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Cantabria es desde la mañana de ayer una de las dieciocho provincias españolas afectadas por casos positivos de lengua azul en ganado vacuno. Las muestras que se enviaron el pasado viernes a los laboratorios, y cuyos resultados se conocieron en la mañana de ayer, provenían ... de especímenes que presentaban todos los síntomas compatibles con la enfermedad en tres ganaderías de la comarca de Solares;pero fue ayer el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación, Pablo Palencia, quien confirmó la presencia de la infección para anunciar a renglón seguido que el Gobierno ha comenzado a trabajar en la adquisición de las vacunas para iniciar «lo antes posible» la inmunización de toda la cabaña ovina y bovina de la región, unas 250.000 cabezas.
«La intención es que pueda comenzarse con el programa este próximo mes de diciembre en las ganaderías ovinas de las zonas menos afectadas por la enfermedad hemorrágica, como es Liébana», confirmó Palencia. El coste de esta campaña se elevará hasta los 1,3 millones. «Se comenzará vacunando al ganado ovino y más adelante se seguirá con el bovino», matizó el consejero, que aclaró que es fundamental aguardar a que la carga viral de esta enfermedad se disipe para proceder a la vacunación de lengua azul.
Palencia destacó que el Gobierno de Cantabria va a hacer un «esfuerzo presupuestario» para incluir en los Presupuestos esta campaña de vacunación masiva, al tratarse de una vacuna obligatoria de cara al año que viene.
Se inoculará la protección contra las dos variantes predominantes, el serotipo 4 y el 8. El primero es el detectado en Cantabria, y el segundo es considerado por los expertos como «una amenaza» de cara al año que viene, dado que en el sur de Francia, en la zona de los Pirineos, hay ya declarados más de 1.000 focos de lengua azul de bovinos en esta variante.
La desconfianza llega del lado de los ganaderos, que temen que el remedio pueda ser peor que la enfermedad. «Lo que está claro es que las ganaderías están ahora con las defensas muy bajas porque tres cuartas partes del ganado ha sufrido la enfermerdad hemorrágica», aclara Raúl Guillarón, secretario general de Asaja. «La carga viral de esta infección que lleva semanas en Cantabria se mantiene durante seis meses, y por eso puede ser peligroso inocular esa vacuna a un ganado que está tan tocado. Puede haber efectos secundarios», avanza el representante ganadero.
El hecho de que Cantabria haya confirmado ayer la presencia de la enfermedad no va a afectar sustancialmente a la celebración de ferias de ganado. «Seguirán celebrándose en los pueblos y por supuesto continuará funcionando el Mercado de Ganados de Torrelavega», aclararon ayer desde Ganadería. «De hecho, nosotros ya éramos considerada zona restringida, o sea, afectada por la enfermedad, por estar en el radio de acción de la vecina Asturias –150 kilómetros de radio–, donde se habían confirmado la pasada semana varios positivos», confirmó el consejero. De hecho, las comunidades autónomas alcanzaron la pasada semana «cierta flexibilidad en la restricción de movimientos», por la que las ganaderías procedentes de zonas restringidas tendrán libertad de movimientos entre sí, con las medidas de bioseguridad y desinfección establecidas y siempre que procedan de ganaderías que no tengan síntomas clínicos de lengua azul. Sin embargo, las reses cántabras no podrán ser trasladadas a zonas libres de la enfermedad, siempre que tengan más de tres meses de edad. En todo caso, el titular de Ganadería apuntó ayer en un encuentro con los medios de comunicación en el Parlamento que todas estas medidas tienen carácter temporal «hasta que se declare el periodo libre del mosquito», lo que previsiblemente sucederá en unas semanas con la llegada del frío. Esto es así porque tanto en el caso de la enfermedad hemorrágica como en el de la lengua azul el vector de transmisión es este insecto.
La aparición de este brote de lengua azul, que se suma al impacto que en los últimos meses ha tenido en el sector la enfermedad hemorrágica, ha tumbado la moral de los profesionales. «Es un mazazo tremendo, estamos viviendo lo que parece ser la tormenta perfecta», asegura el secretario general de UGAM, Luis Pérez Portilla. Incertidumbre, descontento, abatimiento... Son los adjetivos con los que se describe, según Portilla, el ánimo de todos estos empresarios ganaderos. «No sabemos lo que va a pasar ni cómo vamos a poder salir de esta; están sumándose muchas desdichas y no termina de llegar el frío, que es el que puede terminar con el mosquito transmisor».
Para intentar paliar los daños económicos, el consejero anunció ayer la intención de solicitar la modificación de la póliza de Agroseguro para que incluya los daños por las enfermedades emergentes que están surgiendo en la cabaña ganadera.
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