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La autovía entre Burgos y Aguilar de Campoo, la A-73, lleva camino de convertirse en otro cuento de nunca acabar en la historia de las infraestructuras de Cantabria. Un proyecto que nació en sus trámites a mediados de 2006 y que, después de doce ... años, tan sólo cuenta con diez de sus 74 kilómetros en servicio y con cuatro de sus seis tramos pendientes de ejecutar sobre los que aún no se sabe cuándo comenzará su construcción.
Las últimas noticias sobre el estado de las obras vienen ligadas al cambio de gobierno en Madrid. El anterior ministro de Fomento, el popular Íñigo de la Serna, anunció en mayo de este año un proyecto «para agilizar» toda la obra, parada por los problemas de las constructoras. Básicamente consistía en unir en un único contrato toda la actuación pendiente y poner en marcha un concurso de concesión de obra pública y mantenimiento, con una inversión estimada de 534,8 millones de euros. Es decir, iba a ser la empresa adjudicataria la que se iba a encargar de la construcción, mantenimiento y explotación de todo el tramo pendiente por un periodo de 30 años. Un modelo articulado a través del denominado Plan de Inversión en Carreteras (PIC).
Sin embargo, este proyecto de De la Serna chocó de inmediato con las reticencias del Ministerio de Hacienda, que frenó el plan al dudar de este sistema de financiación extrapresupuestario. Con el cambio de Gobierno y con la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa el plan se sometió «a revisión» y, con ella, la obra de la Aguilar-Burgos. Desde el Ministerio se aseguró hace quince días a este periódico que la «revisión» no tiene por qué afectar a las actuaciones y que, mientras busca la fórmula económica más rentable, cada proyecto continuará su proceso administrativo por su cuenta y fuera del paraguas del paquete de inversiones del Plan de Carreteras. Es decir, los trámites previos siguen su curso.
El asunto llegó ayer al Parlamento de Cantabria de la mano del Partido Popular, que a través del diputado Íñigo Fernández cuestionó al Ejecutivo regional por el estado de la obra, su puesta en servicio y su opinión sobre una autovía que calificó de «vital» para las comunicaciones con la Meseta.
La respuesta del consejero de Obras Públicas, José María Mazón, vuelve a dejar enormes interrogantes sobre cuándo estará acabada esta infraestructura. Mazón, que criticó con dureza los anuncios que sobre la Burgos-Aguilar realizó el exministro De la Serna -«nos ha engañado a todos porque el Plan de Carreteras era papel mojado», llegó a decir el consejero-, apostó por «ser realistas».
Y, ¿en qué consiste este realismo? De acuerdo con las palabras del consejero, en «exigir» al Ministerio de Fomento que dirige el socialista José Luis Ábalos la «adjudicación inmediata» y con cargo a los Presupuestos del Estado de las obras del tramo entre Aguilar de Campoo y Báscones de Valdivia (5,7 kilómetros de longitud). Según Mazón, esta actuación, dado que el siguiente enlace, entre Báscones de Valdivia y Pedrosa de Valdelucio (12 kilómetros), sí está ejecutándose, posibilitaría poner a disposición de los usuarios un nuevo tramo de la A-73 de unos 18 kilómetros y, con ello, acortar ligeramente el tiempo de recorrido.
Y, ¿qué pasará con los otros tres tramos? Según Mazón, el ministro De la Serna no dejó ni tan siquiera los estudios previos aprobados, por lo que los trámites administrativos están en sus procesos iniciales. Y, de acuerdo con las conversaciones que el titular de Obras Públicas cántabro ha mantenido con el Ministerio, Fomento está «estudiando» un sistema similar al anterior (concesión de obra pública) pero con los plazos mucho más cortos, en torno a los siete años (por los 30 que contempló De la Serna).
El PP ha registrado una moción, que se debatirá en el pleno del Parlamento de Cantabria del próximo lunes, 10 de diciembre, para que el Gobierno regional inste al Ministerio de Fomento a licitar la ejecución del tramo Aguilar de Campoo-Báscones de Valdivia, de la autovía A-73, en un plazo máximo de seis meses.
En la iniciativa de los populares también se incide en la necesidad de que Fomento resuelva la tramitación administrativa de los tramos Pedrosa de Valdelucio-Santa Cruz del Tozo; de esta localidad a Montorio; y de aquí a Quintanaortuño, para que entre el segundo semestre de 2019 y el primero de 2020 puedan licitarse los trabajos.
El portavoz del PP de Cantabria, Íñigo Fernández, ha presentado hoy esta iniciativa que ha sido registrada hoy después de que en el pleno de ayer interpelara al consejero de Obras Públicas, José María Mazón, por la ejecución y puesta en servicio de los tramos pendientes de la autovía A-73.
Mazón recalcó ante la Cámara que el Ejecutivo regional va a pedir que se adjudique el primer tramo, de Aguilar-Báscones de Valdivia, y a partir de ahí «estará encima para que vayan saliendo adelante el resto de los tramos», otros cuatro.
Una respuesta que no satisfizo a Íñigo Fernández, para quien es preciso fijar plazos tanto para esta obra como para la llegada de la Alta Velocidad a Reinosa, por tratarse de dos infraestructuras «muy importantes» para Cantabria y «vitales» para la comarca de Campoo.
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