Sin candidatos a un año de votar

A poco más de un año para el 28 de mayo de 2023, la fecha fijada para la celebración de los próximos comicios autonómicos, los partidos en Cantabria afrontan doce meses de intensa precampaña electoral. El resultado de las urnas determinará si los números dan para repetir el bipartito PRC-PSOE y, en ese caso, si los regionalistas sondean la posibilidad de buscar un nuevo socio al lado derecho del hemiciclo. También está en juego que los de Revilla se conviertan por segunda ocasión en su historia en la fuerza más votada de la comunidad autónoma o si por el contrario el PP, aparentemente en ascenso, recupera su posición tradicional. ¿Logrará Ciudadanos mantener la representación? ¿Será tan potente como parece el crecimiento de Vox?

Antes de que se resuelvan esos interrogantes se responderá a uno previo: el nombre de los cabezas de lista de cada una de las formaciones en liza. Aunque todavía no se han confirmado los carteles electorales de ninguna de los cinco grupos con representación en la Cámara, se podría dar el caso de que repitieran los de 2019. También que entre al Parlamento la izquierda a la izquierda del PSOE. IU y Podemos ya han cerrado un acuerdo para concurrir de la mano, pero tampoco han decidido quién la liberará.

Nadie en el regionalismo cántabro duda de que el líder de la formación y presidente del Gobierno autonómico, Miguel Ángel Revilla, repetirá como cabeza de lista en 2023. Aun así, es el propio protagonista el que marca los tiempos y prefiere dejar la incógnita sobre la mesa. La pasada semana, desde Asturias, volvió a dar una patada a la pelota y afirmó que sería el próximo otoño, coincidiendo con el congreso interno del PRC, cuando tomará una decisión al respecto. «Es que ya son muchos años. Cualquier día me entra un arrechucho y me quedo tronzado en una silla», ironizó Revilla, que en enero soplará 80 velas en la tarta.Sabedor de su tirón, va preparando el terreno y avisa del riesgo real de que PP y Vox puedan llegar a la mayoría absoluta.

«Como sumen, la hacen», señaló el regionalista, que entiende que si prolonga una legislatura más su vida política podrá impedirlo. Más allá de las claves electorales y demoscópicas, si Revilla –en otras ocasiones ya insinuó una salida que no consumó– sigue en la pelea, evitará el conflicto en la familia regionalista por la sucesión. Hay «una pila de nombres»para coger las riendas del PRC con garantías, afirma, pero el escenario es incierto y muchos de esos protagonistas ya van cogiendo posiciones.

La vida interna del PP en los últimos cinco años ha sido un trampolín no acto para cardíacos. Tras el último congreso regional que enfrentó a Ignacio Diego y María José Sáenz de Buruaga y que esta última ganó por la mínima, los jaleos internos y los vaivenes a nivel nacional han sido algunos de los motivos de la caída de apoyo en las urnas en Cantabria. Con la llegada de Pablo Casado tras la moción de censura, la dirección regional del PP siempre ha estado cuestionada desde Génova, con el rumor constante de que en cualquier momento podía caer la guillotina sobre la cabeza de Buruaga. De hecho, lo intentaron en 2019 al designar a Ruth Beitia como cabeza de lista –duró unos días– a la presidencia de Cantabria frente a la candidata natural, la líder del PP en la región.

Eso demuestra que es Madrid y no Cantabria quien tendrá también la última palabra en 2023, pero las circunstancias son bien distintas. «Con Feijóo esas cosas ya no pasan». Sería una sorpresa que no se enfrentara a Revilla quien gane el congreso regional, que inicialmente se iba a celebrar antes de julio y que, aún sin fecha, podría volver a retrasarse. A ese congreso concurrirá Buruaga, seguro. Gema Igual, que Casado quiso impulsar como alternativa, ya ha dicho que quiere repetir en la Alcaldía.

El PSOE de Cantabria presume de ser el partido que más voz da a los afiliados y hay que darle la razón. Después del tenso congreso regional de diciembre en el que Pablo Zuloaga logró revalidar el liderazgo pero no aplacar la corriente de oposición interna, los militantes socialistas tendrán que volver a las urnas antes de final de año para decidir si su secretario general se convierte también en candidato a la Presidencia. Es obvio que Zuloaga concurrirá a este proceso y más que previsible que lo consiga, pero también hay muchas posibilidades de que no tenga el camino libre.

Hace cuatro años, el tezanismo propuso sin éxito al exdiputado Ricardo Cortés y ahora la corriente que en el cónclave interno encabezó Judith Pérez Ezquerra tiene intención de repetir la jugada. Aunque hace unas semanas acordaron una lista de unidad para completar la renovación del Comité Regional, eso no significa que no haya confrontación. Tras esta renovación, los críticos al oficialismo presumían de haber sumado un tercio de la representación en este órgano con 35 miembros. Un resultado «que nos va a permitir exponer nuestras posiciones en el máximo órgano de dirección y hacer un seguimiento de la gestión de la dirección del Partido y de la actuación del Gobierno de Cantabria».

Los estatutos de Ciudadanos establecen que tanto el candidato a la Presidencia del Gobierno de España como los de los respectivos gobiernos autonómicos los eligen los militantes. Es decir, que para que Félix Álvarez repita el 28-M como la persona al frente de la formación naranja lo tienen que ratificar previamente los afiliados. El Comité Ejecutivo Nacional se reserva la posibilidad en último término de modificar la voluntad popular de los militantes, pero esta es una herramienta que solo se utiliza en casos excepcionales. El último ejemplo fue los comicios catalanes de febrero de 2021: la elegida por las bases fue Lorena Roldán, pero a pocos meses de votar se pasó al PP y entonces Cs tuvo que meter mano en el asunto con este mecanismo de urgencia.

No parece previsible que en Cantabria se dé una situación similar. Como en el resto del país, el partido ha experimentado en los últimos tres años una disminución importante de militantes, aunque en la comunidad autónoma, pese a no haber entrado en el Ejecutivo regional como sí ocurrió en Murcia, Madrid, Andalucía o Castilla y León, la sangría ha sido más contenida. Ellos decidirán si, en la actual dinámica de pérdida de apoyos, Álvarez es la persona elegida para tratar de mantener alguna representación en la Cámara.

El actual portavoz del grupo parlamentario de Vox en la Cámara autonómica, Cristóbal Palacio, se ha convertido en la cabeza visible de la formación en la región. Aunque el poder interno corresponde a Ricardo Garrudo, persona de confianza de Santiago Abascal y uno de los impulsores del proyecto político a nivel nacional, su trabajo se restringe a la organización interna y a la participación en los actos que celebra en las calles la formación. Hace tres años Garrudo decidió dar un paso atrás y ahora Palacio se ha convertido en la auténtica cabeza visible de Vox en la región.

En el partido en Cantabria ya han comenzado los movimientos de cara a entrar en las listas de 2023 y hay diferentes corrientes con intereses enfrentados, pero lo que todas ellas tienen claro es que el nombre del candidato a la Presidencia de Cantabria lo decidirán en Madrid. Como ha ocurrido en Castilla y León y más recientemente en Andalucía con Macarena Olona, los afiliados tienen voz, pero no voto.

Palacio se siente cómodo en su posición actual y no tendría problema en repetir como cartel electoral. Más bien todo lo contrario. Y parece que la dirección nacional del partido también está contenta con su labor en el Parlamento, pero habrá que esperar.

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