Secciones
Servicios
Destacamos
Nada. Ni cabos flotando. Esto es lo que se ve cuando uno se asoma a la zona norte de Puertochico desde el paseo marítimo, la llamada Dársena de Molnedo. Las cerca de 200 embarcaciones de recreo atracadas en los pantalanes del Club Deportivo Amigos de ... Puertochico han desaparecido. El motivo: las obras de renovación de las plataformas náuticas de esta dársena, necesarias para garantizar su seguridad. Ayer fue el último día para retirar los barcos y así comenzar con los preparativos de los trabajos, que la empresa Amilibia llevará a cabo a partir de febrero. De esta manera, la Autoridad Portuaria les permitirá otros 15 años de ocupación de dominio público portuario, que hasta el momento la asociación disfrutaba en régimen de concesión y que vencía este mismo año 2022.
Las obras supondrán una inversión de 600.000 euros sobre una superficie de agua de 4.153 metros cuadrados y una superficie de subsuelo de 6,5 metros cuadrados, e implicarán la instalación de pilares a los que irán sujetos los nuevos pantalanes flotantes, la eliminación de trenes de fondeo y de estructuras sumergidas (muertos, cadenas y cabos, entre otros materiales), la canalización para suministro eléctrico a las instalaciones de la concesión y la mejora del control de accesos, con cámaras de vigilancia.
El Club Deportivo Amigos de Puertochico presentó la solicitud al Puerto el pasado año. Esta operación no está sujeta a convocatoria de concurso, ya que no supone fines lucrativos y no supera el 20% el número de atraques destinados a embarcaciones con eslora superior a 12 metros.
Juan Carlos Lanuza, propietario de una embarcación de uno de estos atraques, señala que se trata de una iniciativa «imprescindible, por seguridad. He visto las fotos de cómo están los fondos, de las estructuras a las que están amarradas los pantalanes, y no me cabe duda de que con el siguiente temporal que venga con un poco de fuerza, los pantalanes podrían acabar empotrados contra los Prácticos del Puerto. Para el mes de junio podremos volver a tener nuestros barcos amarrados en este lugar y disfrutaremos de unas instalaciones como las de el Barrio Pesquero o las de enfrente del Club Marítimo, que ya hicieron unas obras similares».
Con las nuevas sujeciones de los embarcaderos, explica Lanuza, «ganaremos también en firmeza. Hasta ahora, al estar amarrados con cabos y cadenas, dependiendo de las mareas se inclinaban hacia un lado u otro». Por ello, agrega, «el esfuerzo económico merece la pena».
Lo mismo opina Marieta Lainz, que cuenta con dos atraques pertenecientes a su familia. «La seguridad es lo que manda. La verdad es que los propietarios de las embarcaciones afectadas hemos estado informados desde el primer momento y nos han dado todo tipo de facilidades. Muchos aprovecharemos para poner a punto nuestros barcos, pintarlos, darles la patente, revisar los motores...», relata.
Iván Penagos aguantó su bote amarrado hasta el último momento. «Tengo la suerte de que un amigo me deja su espacio en otro pantalán, con lo que sólo tengo que trasladarme unos metros. Entiendo que estos trabajos se tengan que hacer si queremos mantener la concesión otros 15 años. Aparte del desembolso económico, muchos de los que tenemos aquí nuestras embarcaciones salimos a la bahía de Santander durante todo el año para pescar. Los días con una buena mar y con sol son un privilegio para salir a pescar y desconectar».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.