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El consejero de Salud, César Pascual, dio el lunes explicaciones sobre la muerte durante la madrugada del pasado viernes de un hombre en su domicilio de Requejo, al que acudieron solo dos técnicos sanitarios en la ambulancia desplazada desde el Hospital Tres Mares porque no ... había facultativo de guardia en el SUAP de Reinosa. El popular insistió en que «no existe ningún tipo de relación entre la falta de facultativo en el SUAP de Reinosa» y el fallecimiento de esta persona en Requejo» y en que, cuando llegaron estos técnicos –45 minutos después también se personó el equipo médico de Mataporquera–, la víctima ya había fallecido. Pero Pascual no se quedó ahí, dio un paso más y criticó duramente a los sindicatos del Servicio Cántabro de Salud (SCS) y a partidos políticos como PRC y PSOE, que responsabilizan directamente a la Consejería de «aumentar el riesgo de que la población se quede sin asistencia»por no cubrir la ausencia de profesionales. «Poner en jaque la confianza de los ciudadanos en nuestro sistema de salud y de manipular noticias con un mero interés electoralista. Están ejerciendo un sindicalismo 'kale borroka' y un terrorismo político», dijo el consejero, palabras que han levantado una polvareda política y gran descontento entre los representantes de los trabajadores.
La primera reacción fue la de Comisiones Obreras (CC OO), que pidió al consejero de Salud que se retracte de las «intolerables» y «graves acusaciones» contra el sindicato por hacer «su trabajo», al denunciar públicamente la «precaria situación sanitaria de Campoo», que el jueves «se complicó aún más» porque ante una emergencia se tuvo que recurrir al SUAP de Mataporquera que, cuando logró llegar al lugar, no pudo hacer nada porque el paciente había fallecido.
«No está a la altura de quien está al frente de uno de los principales cargos políticos del Gobierno de Cantabria», entiende la secretaria general del sindicato, Rosa Mantecón, que lamenta las «graves acusaciones vertidas contra quienes trabajan a diario por garantizar los derechos laborales y sociales» y avisa de que, en caso contrario, si no se disculpa, CC OO estudiará «las posibles implicaciones legales que puedan derivarse de estas acusaciones».
Ni Pascual tiene intención de retractarse, ni su superior, la presidenta María José Sáenz de Buruaga, se lo va a reclamar. La jefa del Ejecutivo se movió ayer en un fino equilibrio porque, aunque apoyó a su consejero y afirmó que sus palabras, aunque «duras», son «perfectamente comprensible» ante el nivel de «mezquindad y miseria de las acusaciones», ni mucho menos le desautorizó.
«Todo es consecuencia de algo», dijo la presidenta, que considera que existe en Cantabria una «carroña política» que está alimentándose asuntos como este. «Nada es más injusto y reprobable que tratar de acusar a un Gobierno y un consejero del fallecimiento de una persona. No todo vale. Más cuando encima es absolutamente falso. Se fundamenta en una mentira», insistió la popular, que como hizo Pascual 24 horas antes, recordó que se trató de un infarto fulminante que habría sido incluso «irresoluble» en caso de que la víctima lo hubiera sufrido en un hospital y rodeado de médicos. Buruaga no obligará a retractarse a su consejero, como pide CC OO, pero en cambio sí pide que el sindicato se retracte de su postura.
En este asunto, Buruaga se ha quedado sola. Incluso Vox ha salido en defensa de los sindicatos. «Un responsable político puede responder con contundencia, pero no creo que estas sean palabras adecuadas para quien ejerce la más alta responsabilidad sanitaria», entiende Leticia Díaz. Más duro fue el expresidente Revilla:«Nunca en Cantabria un gobernante ha sido más prepotente y faltón. El PRC requiere a la presidenta que le haga rectificar. No puede negar una realidad como que la sanidad en Cantabria es un desastre insultando a los que denunciamos lo que observan y padecen todos los ciudadanos de esta tierra».
Manifestación, las de Pascual, que para el PSOE son «inadmisibles» y que son «una más de un consejero que lo primero que dijo fue que venía a convertir la sanidad de Cantabria en un 'business'. Lo estará convirtiendo en 'business', pero esta perjudicando a todos los cántabros», se pronunció Pablo Zuloaga. Y desde Izquierda Unida, su responsable, Israel Ruiz Salmón se pregunta qué diría Pascual en la oposición si un paciente muriese porque la gestión del SCS no ha distribuido correctamente al personal sanitario o si el personal sanitario viviese episodios indeseados como que se te caiga el techo del centro de salud encima. «¿Qué hay más peligroso para la vida que un gestor niegue la realidad y se desentienda de ella? Reconocer errores o pedir colaboración salva vidas», cuestiona.
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