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El Gobierno de Cantabria y la asociación cultural Bosques de Cantabria emprenderán un plan de reforestación para aumentar la masa forestal de la comunidad con capacidad de absorber dióxido de carbono «de forma eficiente», reduciendo así la huella de carbono.
El proyecto 'Reforesta: bosques ... frente al cambio climático' permitirá crear en las próximas semanas 12 hectáreas nuevas de bosque en Colindres, Liendo y Ramales «como sumidero de dióxido de carbono atmosférico», aunque el objetivo es ir dotando de árboles a las 153.000 hectáreas que actualmente están desarboladas en la región.
Con este medida se quiere paliar la «carencia» que tiene Cantabria en materia de superficie reforestada, con apenas una hectárea de extensión de las 530 que existente en toda España, así como facilitar la reforestación y la creación de sumideros de dióxido de carbono.
Las primeras actuaciones de este programa, al que el Gobierno destina este año 23.000 euros, multiplicarán por seis la superficie destinada actualmente en Cantabria a este cometido.
Así lo ha dado a conocer este viernes el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco (PRC), y el presidente de Bosques de Cantabria, Clemente Rasines. Según Blanco, este proyecto «un importante avance» en el desarrollo de tres de las medidas de la Estrategia de Acción frente al Cambio Climático de Cantabria 2018-2030: captura de carbono, conservación de las reservas de carbono y fortalecimiento y capacidad de adaptación de los bosques, informe E. Press.
El proyecto se vertebra en torno a los tres pilares que, según ha dicho, «sustentan el tejido social de la región»: entidades locales, a través de la cesión de terrenos; empresas, a través de su responsabilidad social corporativa, y la sociedad, a través del voluntariado ambiental.
Blanco se ha mostrado partidario de orientar los hábitos de consumo y prácticas productivas hacia un modelo que apuesta por la reducción de las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, además de potenciar la capacidad de la naturaleza para retener fuera de la atmósfera la mayor cantidad posible de ese resto de gases que se seguirán produciendo.
Por su parte, el presidente de la asociación Bosques de Cantabria, Clemente Rasines, ha explicado que el proyecto nace «con una proyección global» para aumentar la superficie reforestada de la región en el Registro de Huella de Carbono, Compensación y Proyectos de Absorción de Dióxido de Carbono en España del Ministerio para la Transición Ecológica.
Para ello, se crearán bosques con una superficie mínima de una hectárea, una cobertura arbórea superior al 20% y unas especies con una capacidad de crecimiento para alcanzar un tamaño de al menos 3 metros de altura.
Otros de los requisitos que tendrán que tener los árboles autóctonos que participen en el proyecto son que se adecúen al biotopo, tengan capacidad para adaptarse al cambio climático y sean eficientes en la fijación de dióxido de carbono.
Además, los terrenos que se utilicen tendrán que llevar más de 30 años deforestados y deberán mantener su masa forestal durante al menos otros 30 años.
El presidente de Bosques de Cantabria ha animado a empresas y a ayuntamientos de la región a que participen en esta iniciativa con la que se pretende recuperar el paisaje de Cantabria y su masa forestal.
En la presentación del proyecto también han estado presentes el director del Centro de Investigación del Medio Ambiente (CIMA), Agustín Ibáñez; los alcaldes de Liendo, Javier Villanueva, y de Ramales de la Victoria, César García, así como representantes de la Corporación municipal de Colindres.
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