El PP comienza el curso político con la misma reivindicación con la que acabó el anterior: la petición al Ejecutivo de acometer una bajada de impuestos para ayudar a las familias y las empresas en un momento «muy complicado para los cántabros» y con la ... previsión de que la situación económica se agravará con la llegada del otoño. María José Sáenz de Buruaga y su equipo, calculadora en mano, consideran que hay margen suficiente para una rebajar el tramo autonómico del IRPF para todas aquellas rentas inferiores a los 60.000 euros anuales. En línea con lo que defiende en Madrid el PP nacional, lo que quieren es compensar la pérdida de poder adquisitivo como consecuencia de la subida de los precios.
Según estos cálculos, esta reducción de impuestos dejaría en el bolsillo de los ciudadanos de la comunidad autónoma 70 millones de euros. Una cantidad asumible, según Buruaga, teniendo en cuenta que el Gobierno regional recibirá este año del Estado 167 millones de euros más como consecuencias del incremento de la recaudación –especialmente a través del IVA, ya que al subir los precios, a igual proporción de impuestos, el dinero que llega a las arcas públicas es mayo– ligada a la inflación.
Pide «devolver a los cántabros parte de lo que han pagado de más» a las puertas de lo que parece un escenario de «drástica caída del consumo, que se traducirá en menos crecimiento o recesión y más paro». Nada revolucionario, según los populares, ya que se trata de algo que ya se ha hecho en territorios en los que gobierna el PP o en el País Vasco, donde el PNV está en coalición con los socialistas. Esa es la primera de las medidas de las cuatro que presentó este viernes Buruaga. Las prioridades de su formación para el último año –quedan ocho meses para las elecciones– de legislatura frente a un bipartito que, a su entender, no ha marcado aún sus líneas de acción de aquí a mayo.
En la lista de deberes pendientes de la coalición PRC-PSOE pone frenar el deterioro de los servicios públicos y especialmente de la sanidad que atendiendo a las listas de espera de los hospitales o la falta de personal en la Atención Primaria «nunca había estado en riesgo como ahora» o la falta de control sobre el déficit y la deuda. Y concretamente a Revilla, los populares le reclaman que abandone la sumisión a Pedro Sánchez y comience a reivindicar al Estado para poner solución a los problemas de la industria electrointensiva, la ganadería y la falta de avances en infraestructuras. «Las obras están paralizadas o avanzan a cámara lenta», lamentó Buruaga, que también subrayó que la que están en marcha son las que dejó listas el exministro De la Serna.
«Vamos a seguir poniendo al lado de cada problema una solución, aunque nos manden callar» apuntó Buruaga, que calificó su labor de oposición como «absolutamente constructiva» y afirmó que los cántabros, tras cuatro legislaturas -en dos etapas- de alianza PRC-PSOE, no espera de este Gobierno más que «una lluvia corta de subvenciones, mucha propaganda y primeras piedras». Todo pese a que Revilla y Zuloaga disponen este año de 1.000 millones más que el último Gobierno del PP. «Ningún Gobierno ha despilfarrado más oportunidades para apoyar la recuperación y ninguno se ha desentendido tanto de lo que ocurre en la región. Ya es tarde para gobernar. Ya nadie espera que el Gobierno de Cantabria haga en unos pocos meses lo que no ha hecho en 16 años», concluyó.
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