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El mundo científico trabaja en común para descifrar lo que esconde el fondo de un agujero negro. Una imagen reciente tomada en su interior, que se considera un gran paso, ha sido calificada como «la foto de nuestra ignorancia». Esta ilustración podría ser la metáfora del paisajismo cultural de Cantabria. Escasa solidez y definición, sensación de improvisación, provisionalidad y fragilidad son los síntomas inherentes que se arrastran desde hace años y que la crisis, en muchos casos, agravó o logró ralentizar atisbos de cambio.
A la pregunta '¿cómo hemos cambiado?': La legislatura que ahora agoniza con más destellos que realizaciones, con males endémicos prolongados y metas y proyectos postergados apenas ha representado una manera diferente de entender la cultura y para las instituciones sigue siendo más objeto ornamental o recurso oportunista. Para los desmemoriados bueno es recordar que la palabra cultura no se pronunció ni una sola vez en los discursos y actos públicos con los que comenzó el nuevo periodo de gestión política. Y los programas, fuera del buenismo, carecen de calado, de conocimiento claro de las demandas y necesidades reales.
Como en anteriores legislaturas, Cultura ha sido la cenicienta en un Gobierno regional que ha otorgado más protagonismo al hecho educativo, ha obviado los posibles vasos comunicantes y ha subordinado lo que se llamaría una política cultural sólida y estructural, primando solo aquellas hechos que producen réditos.
Partido Popular: El Mupac es la asignatura pendiente del Gobierno con la cultura y debe ser una prioridad, como también lo es implicarse en la puesta en marcha de la nueva sede del Reina Sofía. Atender la red regional de instalaciones culturales es otro de nuestros objetivos y, por supuesto, la promoción decidida del patrimonio prehistórico y el arte rupestre.
PRC: Cantabria tiene que poner en valor dentro y fuera su inmenso patrimonio cultural, y muy especialmente el arte prehistórico declarado Patrimonio de la Humanidad, para lo cual tenemos ya planteadas dos infraestructuras claves: el futuro Museo de Prehistoria y Arqueología y el Centro de Arte Rupestre de la Unesco en Santillana del Mar.
PSOE: El objetivo de la política cultural ha de fomentar las manifestaciones de calidad y hacer que lleguen al mayor número posible de personas. Que el acceso sea fácil y general. También, el apoyo y promoción de la cultura popular. En cuanto a infraestructuras, promover claramente el Mupac es nuestro principal objetivo como principal referencia de la región.
Podemos: Descentralización y universalización de la cultura; potenciar el dinamismo local e interautonómico de actuaciones culturales y espectáculos, así como medidas para garantizar la sostenibilidad económica de la cultura. Queremos hacer un listado de bienes inmatriculados por la Iglesia y apostar por la industria del cine. Hay que dotar de una sede digna al Mupac.
Ciudadanos: Nuestro objetivo es impulsar y potenciar la cultura. Promocionar a nuestros artistas y creadores. Elaborar un inventario del patrimonio arquitectónico y artístico y proteger el arqueológico. Potenciar la colaboración público-privada y apoyar al Ayuntamiento en el proyecto del Reina Sofía, además de impulsar, tras tanto mareo, el Mupac.
Vox Queremos impulsar un plan estratégico regional de cultura, consensuado con todas las fuerzas políticas y con vocación de permanencia y no sujeto a los vaivenes políticos. Nuestro patrimonio rupestre es inigualable. Debemos convertirlo en un valor básico de nuestra oferta. Y apostamos por una subsede del museo del Prado en el edificio de Correos.
En estos años ha sido de nuevo la cantera de creadores y la iniciativa de colectivos, asociaciones y los espacios más aferrados a la ciudadanía los que han protagonizado esa cultura cotidiana y crítica, fuera de esa decena de citas, eventos y programaciones estables que perviven entre la tradición, cierto conservadurismo de criterios y propagandismo de una cultural oficial que sigue muy anclada en el éxito de público, las cifras y el populismo aunque sea en detrimento de la calidad. A ello se suma una escasa capacidad de riesgo. Es cierto que en el ámbito de las infraestructuras, siempre en busca del efecto llamada desde lo público, Santander ha acaparado la atención en un ir y venir de proyectos encauzados unos, paralizados otros y en marcha otros nuevos -el Museo del Santander, el más novedoso- que aparenta un modelo, ya desarrollado en otras ciudades, de capitalidad de espacios culturales y museísticos. La burocratización, la falta de sintonía entre admnistraciones, el apoyo o la falta de él en la financiación de algunos de estos recursos en perspectiva, ha provocado una demora en su consolidación.
Entre los principales programas de la Consejería destacan los destinados a incentivar la restauración preventiva de bienes de propiedad privada; impulsar la presencia femenina en la cultura y actividades culturales en la región. El concurso de ideas internacional para la redacción del proyecto del Mupac, con 3.300.000 euros, y el Centro de Interpretación del Arte rupestre en Puente Viesgo, inversión inicial cifrada en 1,5 millones de euros, más la redacción del proyecto del centro de artes de La Lechera han sido algunos de los ejes de actuación.
En el caso del Ayuntamiento de Santander (ver cifra arriba) el incremento presupuestario ha permitido mejorar los nueve negociados que dependen del área de cultura, mejoras en la red de bibliotecas municipales y la potenciación y aumento de presupuesto de la Fundación Santander Creativa, más el desarrollo de las infraestructuras con La Florida y el Anillo Cultural, más el apoyo a la sede de Enaire.
La llave y la piedra filosofal sigue residiendo en el crecimiento de proyectos y creadores de diferentes campos (arte, escena, literatura, etc...) y de gestores culturales públicos y privados que llaman la atención en una comunidad tan pequeña. A cambio, la endogamia cultural, la falta de definición de públicos y el conformismo crítico aflora con frecuencia. La apertura a corrientes culturales de otros lugares y/ o artistas foráneos de cualquier ámbito es mas bien escasa y no se fomenta desde los estamentos políticos. Sin embargo, la paradoja reside en el elevado estatus de consumo cultural por parte del ciudadano en Cantabria.
1.- Destellos y lo aparente. La apertura del Centro Botín, infraestructura privada, a punto de cumplir dos años, ha sido el destello de alta cultura. A cambio, la ralentización de muchos proyectos.
2.- Santander Creativa . Tras una crisis presupuestaria, en estos años se ha consolidado como una poderosa herramienta para apoyar, visibilizar y encauzar a colectivos e iniciativas fuera del oficialismo y con savia nueva
3.- Tejido local. El poso y el rescoldo que dejó la candidatura fallida Santander 2016 se tradujo enla visibilización de una cultura hasta entonces soterrada, silenciada o ignorada. En estos años se ha consolidado su activo.
4.- Subvenciones sin rumbo. Desigualdad, criterios erróneos y planteamientos con desconocimiento de la realidad. Las ayudas se asemejan más a un trámite burocrático que a una respuesta a necesidades reales.
1.- Centralidad. En los noventa se dieron pasos significativos, pero en este periodo la descentralización cultural se ha frenado. El epicentro cultural santanderino resta visibilidad a acciones regionales.
2.- Carencia estructural. La dispersión, el oportunismo y la falta de criterio se reflejan en decisiones aisladas o faltas de consistencia. Se avanza sin atender a una demanda de cultura social global.
3.- Sin red en un mundo de redes. Son escasas las comunicaciones e interrelaciones a la hora de poner en común potenciales, demandas y necesidades. Tampoco se ha aprovechado el vínculo con otras comunidades.
4.- Cultura espectáculo. Aunque la cultura de la cifra ya es historia democrática, se mantiene el criterio dominante de primar aquello que pueda conllevar populismo, muchas veces en detrimento de la calidad.
Tres proyectos y espacios han acaparado el eje cultural durante los dos últimos años por diversos motivos. La consolidación de la sede asociada al Reina Sofía-Archivo Lafuente, con sede futura en el antiguo inmueble del Banco de España. El convencimiento generalizado de la necesidad de edificar la sede digna y definitiva del nuevo Museo de Prehistoria y Arqueología, Mupac. Y el incendio del MAS que, como reacción, ha puesto el foco en la reactivación de lo que el Ayuntamiento define como actuación integral en La Florida. En el primer caso, tras más de seis años, la firma del convenio abre expectativas a un proyecto que permitirá a Santander contar con un espacio cultural diferente desde una perspectiva de la oferta de la periferia. En el segundo caso, el Mupac se ha convertido en el macguffin y el comodín del bucle estratégico. Es decir, ha servido tanto de distracción durante cuatro años como de faro cultural de unos y otros. No obstante, concluye la legislatura y el proyecto, con su futura instalación en el solar de Puertochico, está inmerso en varias incertidumbres sobre su financiación.
En el caso de La Florida, la nueva Biblioteca Municipal y la rehabilitación de la Biblioteca de Menéndez Pelayo son la proa de este espacio cultural integral, mientras que sigue pendiente el gran proyecto de ampliación del MAS en una superficie estimada en más de dos mil metros cuadrados. Aunque siempre objeto de crecimiento, se ha intensificado la labor de mejora de servicios como las bibliotecas o los centros culturales-cívicos en Santander, con el renovado Centro Madrazo como estrella, viene reflejando la existencia de una demanda cultural intensa.
Una de las claves ha estado en el tejido cultural local que ha potenciado su presencia, valor y capacidad a la hora de establecer una red crítica y más solidaria. La sede de la colección de la Fundación Enaire en las naves de Gamazo abre otro espacio expositivo aunque, paradójicamente, Santander cierra esta etapa de gestión sin un espacio ad hoc, propio, para exposiciones.
Tras dos años y tres fases, el Plan Director desvelaba el pasado año un documento de diecisiete medidas integraban un documento, cuya eficacia y viabilidad quedará visible o no en los próximos meses. El tiempo ha demostrado que las carencias y demandas siguen intactas. La necesidad de un Plan Estratégico de Cultura para Cantabria fue una petición colectiva expresa de manera conjunta el pasado año por siete asociaciones del mundo de la cultura.
Las correcciones en los presupuestos, los criterios de actuación, los objetivos de muchas de las acciones por parte de las administraciones y la adaptación y revisión de los cargos públicos en materia cultural son algunas de las cuestiones que se pusieron sobre la mesa por el sector.
Solicitudes en voz alta como que el incremento de los presupuestos públicos sea «al menos igual» a antes de la crisis; o el hecho de que Cultura debería tener sus propios organismos de manera independiente, se han escuchado en este periodo.
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