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Sala del crematorio de Funeraria La Montañesa DM
El camino hacia el último adiós
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El camino hacia el último adiós

La despedida de un ser querido es un momento delicado que necesita de una guía que ayude a realizar el homenaje que la familia quiere

R.C.

Santander

Miércoles, 4 de octubre 2023

Apenas son 48 horas las que transcurren desde que una persona fallece hasta que tiene lugar su despedida. Suele decirse que el tiempo es relativo y, en el caso que nos ocupa, es una gran verdad. Y es que aunque se trata de un plazo breve, transcurre de forma lenta y, sobre todo, lo hace como en una especie de nebulosa en la que la familia debe llevar a cabo una serie de tareas y toma de decisiones en las que cuesta concentrarse, pero que no pueden esperar.

Es por ello que, en esos momentos difíciles, hacen falta alrededor personas capaces de «acompañar y orientar a las familias en todo el proceso», explica Joaquín Cavero, gerente de Funeraria La Montañesa. Un proceso que empieza con comunicar a la empresa el deceso para que proceda al traslado del cuerpo hasta el tanatorio seleccionado y que, en el caso de Funeraria La Montañesa, puede ser alguno de los cuatro que gestiona en la región (Tanatorio El Alisal en Santander, Tanatorio La Luz en Laredo y los de Santa María de Cayón y Puente Viesgo).

Instalaciones de Funeraria La Montañesa en El Alisal, en Santander DM

Tras esta primera interacción, los asesores de la funeraria establecen un lazo con los familiares más directos para «guiarlos en la toma de decisiones, ya que cuando llegan a las oficinas suelen encontrarse muy perdidos» y son muchos los detalles que hay que definir: ceremonia religiosa, civil o mixta; velatorio abierto o cerrado; flores, esquelas, ropa…

Durante esta conversación, la empatía y la profesionalidad son claves. Por ello, apunta Cavero, es necesario «un personal preparado y con experiencia, al que le importen las personas», que sea capaz de conectar con las emociones, de entender que cada familia es única y, en consonancia, de ofrecer aquellos servicios que concuerden con el tipo de despedida que quieren.

Al respecto, comenta el gerente de La Montañesa, «aunque Cantabria sigue siendo bastante tradicional, se observan ciertos cambios de tendencias, como un aumento de las incineraciones y de las ceremonias civiles. Se buscan actos más personalizados en el propio tanatorio -se habla de la vida de la persona fallecida, se elige la música- que se pueden combinar con una misa religiosa posterior en las propias instalaciones».

En paralelo a esta parte más emocional, un deceso también conlleva una serie de trámites administrativos que deben realizarse tras el fallecimiento y que, con el objetivo de aligerar la carga de la familia, son gestionados desde la funeraria. Así, su personal se encarga de obtener el certificado médico de defunción, la inscripción en el Registro Civil, los trámites sanitarios…

Técnicas avanzadas de tanatopraxia

Sala de tanatopraxia de Funeraria La Montañesa DM

Y mientras tanto, el fallecido descansa en el tanatorio dentro de una cámara frigorífica a la espera de que otro equipo de profesionales lo prepare para su despedida. En este proceso se combinan diversas técnicas de tanatopraxia y tanatoestética que tienen como fin dejar un buen recuerdo entre sus seres queridos. «En La Montañesa nos preocupamos por incorporar a nuestro servicio los procedimientos más avanzados para que el cuerpo tenga el mejor aspecto posible». Desde lavar el cuerpo y realizar un masaje que rompa la rigidez post mortem hasta afeitar, peinar o maquillar, esta preparación del difunto suele llevar entre una y dos horas.

Por otra parte, el ambiente en el que discurren esas 48 horas también es un factor que influye en el estado anímico de los presentes. Este espacio de transición, donde se acoge a familiares, amigos y compañeros del difunto debe ser tranquilo y confortable. Y aunque pueda parecer una cuestión sin mayor importancia, es en realidad un actor silencioso que, cuando no desempeña bien su papel, puede llegar a empañar el momento.

La Montañesa cuenta, por ejemplo, en El Alisal (Santander) con unas modernas instalaciones fundadas en 2005. Dispone de una docena de salas climatizadas, amplias zonas, aparcamiento privado, capilla, cafetería, floristería… Todo ello pensado y diseñado para ofrecer un servicio completo y que resulte cómodo. Además, la empresa cuenta con un crematorio en el Polígono de Raos dotado de tecnología de última generación que permite realizar este proceso de forma rápida y eficiente.

La Montañesa cuenta con modernas salas para los familiares DM

En total, cerca de 50 personas conforman el equipo de La Montañesa que se encarga de acompañar a las familias en el proceso de despedida de sus seres queridos. Un completo engranaje humano que pone todo de su parte para que este momento tan duro pase de la mejor manera posible y que escucha y aprende de cada experiencia para detectar nuevas necesidades e implementar las soluciones pertinentes.

En este sentido, apunta Cavero, es destacable cómo las nuevas tecnologías han entrado y modernizado el sector, sobre todo a raíz de la pandemia. En este periodo, La Montañesa puso en marcha un servicio de streaming para salvar la prohibición de asistir a los actos fúnebres y ha sido algo que «ha tenido mucha aceptación y se ha quedado, ya que cada vez son más los familiares que viven fuera y no pueden desplazarse, por lo que este servicio les permite estar presentes aunque sea a través de una pantalla».

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