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Los ciudadanos valoran la sanidad cántabra con la mejor nota de España. La Universidad de Cantabria lidera por tercer año consecutivo el ranking de investigación. ... Cantabria encabeza el crecimiento acumulado de la producción industrial... ¿Nos hemos equivocado? ¿Esto es Cantabria? No puede ser... Debe de haber algún error. ¿No habíamos quedado en que Cantabria era ese lugar apocalíptico donde hay informes que alertan de la desastrosa situación de Cabárceno, con fuga de animales incluida a causa de sus «pésimas» instalaciones? ¿No era Cantabria donde una alta funcionaria –la jefa de Contratación del Servicio Cántabro de Salud– denuncia adjudicaciones a la carta y el asunto acaba ahora, después de muchas vueltas, en la Fiscalía? ¿No es aquí donde nada arranca y todo se retrasa (Mupac, centro de arte rupestre de Puente Viesgo…)? ¿No es en Cantabria donde el Racing fracasa –y por cierto hay gente que se alegra–? Ahora sí. Esto sí que se parece más. ¿Serán de otro sitio los primeros titulares?
Pues no. Todo ello es Cantabria, para lo bueno y para lo malo, nos guste más o nos guste menos. Y debe de haber alguien para contarlo, aunque siempre haya quienes –según le va fiesta– se quejen amargamente. Sí, esos que tanto reprochan que sólo se hable (y se escriba) de lo malo, y que se dibuje un escenario caótico de lo que pasa en nuestra Comunidad al servicio, dicen, de extraños intereses. Los mismos que piensan que hay seres perversos, unos demonios, que se levantan por la mañana con la idea de atragantar el desayuno del día siguiente a más de uno. Ja. Reproches y más reproches cuando todo es mucho más sencillo. Se trata de informar con credibilidad, de contar historias, las buenas y las malas, y de vez en cuando opinar. Como por ejemplo ahora, para hablar de lo bueno y de lo malo, de lo que gusta y de lo que disgusta. ¿Y por qué? Porque todo esto es Cantabria. Buen día.
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Ana del Castillo
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