me he encontrado con ello y en ese sentido he tenido mucha suerte».
La sacó del agua como pudo: «Era tan grande que tuve que ponerla en el redeño y todavía seguía sacudiéndose. Cuando la miré bien, me quedé alucinado porque era gigantesca». Pesó 8,6 kilos y midió 94 centímetros. Un monstruo. «Lo he consultado y se han sacado lubinas más grandes en alta mar, por supuesto. Y me cuentan que una vez que dragaron la bahía, hace diez años, sacaron otra que también era muy grande; pero en la bahía de Santander es la más pesada que se recuerda pescada con anzuelo», asegura el joven sin esconder un gesto de orgullo.
Todavía en el barco aún no sabía que ese ejemplar iba a permitirle presumir de hazaña, pero una vez en tierra habló con los pescadores más veteranos le reconocieron la proeza. «Me advirtieron que probablemente era la más grande jamás cogida», cuenta Villegas. También se lo confirmaron los habituales de la conocida tienda Godofredo, establecimiento de toda la vida especializado en la venta de material de pesca. «Hace años un barco pesquero sacó en alta mar una de 11 kilos. ¡11 kilos! Pero era en alta mar y con red. Esta es probablemente la más grande pescada en la bahía y a caña. He tenido mucha suerte».
Vendió el pez por 215 euros al restaurante La Bombi, en Santander, donde estuvo expuesto un tiempo, hasta que finalmente pasó por la cocina. «Normalmente me como todo lo que pesco. Cojo sobre todo dentones; pero en este caso tenía sentido que la vendiera porque generó mucha curiosidad en el mundillo de la pesca de aquí. Me ha hecho mucha gracia», concluye Víctor.
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