Camargo convoca a los amantes de los libros de forma telemática

Como cada último jueves de mes desde hace 16 años, el pasado 27 de febrero el primer grupo del Club de Lectura de la Biblioteca Municipal de Camargo acordó un nuevo libro en el que sumergirse y del que anotar algunas impresiones para la próxima reunión. La historia es caprichosa. Aquel día al destino se le antojó que no fuera otro sino el optimismo a prueba de bombas de 'La tía Mame' (Patrick Dennis, 1954) el que guiara el camino de sus miembros hacia un encuentro sin precedentes, el primero en estar condicionado por un estado de alarma. Alentada por el alud de iniciativas educativas, culturales y hasta deportivas que han surgido desde la activación del decreto, la directora de este espacio público, Ana Isabel Calvo, no lo dudó un instante. Echó mano del teléfono móvil, abrió los tres grupos de WhatsApp que mantiene con los lectores y propuso: «Ya que no puede ser dentro de la biblioteca, ¿por qué no quedamos a través de una videoconferencia?».

La respuesta no pudo ser mejor. El jueves, 28 de marzo, hasta catorce lectores se conectaron a sus dispositivos para escribir un nuevo capítulo en la historia de la agrupación, al igual que vienen haciendo desde entonces el resto de coordinadores del programa -Anaí Martínez, Fernando Rebanal, Constantino Rodríguez, María Eugenia Pintos e Inés García de la Banda-. «Estuvimos una hora y media comentando la obra», sonríe la responsable, antes de poner de relieve la necesidad de muchos por «encontrarse alrededor de un libro».

Porque fue una oportunidad para hablar de Mame, sí, pero también de abrirse y encontrar un compañero al otro lado de la pantalla. Calvo se acuerda a menudo de una integrante, una señora mayor de Camargo, que la llamó agobiada por la idea de no poder acceder a la videollamada. «Compartir la lectura es terapéutico», repite de vez en cuando.

Y sí. El confinamiento también tiene su lado positivo. Si algo está ofreciendo esta situación sobrevenida es tiempo, para uno mismo y para desempolvar los libros pendientes. Reflexionar. «Antes no parábamos. Lo que peor se lleva con la lectura es la prisa, la multiplicación de tareas, las redes... Este va a ser un tiempo precioso para acercarnos a lo importante. Con un libro no te vas encontrar solo nunca», concluye la directora, a quien los miembros del club ya han sugerido textos, iniciativas y obras de lo más oportunas para este periodo tan excepcional, como 'El hombre en busca de sentido' (Viktor Frankl, 1946).

Es una pregunta muy recurrente estos días. ¿Volverá todo a ser como antes? La directora de la Biblioteca no cierra la puerta a nuevas oportunidades y, aunque prevé que «la gente seguirá prefiriendo reunirse en persona», confía en que los encuentros telemáticos puedan atraer otros lectores: «Quizá a personas que no puedan salir de casa o incluso jóvenes, a quienes más nos cuesta llegar. No hay que dejar a nadie atrás». Para hacerse una idea del perfil medio de sus miembros, el Club de Lectura se compone de unos 80 vecinos de más de 40 años, «mujeres por amplísima mayoría».

La avalancha de estímulos informativos y culturales está a la orden del día. Sin descanso. De ahí la importancia de los bibliotecarios y su papel como mediadores. «Es un espacio que tiene más sentido que nunca y esta es nuestra oportunidad de demostrarlo», manifiesta. A disposición de todos, mayores y pequeños, la Biblioteca ofrece enlaces a contenidos de narradores, editoriales y obras de interés, sin mencionar el Sistema de Lectura Pública de Cantabria y su préstamo de libros electrónicos.