El brote de gastroenteritis de la boda afectó a 90 personas, más de la mitad de los invitados

La relación de invitados que amanecieron con los mismos síntomas (dolor abdominal, diarrea, vómitos...) se ha ido configurando con los datos facilitados desde el Hospital Valdecilla, donde acudieron cerca de una treintena (la mayoría, la mañana del lunes), y los contactos proporcionados por los propios novios del enlace, a los que desde la Consejería se pidió colaboración para informar de los asistentes al banquete que han sufrido problemas digestivos, aunque muchos de ellos no hayan precisado asistencia sanitaria. En esta fase inicial de la investigación, se trata de determinar el alcance del brote, «desde la tranquilidad -defiende Galán- de que no se han dado casos de gravedad. Todos los afectados han sido leves y han evolucionado de forma favorable. Tras su paso por Urgencias, solo una persona mayor con patologías crónicas quedó ingresado unas horas por prudencia», ante el riesgo de deshidratación. Pero había que identificar también a los que pudieron desplazarse a otros centros -los hubo que fueron tratados en Sierrallana- o a los servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP), incluso a los que pasaron el cuadro en su casa.

A lo largo de la mañana, el personal de Salud Pública multiplicó las llamadas para realizar las correspondientes encuestas a los afectados, tratando de concretar qué pudieron comer que les sentó tan mal, que es lo primero en lo que se piensa. «Pero hasta el momento no hemos encontrado a qué echarle la culpa. No sabemos la causa», defiende el responsable de Salud Pública. De hecho, mientras hacía estas declaraciones, técnicos del departamento de Seguridad Alimentaria se encontraban en el restaurante de la boda (que ha preferido no pronunciarse al respecto) para tomar las muestras de la comida testigo -todos los productos que se sirvieron en el banquete- y proceder a completar el informe de la inspección sanitaria.

«Hay que detallar la lista de proveedores del establecimiento, los alimentos de elaboración propia, si hay alguno que se ha traído de fuera, el listado del personal de cocina... todo lo necesario para intentar llegar al desencadenante», explica Galán.

Una tarea de la que -advierte- «seguramente no tendremos resultados hasta la próxima semana, teniendo en cuenta que está por medio la Semana Santa. Si hubiera habido casos de gravedad, se hubiera activado una alerta para llegar al origen cuanto antes, pero no es el caso. No es un proceso preocupante, aunque sí numeroso». Lo que está por determinar es «si lo ha producido una toxina o una infección. La salmonela, por ejemplo, suele durar unos días y aquí el cuadro ha sido más rápido». De las declaraciones iniciales de los afectados «no se ha llegado a ninguna concreción. Unos han comido una cosa; otros, otra; e incluso gente que ha comido lo mismo no ha tenido ningún problema».

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