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Llega marzo y también el momento de que los alumnos de FP pongan rumbo a varios países europeos gracias al programa Erasmus+. Lucía Gómez aterrizará ... en un pequeño laboratorio de análisis clínicos en Sicilia (Italia), donde confía en ganar soltura preparando muestras biológicas para su visionado al microscopio, una de las funciones que tienen asignadas los graduados en el ciclo de Anatomía Patológica. Ella ya está en 2º curso, «mi último año, y la verdad es que está muy bien. Las prácticas son abundantes y están orientadas al mundo laboral», sostiene.
En Italia, Lucía rematará una etapa en la FP que, además, espera que le conduzca al grado de Medicina –«estamos en ello», dice con cierta timidez–. La pared que separa la Formación Profesional y la universidad es cada vez más permeable y, sobre todo, la FP ha dejado de ser esa pata endeble de la educación superior. «Eso está cambiando definitivamente», dice Lucía, que ha constatado en las aulas del IES Cantabria (Santander) que «se trabaja mucho» y que los aprendizajes adquiridos son un trampolín hacia el mercado laboral o, en su caso, hacia otros estadios académicos. Ahora se prepara para estudiar en la mayor isla del Mediterráneo. «Es una oportunidad de aprender idiomas, abrirme a otras culturas y conocer gente nueva».
Como Lucía, más de un centenar de estudiantes de grado superior de FP en Cantabria cursará en 2023 una estancia en el extranjero tipo Erasmus+. Es más del doble que el pasado curso –fueron 45– y la cifra más alta hasta la fecha. Los estudiantes con plaza en este programa de movilidad se reunieron ayer en la I Gala de Internacionalización de la FP, organizada por la Consejería en el Palacio de Festivales de la capital. Todo en la gala fue obra del alumnado de Formación Profesional: la música, los arreglos florales, el cátering o la fotografía.
En Cantabria hay ahora más de 14.000 alumnos matriculados en los 120 ciclos y nueve cursos de especialización de FP que existen. Susana Gutiérrez estudia el grado de Mantenimiento Aeromecánico. «Nos encargamos de tener todas las aeronaves a punto para que puedan volar», describe con rapidez. Interesada desde pequeña en los aviones, descubrió el grado en una feria de FP, peleó entonces por una de las pocas plazas en liza y ahora que está en 2º ya ha hecho prácticas con helicópteros en el CIFP Nº1 de Santander.
«Las empresas pueden ver que hemos madurado con una experiencia fuera de casa»
«Es una oportunidad de aprender idiomas, abrirse a otras culturas y conocer gente»
«Estoy ya en segundo curso y este año hemos hecho bastantes prácticas»
En septiembre se va a Malta convencida de que la experienciaErasmus+ será un punto a favor en su currículo. «Las empresas pueden ver que tenemos la mente abierta, que conocemos más culturas y que hemos madurado con una experiencia fuera de casa», reflexiona. Quiere aprender nuevas formas de trabajo, mejorar su inglés y quién sabe, quizá dar allí sus primeros pasos profesionales: «Si me gusta la empresa y yo a ellos, quizá pueda quedarme», dice con confianza.
«Es importante formar parte de todo esto y seguir adquiriendo experiencias»
«El Erasmus es una oportunidad para conocer otra cultura y aprender un idioma»
Alejandro Torres, en cambio, espera sacar rendimiento de su estancia formativa en una empresa de Santarém (Portugal) para luego hacer «más productivo» el proyecto de su familia. Cursa el grado de Ganadería y Sanidad Animal en el CIFP La Granja de Heras, donde aprende sobre la producción en diferentes sistemas y explotaciones, sobre cómo «disminuir el impacto ambiental» o sobre normativa. Perfiles profesionales como el suyo son necesarios: «España es productor de huerta, de carne... Es importante ser parte de todo esto y seguir adquiriendo experiencias». Alejandro quiere traerse, precisamente, nuevas experiencias personales y profesionales de Portugal, y que la «transferencia de tecnología» sea una de ellas.
Mikel Villota, por su parte, ultima los detalles de su próxima estancia en Países Bajos –espera información de la Cámara de Comercio, una de las entidades que gestiona los destinos empresariales del Erasmus+ gracias a su red de socios europeos–, donde quiere rematar su aprendizaje sobre Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma, grado que cursa en el IES Augusto G. Linares de Santander. «Siempre me gustó la programación y empecé con 15 años a hacer pequeñas cosas. Lo tenía bastante claro». Tras cursar Bachillerato, acabó decantándose por la FP y la programación. «Es vocacional, me gusta lo que hago y estoy satisfecho. Y tiene proyección laboral: la programación es algo que se demanda constantemente», por lo que el software y los desarrolladores «son importantes en la actualidad».
A Mikel le gusta conocer gente y culturas diferentes, así que el Erasmus es «una oportunidad» para hacerlo. También para Diego Torre, alumno del grado de Sonido para Audiovisuales y Espectáculos que en un mes pondrá rumbo previsiblemente a Sofía (Bulgaria), es un aliciente la posibilidad de asomarse a otras realidades socioculturales.
Diego aspira a convertirse en técnico de sonido y para ello aprende en las aulas del IESZapatón de Torrelavega a sonorizar vídeos o a manejar mesas de mezcla. Supo que ese era su destino profesional tras asistir a un festival. «Vi todo aquello y pensé: este es mi sitio». Ahora, con la FP está más cerca de lograrlo.
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