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El Servicio Cántabro de Salud continúa inmerso en un histórico proceso de estabilización, con cerca de 2.500 plazas por cubrir. El grueso de ellas, 2.194, se han convocado a través de la oferta de empleo público de estabilización extraordinaria por concurso, en la ... que se valoran los méritos acumulados; con ella se hará fija a buena parte de los trabajadores que acumulan años como interinos de forma automática.
Otras 379 plazas se decidirán por el sistema de concurso-oposición. Esta otra remesa de aspirantes, con más de tres años de experiencia acumulada a 31 de diciembre de 2020, también opta a un puesto fijo en la Sanidad regional, aunque en su caso además de los méritos, precisan realizar un examen. Anestesistas, radiólogos, médicos de Urgencias, y también enfermeras, fisioterapeutas y hasta auxiliares administrativos se enfrentan este fin de semana a estas pruebas, que seguirán celebrándose hasta finales de octubre para otras categorías profesionales.
Esta macrooposición responde al compromiso adquirido por el Gobierno central con la Unión Europea de reducir la tasa de interinidad por debajo del 8%, con el objetivo de asegurar así la recepción de fondos europeos ligados a esta condición, un proceso que debe estar resuelto antes de que concluya el año. En Cantabria, el porcentaje de personal sin plaza fija en la Sanidad es superior al 30. Más de 14.500 profesionales participan en este doble proceso selectivo con la intención de obtener una plaza y convertirse en personal fijo.
María Cobo Enfermera
Tiene 24 años y terminó la carrera hace tres, los que lleva trabajando: empezó en el quirófano del área materno-infantil, y desde hace un año cubre una vacante en Radiología, también en el Hospital Valdecilla. Se enfrenta al examen con ganas, pero sin mucha convicción. «Con tres años no tengo muchas probabilidades: si el examen supone el 60% de la puntuación y el tiempo trabajado un 40%, cualquiera con más antigüedad, a poco que saque en el examen, me supera». Quizás por eso –y por dedicarse a una profesión en la que apenas hay paro– no se está matando a estudiar: «He hecho algunos test, estoy mirando resúmenes... me presento para coger experiencia. Además, han tardado en sacar la fecha del examen, y cuando lo han anunciado no han dado mucho margen».
«Lo que cambia en esta oposición es que las preguntas que están mal no restan, y que el temario, que es la mitad, resulta bastante asequible: eso es para los que están con más tiempo, que van a sacarlo a poco que hagan».
Virginia Gutiérrez Enfermera
«Si no apruebas y no consigues una plaza no tienes la presión de que te quedas sin trabajo, porque sabes que lo vas a tener por la falta de enfermeras que hay. En mi servicio hay bajas que no se cubren, se trabajan más horas de las debidas... Hay compañeros quemados, y algunos se arrepienten de haber estudiado Enfermería por las condiciones de trabajo que tenemos ahora. Eso es negativo, pero la parte buena es que sabes que no te a va a faltar trabajo».Con siete años de experiencia, los últimos cuatro trabajando en el área quirúrgica de Valdecilla –en la sección de Ginecología y Pediatría–, ha empezado a creer en la posibilidad de sacar plaza fija en esta convocatoria. «Al principio pensé que no tenía opciones, pero ahora, hablando con más gente y viendo cómo he quedado en la lista de estabilización, me he motivado: creo que si saco una buena nota puedo hacerlo. Hasta esta semana no tenía nervios, pero ahora sí noto un poco de presión y tengo ganas ya de que pase».
Luz Encina Jiménez Enfermera
Con tan larga trayectoria profesional –empezó a trabajar, en el Hospital de Laredo, en 2003–, cualquiera daría por hecho que tiene su plaza fija reservada, pero ella prefiere pisar sobre seguro. «Pienso que voy a estabilizar en el concurso, pero no obstante me voy a presentar también al examen, ante la duda y porque los procesos van un poquito lentos. Hasta que no tienes la plaza firmada no hay nada seguro».Después de pasar por distintos destinos, volvió a Laredo, donde no le importaría consolidar su plaza, aunque lo ideal para ella sería trabajar en Atención Primaria y en Castro Urdiales, donde vive con su familia. «Más que nada estoy leyendo, haciendo algún test... Trabajo por las mañanas y dispongo del tiempo que me deja el hacer de mamá, las extraescolares y demás. Voy con algo más de tranquilidad porque espero consolidar la plaza con el proceso anterior: se supone que estoy incluida en la lista, pero nunca sabes las vueltas que pueden dar las cosas».
Paula González Enfermera
Empezó, en 2017, trabajando en el consultorio de Cabuérniga. Ha pasado por servicios de Urgencias de Atención Primaria, en la UCI, en Intensivos... desde hace ocho meses está de correturnos en el área materno-infantil de Valdecilla. «¿Que cuál sería mi sitio soñado para trabajar? Ahora mismo no sabría decir: las cosas están un poco mal en todo el sistema». Habla de tres cuestiones pendientes: la primera, el reconocimiento de la categoría profesional de las enfermeras, el nivel A1, que les abriría las puertas a puestos de gestión; la segunda, el desperdicio de profesionales bien formados ante la falta de plazas específicas de especialidades para las que han estudiado. La tercera es la más difícil de solucionar: «Tenemos un montón de necesidades sanitarias y muy pocos recursos; las necesidades son ilimitadas y los recursos limitados».«Me presento con la idea de aprobar esta oposición. Estoy haciendo test, sin preparar mucho más: llevo siete años trabajando y tengo opción de sacar plaza».
Rebeca Pérez Enfermera
«Tuve la suerte de poder entrar en Intensivos al acabar la carrera –en 2019–, y me gustaría seguir en el sitio en el que estoy, porque estoy encantada: Valdecilla es un hospital superpotente y merece la pena quedarse, y donde quiero consolidar mi futuro es ahí».
A pesar de la ilusión con que habla de su puesto, reconoce que no tiene muchas esperanzas de conseguirlo. «Esta oposición es un poco obligatoria: hay que presentarse porque hay que hacerlo, pero no porque vaya a sacar plaza, porque por el tiempo que llevo trabajado no me corresponde. Voy un poco más a la aventura que a sacarla».
«Estoy volviendo a hacer test de otros años, y cogiendo los temarios de la oposición del País Vasco que hice y de otras anteriores. Si sabes que no tienes opciones, vas más tranquila al examen: al final, no te juegas el puesto de trabajo. Esto es una forma de asegurarte y consolidarte en el puesto en que estés, pero no se pone en riesgo el trabajo, que es lo que más nervios podría dar».
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