Cabárceno bate récords y se consolida como el gran reclamo turístico regional

Cabárceno es, además, la joya de la corona de Cantur, la empresa pública, dependiente de la Consejería de Industria, Turismo, Innovación, Transporte y Comercio, que gestiona también el teleférico de Fuente Dé, la estación invernal de Alto Campoo y los campos de golf Abra del Pas-Celia Barquín y Nestares. El tirón del Parque de la Naturaleza hizo posible que el conjunto de instalaciones de Cantur superaran el millón de usuarios en 2022 (fueron 1.041.161, exactamente), en el segundo mejor año de su historia, a pesar de que la falta de nieve ha impedido iniciar la temporada de esquí en Brañavieja.

Al hacer públicos estos datos, el consejero del área, Javier López Marcano, destacó la importancia del Parque de la Naturaleza de Cabárceno como atractivo turístico y su valor como «imagen de marca de Cantabria y referente del turismo de naturaleza y familiar», y señaló que el gran balance de las instalaciones en 2022 también refleja que los visitantes «valoran la calidad y el servicio que se presta en las mismas».

Recordó, al respecto, las inversiones realizadas en la mejora de las diferentes infraestructuras. Entre estas, se han invertido dos millones de euros en cierres perimetrales en el Parque de Cabárceno, construcción de nuevas cuadras para animales, la recuperación de los jardines y la creación de la Casa del Oso, junto con los nuevos servicios puestos en marcha con visitas en bicis eléctricas, el ecobús gratuito, el acceso de mascotas a la telecabina, la llegada de nuevas especies y la ampliación de senderos hacia Peña Cabarga. Durante la presente legislatura, el Gobierno regional ha destinado casi 3,3 millones de euros al parque.

Ha sido un largo trecho el que ha recorrido Cabárceno para que los terrenos kársticos que había explotado la compañía minera Agruminsa, y que a punto estuvieron de destinarse a vertedero, se transformasen en un edén para el recreo familiar, poblado por innumerables especies exóticas en medio de un paisaje único.

Si es cierta la historia que se ha venido contando durante más de un cuarto de siglo, la idea del parque surgió un día de 1988, cuando el entonces presidente de Cantabria, Juan Hormaechea, sobrevolaba la zona en el helicóptero del Gobierno regional: al pasar por encima de aquel terreno, agujereado y rojizo, tuvo una visión. Por sacarla adelante se enfrentó a toda la oposición –en aquel momento, nadie apoyó el proyecto–, y endeudó a toda la región.

¿Mereció la pena? Ahora, treinta años después, parece que sí: más de medio millón de visitantes al año, quince millones desde su inauguración, son números que lo avalan y que también reflejan el gran impacto del Parque en el turismo y la economía de la región.

Desde su creación, evitó que pudiera considerársele un zoológico al uso, tanto por sus dimensiones y las originales características de su emplazamiento como por jugar la baza de la investigación animal; al tiempo pasaba a ser un recurso turístico dotado de prestigio y un motor económico cuyos efectos se dejan notar más allá de la comarca en que está enclavado.

La capacidad de atracción de Cabárceno y su condición de elemento dinamizador del turismo está fuera de toda duda, encajando a la perfección con el resto de la oferta de Cantabria: para una región en la que tiene tanto peso el turismo familiar, el Parque de la Naturaleza es un complemento ideal. Después de las playas, que continúan siendo el principal valor turístico, Cabárceno es el siguiente gran recurso, al que contribuyen también sus buenas comunicaciones por carretera.

Para el consejero Marcano, los datos reflejan además que se está avanzando en el objetivo siempre perseguido de desestacionalizar el turismo: Cabárceno ha batido récords en los meses de enero, febrero, mayo y noviembre. Ajeno a los termómetros y a los días nublados, para el parque siempre es verano.