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«¿Qué más necesita el presidente Revilla para cesar a la consejera de Sanidad por el gran escándalo del Servicio Cántabro de Salud?». Para la presidenta del PP, María José Sáenz de Buruaga, «ha quedado acreditada la gestión chapucera en la Contratación, con graves irregularidades e ilegalidades que nadie ha podido rebatir ni justificar hasta ahora». Sin embargo, «María Luisa Real permanece aferrada al cargo» mientras toda la oposición exige su dimisión. «Y lo hace –ha asegurado– porque el Gobierno se lo consiente», ha señalado hoy en rueda de prensa Sáenz de Buruaga, quien puso de manifiesto que «medio Partido Socialista y el PRC están de acuerdo conmigo en que la situación es insostenible».
Reprochó de nuevo a Revilla su «flagrante inacción» frente a esta trama en la gestión del SCS. «El presidente antepone sus intereses personales al interés público» y se ha convertido –ha dicho– «en la coartada de María Luisa Real», por ser «rehén» del pacto de Gobierno con el Partido Socialista. «Pero no se puede ser presidente a media jornada ni de medio Gobierno», ha reprochado Buruaga, porque «está claro que ésta ha sido una investigación liderada por el PP, a la que se sumó el Sindicato Médico y toda la oposición, pero de ficticia o artificial, como dice la consejera, no tiene nada». «Aquí no hay ningún montaje ni conspiración del PP, sino informes técnicos de la propia Administración», ha recordado.
En este sentido, hizo hincapié en el «demoledor» informe de la Intervención, publicado por este periódico, «que será provisional pero es cierto», ha defendido la líder de los populares, convencida de que «será definitivo tras las alegaciones formuladas por el SCS, porque dudo que puedan aportar las justificaciones que no han tenido en cuatro meses». Ha resaltado que «mientras el Gobierno se empeña en restar importancia a ese informe, la Fiscalía se la da». Hasta el punto de que ha reclamado al Ejecutivo que se aporte a la investigación en curso, puesto que no se ha hecho. Para Buruaga, este informe «convierte a la consejera en conocedora, encubridora y máxima responsable de este escándalo, que no es solo de María Luisa Real –situada en el corazón de la trama–, sino que ya es el gran escándalo del Gobierno de Revilla». Por ello, ha recordado al presidente que «cada día se pone peor la cosa para el Gobierno, y no porque lo diga el PP sino por cada elemento que se pone encima de la mesa».
Para los populares, se trata de un caso de «corrupción» que ha quedado acreditado primero con la denuncia de la jefa de Contratación del SCS, después con «las pruebas contundentes aportadas por el PP a la Fiscalía», seguido de la dimisión del gerente Julián Pérez Gil y de su número dos, Javier González, «acorralados por su directa implicación» en los hechos; y «también por dos informes de la propia Administración, el expediente informativo que confirmó las denuncias y el informe de la Intervención General, que no solo las corrobora sino que las amplía». Y pese a todo ello, critica Buruaga, «la consejera de Sanidad sigue al mando» y, «según sus propias palabras, se siente bien respaldada». Ante esta situación, el PP advirtió que no está dispuesto a dejar que «el tiempo amaine el temporal», «no vamos a consentir que este asunto caiga en el olvido». Por lo que vaticina «un otoño caliente».
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