Cantabria acumula cuatro años seguidos con aumentos de la criminalidad

«El principal motivo es que las plantillas no están al completo. Ahora parece que hay un cambio de tendencia, pero durante este tiempo ha habido años que se han jubilado en toda España 4.000 compañeros y las nuevas promociones eran de 200 personas», apunta Miguel Roces, portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Cantabria. Para los profesionales no es necesario ver las estadísticas que publica trimestralmente el Ministerio del Interior para saber qué ocurre en las calles. Como cada vez hay menos patrullas en labores preventivas, los delincuentes tienen más facilidad para cometer sus fechorías. Y como los grupos de investigación también están mermados, también es más difícil esclarecer estos episodios.

«La gente tiene que saber que su seguridad no está en riesgo. Las bandas itinerantes -las responsables de la mayoría de las entradas por la fuerza en viviendas- no es que campen a sus anchas por las ciudades, pero sí que tienen más libertad por esta causa. Esto se soluciona fácil, con más efectivos», insiste el representante sindical. Para el SUP, todo pasa por que la tasa de reposición de las jubilaciones sea del 100%, porque aunque la última convocatoria de plazas que ha sacado Interior sí ha sido generosa, estos agentes tardarán al menos dos años en estar plenamente operativos. El último recuento que realizó el Ministerio de Hacienda en enero de este mismo año decía que en Cantabria hay actualmente 1.590 efectivos entre ambos cuerpos.

Ángel Iglesias, de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), suma además que en los últimos años se ha alargado la edad de jubiliación. Estas personas, con algunas facultades físicas mermadas, que en condiciones normales tendrían que estar haciendo trabajos administrativos o de menos acción, siguen en la calle. Incluso, dicen en el SUP que algunos policías, en grupos concretos, están retrasando su retiro para no dejar a sus compañeros 'en cuadro'.

Aunque Iglesias también considera que la falta de personal es la principal explicación, recuerda que la escasa inversión también está afectando a los medios materiales. Pocos y antiguos, con la excepción de los vehículos, que se han renovado recientemente. «Se hace porque importa más aparentar de cara a los ciudadanos que ser efectivos en el trabajo. Por eso nos piden que nos movamos mucho, para que, aunque seamos cada vez menos, nos vean más», aseguran desde la AUGC. Y el último punto que quieren destacar es la falta de organización, por lo menos en lo que se refiere a la Comandancia de Cantabria. Porque mientras que desciende el número de agentes de calle, cada vez hay más oficiales: «La base de la pirámide es menor y el pico mayor. Y esta gente no transmite a los responsables políticos las necesidades reales de la Guardia Civil porque no quieren resultar incómodos».

Los informes del Ministerio subrayan que los delitos que se disparan en la comunidad autónoma son los más leves, algo que también confirman ambos responsables sindicales. En cualquier caso, Iglesias insiste en que sucesos relativamente menores desde el punto de vista del daño material como que te roben un televisor en casa generan una gran sensación de inseguridad en el ciudadano. «No hay bandas violentas en Cantabria, pero cuando no se pone solución al problema se abona el terreno para que vaya a más. Igual dentro de un tiempo nos lamentamos. Porque los malos también leen los periódicos y se enteran cuando cierra un cuartel en un pueblo», concluye.

Junto a Cantabria, también Baleares y la Comunidad de Madrid acumulan cuatro años consecutivos con más delitos. En el resto, al menos tuvo un ejercicio con descensos. Con todo, la región sigue teniendo una de las tasas de criminalidad más bajas de España. Con los datos de diciembre de 2018, estaba en quinto lugar con 30,4 delitos por cada mil habitantes. En el primer trimestre de este año, a pesar de que experimentó un nuevo aumento porcentual, ha ganado una posición hasta el cuarto puesto por demérito de sus competidoras.