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«La subida de la onda epidémica de la gripe está siendo espectacular», admite el jefe de la Unida de Vigilancia Epidemiológica de Salud Pública, ... Luis Viloria. Cantabria atraviesa el pico máximo de la enfermedad de toda España, donde ya es generalizada la epidemia, y aún no se ha detenido el ascenso de la cadena de contagios. En la última semana (del 7 al 13 de enero) se sumaron a la lista de afectados más de 2.000 personas, «el triple de los registrados la semana anterior». En total, ya son 3.870 los cántabros que han padecido el molesto cuadro de fiebre, congestión nasal, tos, dolores musculares, de cabeza..., según el recuento de los centros de salud y hospitales.
Aunque en la primera fase de la onda el virus, como es habitual, se cebó con los niños y los adolescentes, a estas alturas ya no entiende de edades. Los peor parados son los mayores que ya vienen con un historial cargado de patologías y medicaciones, para quienes el virus supone un empeoramiento asegurado. Hasta el momento han sido hospitalizadas 24 pacientes en estado grave, los siete últimos la semana pasada (16 en Valdecilla, 2 en Sierrallana y 6 Laredo). Y hace solo unos días (15 de enero) se produjo un cuarto fallecimiento, con un perfil muy parecido al de los tres anteriores. En este caso se trata de una mujer de 80 años que arrastraba una enfermedad vascular y que, como consecuencia de la gripe, desarrolló una neumonía que no pudo superar. El responsable de esas complicaciones fue la variante del virus A H3N2, señala Viloria, que insiste en que «están circulando los dos tipos de gripe A, el 60% de los casos responden al H3 y el 40% restante al H1», mientras que el B (linaje Victoria), que el año pasado causó estragos, está prácticamente desaparecido. Sanidad ha informado este viernes de un quinto fallecido por complicaciones.
Lavado de manos Es una de las medidas básicas para evitar el contagio, especialmente cuando se ha estado en contacto con una persona ya afectada por el virus.
No acudir a sitios cerrados Si tiene síntomas de la enfermedad no ir a trabajo, colegio, guardería o lugares públicos para evitar contagiar a otras personas.
Protegerse al toser Cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo cundo se tosa o estornude ya que la enfermedad se transmite por vía aérea (gotas de saliva).
Contagio Las personas enfermas son capaces de transmitir la gripe desde un día antes de tener síntomas hasta unos 3 a 7 días después del comienzo de los mismos.
Tratamiento Descanso y antitérmicos. Los antibióticos no mejoran los síntomas ni aceleran la curación, no son efectivos en enfermedades causadas por virus.
Desde Salud Pública apuntan que «hemos llegado a una tasa altísima de incidencia, concretamente de 485 casos por cada 100.000 habitantes», que supera no sólo el nivel máximo alcanzado el año pasado, que fue un año «raro», según Viloria, por el impacto del virus B, que por lo general se mantiene en un segundo plano pero que entonces fue el protagonista principal, sino también las cinco temporadas anteriores. «Sin duda, la de este año es la mayor epidemia de gripe que hemos visto desde 2012, aunque nos referimos a número de casos, que está siendo muy elevado, no a la gravedad de los mismos». Recuerda que «el invierno pasado, tuvimos casos mucho más complejos en la UCI (hubo un paciente que estuvo tres meses). En cambio, en la epidemia actual las defunciones que se han producido han sido bastante rápidas y en pacientes que ya se encontraban de antemano en una situación delicada». Además de los catalogados como graves (seis aún ingresados y catorce ya dados de alta), los hospitales cántabros han registrado «otros 80 ingresos de personas con gripe, pero que no son tan preocupantes», apunta Viloria.
El comportamiento de la gripe este año en la región resulta llamativo en comparación con el experimentado en el País Vasco, que fue la primera comunidad en superar el umbral epidémico, justo unas semanas antes de que lo hiciera, en segundo lugar, Cantabria. «Mientras allí el virus se ha estabilizado y la curva está en situación de meseta, aquí se ha producido un ascenso muy significativo, llegando a cifras de 2005, 2007 o 2008, en general al nivel de incidencia de la primera década del siglo, porque en la segunda la propagación ha sido más suave».
No obstante, el jefe de Vigilancia Epidemiológica recuerda que la gripe es imprevisible y que «unos años pega más fuerte que otros», aunque atribuye el alcance del estallido de este invierno a «esas pequeñas variaciones en la composición del virus, lo que al final se traduce en un mayor número de casos, aunque insisto en que eso no quiere decir que la gripe sea más grave, sino más intensa». La previsión, «hecha con cautela», es que en el transcurso de esta semana (los datos de balance siempre llevan un retardo de siete días) la gripe toque techo y empiece a remitir.
Luis Viloria | Salud Pública
Esa es la lectura que hacen desde Valdecilla en vista de la evolución del número de ingresos atribuibles a la enfermedad. «En el momento actual tenemos un total de 59 pacientes por gripe A (incluidos los de hospitalización domiciliaria). De los 13 casos que teníamos el 1 de enero hemos llegado hasta 67 (el día 14), lo que da la sensación de que podríamos estar iniciando la curva de descenso en el pico de pacientes ingresados, aunque de momento yo diría que es posible que hayamos alcanzado el máximo», señala el gerente, Julio Pascual, que hace hincapié en que «de todos los pacientes ingresados en Valdecilla en esta campaña de gripe y considerados por la sección de infecciosas como graves, el 54% no habían sido vacunados». Un dato que invita a recapacitar, teniendo en cuenta que el grueso de los afectados se incluyen en los grupos de riesgo para los que está indicada la vacunación.
3.870 casos de gripe se han registrado en Cantabria a través de los centros de salud y hospitales.
104 hospitalizaciones ha causado hasta el momento la epidemia en Cantabria, de ellos 24 de carácter grave
El otro termómetro de la intensidad de la epidemia se encuentra a diario en las salas de espera de los servicios de Urgencias, en la época del año donde son más frecuentes los momentos de saturación. Valdecilla registró la presión máxima los días 26 y 28 de diciembre (en este último por la mañana) y los días 7 y 14 de enero. Fechas en las que el servicio de adultos «se acercó a los 400 pacientes/día -el pico se alcanzó el 26 de diciembre, con 410 pacientes-. El resto de los días las cifras de pacientes han oscilado entre 270 y 350», apunta Pascual. «En cuanto a Pediatría, los picos han tenido lugar el pasado fin de semana, cuando tuvimos 200 pacientes/día tanto sábado como domingo; el resto de los días de este año las cifras de niños han oscilado entre 110 y 150, aproximadamente».
Benigno Caviedes | Gerente del SCS
Salvo en Canarias, Ceuta y Extremadura, la gripe ya se ha convertido en epidemia en el resto de España, aunque con una intensidad baja y una tasa de 109,4 afectados por cada 100.000 habitantes, apenas una cuarta parte del nivel con el que azota a Cantabria, según los datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto de Salud Carlos III.
«El principio de esta semana amenazaba negro, pero es cierto que a medida que han ido pasando los días la situación ha mejorado y ahora está bastante bien», sostiene el gerente del Servicio Cántabro de Salud (SCS), Benigno Caviedes, que el lunes reconocía en rueda de prensa la demanda acumulada en Urgencias, especialmente en Sierrallana, que empezaba a quedarse «justo» para acoger los ingresos pendientes, aunque ayer cogía aire con las once camas libres. Una jornada la del lunes que también fue «complicada» para Valdecilla, que tuvo que hacer frente al tapón generado por la llegada de cerca de 200 pacientes en un espacio corto de tiempo. «Ese día sí pasamos algo más de apuro, porque físicamente Urgencias se queda pequeño cuando te llegan hasta tres pacientes en un minuto, pero después se ha normalizado», apunta el gerente, JulioPascual. En cualquier caso, insiste en que «no hemos tenido problemas de camas de ingresados desde el inicio de la campaña de la gripe. De hecho seguimos sin abrir la planta colchón (tercera en la torre C)».
Un escenario al que han contribuido, entre otras medidas, «la incorporación de un nuevo equipo de hospitalización domiciliaria, que nos ha permitido aumentar en 12 camas al día (hasta 72) los ingresos en casa; la tipificación desde Urgencias de los casos de gripe (esto ayuda a una mejor gestión de las camas, evitando aislamientos innecesarios); el refuerzo de las guardias de Medicina Interna, que ha permitido dar altas los fines de semana, y la transformación de gran parte de la actividad quirúrgica urgente en cirugía mayor ambulatoria (CMA)», señala Pascual. También Sierrallana, Laredo y Tres Mares se apoyan este invierno, por primera vez, en la hospitalización domiciliaria, «que se nota bastante», afirma Caviedes, «especialmente en pacientes con gérmenes multirresistentes a los antibióticos, puesto que no liberan sólo una cama en el hospital, sino dos, ya que requieren aislamiento».
Todo ello mientras el Hospital de Laredo hace dos semanas que está «lleno al 99%, con alguna cama disponible (tenemos diez ingresos en domiciliaria), aunque sin pacientes pendientes de hospitalizar con más de 24 horas de espera», subraya el gerente, Ander Larrazabal. Con una media de urgencias «similar a la de 2018, con 125 pacientes diarios», la presión asistencial «no ha alterado el ritmo quirúrgico», añade, consciente de que «aún no se ha alcanzado el pico máximo esperado, quedan por delante tres o cuatro semanas» de actividad intensa. Es más, Caviedes teme que «la situación se torcerá aún más» a partir del lunes.
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