Cantabria busca en los fondos europeos la salida a proyectos con difícil viabilidad

En total, 8,8 millones de euros cuyo contenido real no se conoció hasta que el pasado viernes, el presidente Revilla detalló en el programa 'La Ventana' que el Ejecutivo tiene intención de duplicar el espacio del Parque de la Naturaleza de Cabárceno en los próximos tres años. Hacerlo crecer hacia Peña Cabarga. El regionalista aseguró que saldrá adelante en cualquier caso, pero la intención inicial es captar el dinero que la Comisión Europea desplegará para hacer frente a las consecuencias del covid.

«Con fondos europeos». Esa es la frase estrella que desde hace un mes utilizan los consejeros y alcaldes de Cantabria cuando presentan un proyecto de un elevado coste -quizás inasumible sin esa inyección exterior- y de difícil viabilidad económica, por lo menos a corto plazo. Algunos de ellos, con una larga historia, pero guardados en el cajón por falta de presupuesto. Muchos de los conceptos que aparecen en el documento enviado a Madrid desde Cantabria son tan genéricos que se amoldan a las peticiones que van llegando desde los ayuntamientos o a las necesidades que han ido surgiendo desde entonces. Por ejemplo, la rehabilitación de zonas urbanas de la Puebla Vieja de Laredo (sin cuantificar, pero Vivienda dice que irá a fondos europeos), que podría encajar en el proyecto 'Adecuación del parque de viviendas de Cantabria a modelos eficientes y sostenibles', para el que se piden a Europa 178 millones de euros.

Hay más ejemplos. También Santander reclamó la Consejería de Obras Públicas que una parte del dinero de los fondos europeos se dedique a la construcción de dos aparcamientos disuasorios en las entradas de la ciudad por 6,2 millones de euros. Así lo hablaron ambas partes en la reunión entre la alcaldesa Gema Igual y el consejero José Luis Gochicoa, probablemente pensando que tendría cabida dentro del proyecto 'Plan de infraestructuras de movilidad sostenible'. Ahí también tendría hueco la ampliación del aparcamiento del polideportivo que pide Comillas y que aún está sin presupuestar.

Hay más: la reconstrucción del puente Noguerol en el pantano del Ebro dentro del macroplan para fomentar el turismo en Campoo, la unión de Suances y Barreda con una línea de embarcaciones eléctricas a través del río, o la creación de un gran parque acuático en Sierrallana, aunque estos dos últimos casos sí que aparecen con nombre y apellido en esa lista de peticiones de Cantabria a La Moncloa y Europa. Lo mismo ocurre con la rehabilitación del túnel de La Engaña, otra obra mil veces anunciada y postergada. A esos 102 proyectos, después hay que sumar las que parten de la iniciativa privada (la ampliación de Aguayo, el plan de descarbonización de Solvay, la central hidráulica de Mioño...), aunque muchos de ellos también son «estratégicos» para la región.

Sólo los que vienen impulsados desde el Gobierno regional suman cerca de 2.600 millones de euros, diez veces más que lo que tiene previsto este año el Ejecutivo autonómico para inversiones reales. El Gobierno sabe que esa lista de peticiones es poco menos que una carta a los Reyes Magos y que la pelea está en conseguir los tres proyectos que el bipartito considera irrenunciables: el centro logístico de La Pasiega, el nuevo Museo de Arqueología y Prehistoria (Mupac) y el polo industrial biomédico y tecnológico alrededor del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.

Aunque no los confirmó definitivamente, los tres proyectos fueron avalados el pasado viernes por Pedro Sánchez. Sólo esos suman 280 millones de euros, una cantidad muy difícil de asumir con recursos propios. A partir de ahí, captar algo para el resto sería poco menos que una sorpresa.