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La presidenta regional, María José Sáenz de Buruaga, reclamó «un Gobierno que nos represente a todos» en España, y advirtió de que la situación de «incertidumbre» supone «un obstáculo muy grave para que los grandes proyectos y desafíos de Cantabria se puedan abordar». Lo hizo ... durante su intervención en el Día de las Instituciones, con un discurso cargado de contenido político en el que, por un lado, anunciaba el inicio de una nueva etapa para la región tras el triunfo del PP en las elecciones autonómicas, y, por otro, mostraba su determinación de defender a Cantabria ante cualquier intento de «discriminación y privilegio» derivado de las negociaciones para formar un Gobierno para el país.
«Necesitamos un Gobierno que defienda el orden constitucional sin fisuras, sin cesiones y privilegios a unos territorios en perjuicio de otros», insistió, mientras recordaba que «no ha pasado ni una semana de las elecciones y ya sabemos que Puigdemont ha pedido amnistía y referéndum de independencia para separar Cataluña de España, y Esquerra Republicana y Bildu han hablado abiertamente de promover la independencia de Cataluña y el País Vasco». «Que quede claro –enfatizó–: no nos va a faltar determinación para defender a Cantabria de cualquier intento de discriminación y privilegio».
María José Sáenz de Buruaga
Presidenta de Cantabria
La parte 'amable' del discurso que dirigió al público, congregado en el Parque de la Robleda de Puente San Miguel, tuvo por objeto el anuncio de un nuevo tiempo para la región, que quiere situar a la cabeza de España, «ser la vanguardia de soluciones valientes, con vocación de liderazgo». Esa «Cantabria que queremos» vendrá definida por «una realidad ilusionante, con una economía fuerte, una sociedad pujante y un territorio dotado de infraestructuras y unos servicios públicos eficientes y de calidad».
Ese «liderazgo» se traduce, para Buruaga, en «estar a la cabeza en generación de riqueza y empleo», «recuperar la sanidad pública, una educación de excelencia y un sistema puntero de investigación e innovación», «dignificar el trabajo de los ganaderos y la gente de la mar», atender y apoyar a los mayores y dependientes, asistir a las familias y «acompañar el esfuerzo de nuestros jóvenes, para que puedan desarrollar su proyecto de vida en su tierra».
«Me gustaría ver una Cantabria unida para reclamar lo que es justo sin importar los colores», subrayó la presidenta, quien hizo hincapié en que la región «es obra exclusiva de su pueblo: la autonomía no la ganó un partido ni una corriente política».
Ainoa Quiñones
Delegada del Gobierno
«Nada se gana desde la crispación y el enfrentamiento permanente», afirmó por su parte la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, durante su turno ante el atril. También ella apeló a la «unidad», tomando como ejemplo el que alcanzaron los Nueve Valles el 28 de julio de 1776 en Puente San Miguel. «Nadie entiende que, pese a nuestras ideas, nuestros puntos de vista distintos, no seamos capaces de ponernos de acuerdo en cuestiones fundamentales», dijo.
«Discutamos y discrepemos siempre desde el más absoluto respeto en aquello en lo que no estemos de acuerdo, porque esa es la única forma de respetar a las instituciones a las que representamos y, sobre todo, a los ciudadanos que nos han dado su confianza para que les representemos en ellas», añadió.
Un tono más institucional y conciliador impregnó la alocución de la presidenta del Parlamento, María José González Revuelta, quien llamó la atención sobre la importancia de las instituciones –«donde se establecen las reglas con que nos regimos»–, y sobre la necesidad de sumar fuerzas para alcanzar objetivos. Definió como «tiempos de diálogo» este inicio de legislatura en Cantabria. «En los próximos cuatro años tenemos la responsabilidad de unir las fuerzas de toda la sociedad en pos de objetivos compartidos, porque Cantabria somos todos. Las instituciones que aquí representamos son de todos y cada uno de los cántabros».
Por su parte, Pablo Diestro, alcalde anfitrión, reclamó el protagonismo de los ayuntamientos, «la Administración más cercana», y pidió a los representantes políticos que, a imagen de quienes tomaron parte en aquel histórico acuerdo de Puente San Miguel, germen de lo que sería Cantabria, sean capaces de entenderse, «sobreponerse a los intereses particulares por el bien común». «Vivimos momentos complicados, las instituciones debemos permanecer unidas con un único fin, mejorar las condiciones de vida de nuestros vecinos».
Como es tradición, el acto central del Día de las Instituciones comenzó con el izado de la bandera de Cantabria por parte de la presidenta regional y la del Parlamento, y concluyó con la ofrenda de una corona de tejo y roble que Sáenz de Buruaga y Javier Castillo, 'Poty', distinguido con el título de Merino Mayor por el Ayuntamiento de Reocín, depositaron ante el monolito situado delante de la Casa de Juntas de Puente San Miguel.
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