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Nunca hubo tantos residentes en Cantabria. La región alcanzó su máximo histórico de población el pasado mes de octubre con exactamente 593.044 habitantes, un récord que alimenta la esperanza de la recuperación de la demografía, altamente envejecida y afectada por una natalidad renqueante. Factores ... estos últimos que explican el saldo vegetativo negativo que arrojó 2023. Un año en que la diferencia entre las muertes y los nacimientos se resolvió con una pérdida de 2.883 habitantes. ¿Qué está ocurriendo entonces para que pese a todo las cifras crezcan? «La explicación son los extranjeros. Los inmigrantes nos están ayudando a rejuvenecer y a mantener la población en Cantabria», resuelve Pedro Reques, catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Cantabria (UC).
Son ellos los responsables del incremento de hasta un 0,26% poblacional en el tercer trimestre de 2024. Eso supone 1.563 personas más que las censadas en la región el pasado 1 de julio, y 2.427 más que las que había hace un año, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El crecimiento cántabro es ligeramente inferior a la tónica general en España, donde la población aumentó, de media, un 0,28%. «Esto tiene que ver con que no hemos tenido la misma capacidad de captación de extranjeros que otras comunidades, donde podemos decir que existe un modelo económico capaz de absorber mucha más mano de obra no cualificada», analiza el catedrático.
El problema de Cantabria es que falta industria, y la agricultura no tiene el peso que ostenta en otros territorios, sobre todo del interior o del sur. En un modelo basado en el turismo y en el sector servicios, es mucho más complicado acoger a toda esta masa de personas sin formación que buscan una oportunidad para salir adelante y emprender un proyecto de vida.
En España, las cifras ascendieron hasta los cerca de 49 millones de personas. Un crecimiento liderado por territorios como la Comunidad Valenciana, con un aumento de hasta el 0,54%, Madrid (0,46%) y Cataluña (0,39%). Son áreas metropolitanas que cuentan con muchas más posibilidades en un mercado laboral más rico, flexible y colmado de oportunidades, algo que resulta imposible de conseguir en otras autonomías pequeñas como Cantabria. Una comunidad donde, de esos 593.044 habitantes, 305.873 son mujeres, lo que supone el 51,57%, y 287.171 son hombres, que representan el 48,42%. Pero la clave para explicar todo este fenómeno tiene más que ver con la nacionalidad. La mayoría de los residentes en Cantabria tiene nacionalidad española, en concreto 545.469 (el 91,97%), frente a los 47.575 extranjeros (el 8,02%), en los que nuevamente las mujeres (24.784) son más numerosas que los hombres(22.791).
592.387 es el récord poblacional
de enero de 2012 que estaba vigente hasta ahora.
47.575 son los extranjeros
que residen en la actualidad en Cantabria, el 8% de la población.
El récord alcanzado el pasado mes de octubre afianza una tendencia al alza poblacional que no se vivía desde hace una década. Fue en 2012 cuando se había alcanzado el máximo anterior: 592.387 habitantes sumó Cantabria en enero de ese año. Pero la crisis económica que se había desatado en 2008 se recrudeció, comenzaron las dificultades y el empleo cayó a mínimos. Se desvanecieron entonces las oportunidades y con ello los planes de futuro tanto para los de aquí como para los que venían de fuera.
«Ese es uno de los máximos problemas que presenta también Cantabria», insiste Reques. «La fuga de talento es algo que está marcando nuestro futuro». Se refiere a toda la mano de obra cualificada, sobre todo universitarios, que se ven obligados a migrar a otras ciudades u otros países con un entramado económico capaz de absorber el talento. «Aquí estamos dejando escapar a ese trabajador cualificado y estamos acogiendo a los menos cualificados. Está bien porque tiene que haber lugar para todos, pero sigo pensando que es un problema formar a nuestros jóvenes, con todo el esfuerzo de recursos que eso implica, para dejarlos escapar con esa facilidad», resume el catedrático de la UC.
Las madres colombianas, peruanas y marroquíes están impulsando la natalidad cántabra
Los expertos exigen políticas específicas para consolidar el incremento poblacional de octubre
Los efectos positivos para el crecimiento demográfico de la migración no se quedan solo en las personas que llegan a Cantabria. «Lo que hacen esas familias es continuar su vida aquí y eso implica tener hijos, que serán también cántabros», señala Rafael Puyol, catedrático de Geografía Humana y rector honorario de la Universidad Complutense de Madrid. Son madres colombianas, peruanas y marroquíes, en su mayoría. Están tirando del carro de la maltrecha natalidad cántabra, que en los últimos años ha permanecido a la cola de la media nacional. Según los últimos datos registrados por el Hospital Valdecilla para el año 2024, hasta el 24% de los nuevos nacimientos en la región son gracias a ellas. Es una información de la que ya se hizo eco El Diario Montañés hace semanas. «Lógicamente son mujeres que tienen adelantada la natalidad respecto a las nacionales y que además tienen más hijos. Todo ello redunda en un crecimiento de la demografía y está contribuyendo, lógicamente, a estas cifras globales en Cantabria», remarca el experto, que pese a todo insiste en que lo importante es que todo este fenómeno no se quede en un efecto coyuntural. «Para hablar de tendencias hace falta que se fijen en un periodo de entre cinco y seis años como mínimo. Por eso creo que es una buena noticia que Cantabria alcance ahora su récord poblacional, pero no hay que perder de vista que convendría aplicar políticas encaminadas a que esto se mantenga en el tiempo», sostiene Puyol.
Acciones que irían dirigidas a dar más facilidades, sobre todo económicas, para fomentar la natalidad. «Una política migratoria que abarque el asunto desde todos los puntos de vista es completamente necesaria y lo estamos viendo cada día en los medios de comunicación», destaca. El catedrático insiste también en la necesidad de aplicar nuevas políticas dirigidas a abordar el envejecimiento poblacional, «y está siendo crucial la lucha contra el despoblamiento de las zonas rurales, que necesitan un impulso ahora más que nunca». «Cantabria debería aprovechar la oportunidad de actuar ya en todas estas materias porque es el momento», insiste Puyol. La oportunidad de afianzar la tendencia que parece querer imponerse con las cifras registradas en octubre.
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