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Era una de las teorías que ya se dejó escuchar el sábado por la mañana entre los corrillos que se formaron en la calle Genoz de Cacicedo de Camargo poco después de que se desatase el incendio que acabó con uno de sus vecinos. ... Que las llamas se habían producido por un calefactor junto a una cama, apuntaban. Y según pudo confirmar ayer este periódico es esa la principal hipótesis que sostiene la Guardia Civil, que ha abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido en esta vivienda que llevaba semanas siendo foco de problemas de convivencia vecinal y que el sábado terminó con la vida de un hombre de 57 años.
Todavía quedan muchas incógnitas para terminar de esclarecer qué sucedió en este barrio residencial de Cacicedo. De hecho, ayer por la tarde, a la espera de los resultados de la autopsia, los investigadores aún no tenían confirmada oficialmente la identidad de la víctima debido al mal estado en el que quedó el cuerpo tras el incendio. Por el momento, la principal línea de investigación que tienen abierta es que la combustión se produjo por un calefactor situado junto a una cama, similar a lo que también apuntan las pesquisas que pudo desatar el incendio mortal que se cobró la vida de otras tres personas hace dos semanas en la calle Juan de la Cosa de Santander.
Actualmente, el chalé de la calle Genoz en el que se produjo el suceso se mantiene con el precinto de la Guardia Civil. Ayer, todo estaba tranquilo en el barrio después del trasiego de ambulancias, bomberos, policías y autoridades que se produjo el día anterior tras el incendio. «No, por aquí no ha venido nadie desde que se fue ayer la policía». Lo confirmaba a preguntas de este periódico uno de los vecinos de la zona residencial. Tampoco han regresado por ahí en las últimas horas ninguna de las personas que se habían mudado con la víctima desde hacía unas semanas y que, según apuntan los residentes, habían provocado desde entonces numerosos altercados y problemas.
Además de las incógnitas que genera el suceso para saber cómo se desencadenó el incendio, también quedan ahora las dudas sobre el futuro. En concreto, si el verdadero dueño de la casa (dado que el fallecido alquiló el chalé hace más de una década) podrá recuperar próximamente la vivienda tras el deceso. El inquilino había dejado de pagar la renta hace varios años, aproximadamente desde que rompió el vínculo con su mujer y sus hijas hace cinco años.
El propietario de la vivienda desde hace tiempo vive en Valencia y, según comentan por el barrio, «ya se había resignado a que nunca recuperaría la casa» porque el inquilino «se había acogido al escudo social por sus problemas y no podía echarle». Fuentes municipales explican que todavía es pronto para adelantar cómo van a suceder los acontecimientos, pero todo apunta a que el único que tenía un derecho adquirido sobre esa casa era la víctima y no el resto de personas que desde hace semanas merodeaban y residían en el domicilio, entre ellos el sobrino del fallecido.
Por el momento, ayer un familiar del propietario sí se acercó a la vivienda para comprobar su estado, aunque –al estar precintado– «no pudo acceder al interior», puntualizan vecinos que estuvieron presentes durante la visita. «Es una pena que el desenlace haya tenido que ser una desgracia, pero ojalá que, por lo menos, esto sirva para que ellos puedan recuperar la casa y nosotros la tranquilidad en el barrio», añade el residente de esta calle que desde las pasadas Navidades (cuando se mudó el sobrino al chalé) se había convertido en un auténtico «infierno». Con constantes peleas, música a altas horas de la madrugada, «gente tirada por la calle», llamadas a la Policía y más de un susto que mantenía en vilo a los habitantes de la calle Genoz.
Los incendios en viviendas y edificios se han cebado con Cantabria en los últimos meses. Fuegos que, en algunos casos, han dejado víctimas mortales y que se suman a otras tragedias de distinta índole que han conmocionado a la región en un arranque de 2025 con los sucesos como principales protagonistas de la actualidad. Entre los siniestros más destacados figura el que tuvo lugar en la madrugada del pasado 26 de octubre, cuando un vecino de La Albericia provocó presuntamente una explosión que desembocó en un incendio en el edificio en el que residía. Además de morir él, se llevó por delante a un matrimonio. Hasta trece personas terminaron heridas esa madrugada a causa de la explosión, el incendio y posterior derrumbe del edificio, en una postal que aún puede verse en la calle santanderina. Cuando la capital todavía no se había recuperado del duro suceso en La Albericia, hace unas semanas, el pasado 17 de enero, se desataba otro virulento incendio en el número 33 de la calle Juan de la Cosa. Ese día también hubo que lamentar la pérdida de otras tres vidas, las de los tres hermanos que vivían en el ático del edificio y que no pudieron escapar de las llamas (dos fallecieron esa misma fecha y el tercero, días después). En esa ocasión, todo apunta que un calefactor colocado cerca de un colchón fue el origen del fuego, al igual que podría haber sucedido, según investiga la Guardia Civil, este fin de semana en Cacicedo de Camargo con el incendio que terminó con la vida del hombre de 57 años.
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