El cambio de la criminalidad en Cantabria: menos robos de coches y más agresiones sexuales y ciberestafas

Hay algunas tipologías que tienden a desaparecer. Son las más tradicionales, como los hurtos. El robo de la cartera es tan peligroso, arcaico y sucio que ya son muchos menos los delincuentes que se manchan las manos. La artimaña se ha trasladado a otros ámbitos más limpios, más anónimos y seguros, como los espacios digitales.

El gran cambio se aceleró tras la pandemia. El confinamiento obligó a los delincuentes a idear nuevas formas para el delito. Con todos encerrados en sus casas, el robo tradicional se redujo a la nada y hubo que dar el salto tecnológico, que hasta el momento sólo se había tanteado de forma tímida. Comenzaron a proliferar las estafas informáticas, las suplantaciones de identidad y todas las versiones, cada vez más originales y creativas, de timar a través de internet. Eso ha obligado a la creación de unidades especiales para combatir este tipo de estafas. Pero hay otros delitos que también están en escalada, como los sexuales.

Hasta un 56% crecieron en estos últimos ocho años. Y lo más grave es que son cada vez más las violaciones con penetración, que aumentan de 6 casos en 2016, a 34 en 2023. Aseguran fuentes de la Policía Nacional que no conviene generar alarma porque, en cierto modo, tiene que ver también con que cada vez son más las víctimas que se deciden a denunciar. La gran explosión se dio, también, tras la salida de la pandemia. Crecieron estos delitos hasta un 46% en 2021 respecto a lo que había sido 2020. Pero aún es más sangrante lo que se está observando en este último ejercicio: las violaciones con penetración crecieron un 66,7% respecto al mismo semestre de 2023. «Son más las denunciantes y eso es bueno porque ayuda a visibilizar un problema que antes pasaba más inadvertido», aclaran fuentes de la Policía Nacional.

Otro de los problemas que causa gran alarma social por la naturaleza del delito son los robos en viviendas. Cantabria experimentó una explosión de estos hechos en 2021, cuando crecieron hasta un 36%; pero el trabajo de los agentes ha dado sus frutos y la cifra ha comenzado a caer un 5% en el primer semestre de este año respecto al mismo periodo de 2023. No es el único tipo de delito a la baja, por suerte. Sucede lo mismo con los robos de vehículos, que ha experimentado pequeños altibajos pero que ahora parece tender a reducirse. Decreció un 50% en la comparativa de estos últimos años.

El futuro, en todo caso, no es halagüeño porque la tendencia ascendente del delito, en general, no se frena en la región. El crecimiento poblacional tiene mucho que ver con ello, sobre todo en la temporada estival, que en los últimos años ha experimentado una explosión del turismo nacional. Son muchos los sindicatos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que solicitan un incremento de las plantillas, pero de momento son sólo aumentos tímidos y que están afectando principalmente a las Policías Locales.