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Cuatro veces ha nombrado María José Sáenz de Buruaga al poeta romano Virgilio durante esta semana. Las dos primeras fueron durante su debate de investidura. Las otras dos, durante la toma de posesión de su cargo como nueva presidenta de Cantabria. Y siempre lo ... hizo con las mismas dos frases que la líder del PP asume como consignas de su mandato: «Solo pueden los que creen que pueden» y «El trabajo todo lo venció». Por el bien de Buruaga es mejor que toda comparación con Virgilio se quede ahí, porque el pensador romano acabó convertido en el guía de Dante Alighieri en 'La Divina Comedia' a través del infierno y el purgatorio. O lo que es lo mismo, el intento del PP por gobernar en minoría y en solitario los próximos cuatro años, obligado a alcanzar acuerdos con Vox y PRC para aprobar cualquier ley y todos los presupuestos en el Parlamento.
«El camino no va a ser fácil, lo sé, porque son muchos los problemas por resolver (...) y no hay varitas mágicas ni tampoco soluciones inmediatas (...) Cantabria nos necesita a todos remando en la misma dirección», avisó Buruaga, convertida ya en la primera mujer presidenta de Cantabria tras jurar su cargo ante las doscientas personas que abarrotaron el patio central del Parlamento. Allí estuvo toda la sociedad civil de Cantabria y una selección de políticos presentes y futuros. «Somos lo que somos gracias a los que han estado antes y yo no puedo olvidar que estoy aquí por los que me precedieron, con sus aciertos y sus errores», dijo la dirigente popular, escolatada también por nombres históricos del PP cántabro que, en mayor o menor medida, han acompañado a la nueva presidenta en su dilatada carrera política que comenzó hace treinta años como concejala en Suances. Alguno como José Luis Gil, que no pisaba el Parlamento desde hace doce años, cuando Ignacio Diego estuvo en el mismo sitio en el que este miércoles estuvo Bururaga. De entre todos sus compañeros de partido, ella mencionó directamente a dos de ellos: Gonzalo Piñeiro, exalcalde de Santander, que le dio su «primera oportunidad»; y el expresidente José Joaquín Martínez Sieso, un «referente» para ella.
Los nombres de los futuros consejeros son ahora mismo la principal incógnita, una vez resuelta la investidura de la presidenta. A escasos días de que tome posesión su Consejo de Gobierno, este miércoles Buruaga no dio muchas pistas sobre las personas que asumirán el control de las nueve carteras. «El Gobierno que nombraré en unos días será el instrumento para eliminar obstáculos y crear las condiciones para que todos los cántabros lleguen tan lejos como se propongan (...) Contaré con un grandísimo equipo de hombres y mujeres, consejeros con talento y experiencia, llenos de ganas y energía», avanzó.
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Acompañada también por su familia, Buruaga dibujó cuál será su filosofía de trabajo una vez que se instale en el despacho que durante los últimos ocho años utilizó Miguel Ángel Revilla, al que volvió a agradecer su «coherencia y responsabilidad» en el relevo del poder. La nueva presidenta adelantó que se dedicará «en cuerpo y alma a levantar Cantabria y a devolverle la confianza para que vuelva a crecer». «No voy a temblar a la hora de tomar decisiones y cambiar lo que haya que cambiar (...) pero procuraré hacerlo desde la sensatez, el diálogo y la moderación, alejada del revanchismo, la intransigencia y el populismo, porque creo en la política que une y no en la de bloques que divide y fractura». Una alusión directa a su posición en el fuego cruzado entre PRC y Vox que puede marcar el tono de la legislatura y dificultar la consecución de acuerdos.
Precisamente, uno de los mayores puntos de conflicto entre los regionalistas y el partido de Santiago Abascal es la autonomía de Cantabria. Y este miércoles, Buruaga quiso dejar bien clara su postura: Soy autonomista convencida. No es un escudo para echar balones fuera es, ante todo, asunción de responsabilidad. Su verdadera defensa pasa por hacerla funcionar mejor».
La líder del PP también estuvo arropada en representación de Génova por el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; por el presidente del PP navarro, Javier García; y por la vicesecretaria de Estudios del PP, Carmen Navarro. Esta última aseguró que «una de las mayores satisfacciones» de acompañar a Buruaga en su toma de posesión es que lo sucedido en Cantabria es «un modelo de diálogo, un modelo sensato de Gobierno en el que se han entendido las fuerzas políticas porque han entendido lo que los cántabros votaron el pasado 28 de mayo». «Esa sería la fórmula que los españoles nos están pidiendo y que seguramente nos pidan también el próximo 23 de julio», dijo en alusión a la intención del PP de gobernar en minoría y la posible necesidad de incoporar a Vox en al Gobierno para poder atar la llegada de Alberto Núñez Feijóo a La Moncloa.
«Es el momento del cambio que los españoles se merecen, como han votado en Cantabria: hay otra política y otros políticos; queremos volver a una política serena, sensata. Y es el momento del presidente Feijóo», defendió.
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