Cantabria busca «con urgencia» camareros, fresadores, camioneros y operarios industriales

La compañía explica que el 53% de los directores de recursos humanos del país -también los de Cantabria- reconoce tener problemas a la hora de reclutar talento por la dificultad para encontrar perfiles cualificados. Además, continúa, «es el principal problema al que las empresas han de hacer frente en los próximos meses».

Adecco da algunas pistas, a modo de explicación. Cita razones formativas, fuga de talento a otros países o la poca atracción hacia ciertos sectores con condiciones de trabajo más duras para entender el porqué. A nivel nacional faltan profesionales del ámbito de las Tecnologías de la Información y la Comunicación -IT, por sus siglas en inglés-, personal sanitario, sobre todo a raíz de la pandemia, y titulados de Formación Profesional asociados al desarrollo de la industria (electromecánicos, carretilleros, soldadores, operarios para el sector de la alimentación y técnicos de calidad y mantenimiento).

Luego baja un peldaño para analizar la situación autonómica. En Cantabria son, principalmente, cuatro los sectores afectados a pesar de sus casi 35.000 personas apuntadas al paro. Los hosteleros son de los que más tiempo llevan quejándose de cuánto les cuesta encontrar camareros. A pocos meses del inicio de la temporada alta y con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, las expectativas son altas. Se apoyan en las cifras récord que el Turismo arrojó el año pasado en la región. En la temporada estival, la ocupación hotelera escaló hasta el 93%, la facturación aumentó un 12% y la rentabilidad de los negocios creció un 4%.

«La necesidad de camareros es tremenda», explica Javier Bedia, presidente de la Asociación Empresarial de Hosteleros de Cantabria (AEHC). «Hay que dignificar la profesión porque tiene una mala fama que no se merece», apunta. Para sustituir esta falta de personal, el colectivo que preside trata de formar trabajadores extranjeros. «En Las Carolinas les damos una formación profesional y cuando intentas incorporarlos al mercado laboral no puedes porque no tienen papeles», se queja. En este sentido, una de sus primeras peticiones cuándo se reúna con la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, y con la consejera de Empleo y Políticas Sociales, Eugenia Gómez de Diego, será la de facilitar los trámites.

Cuando se le pregunta si la falta de profesionales es por las duras condiciones de trabajo y los bajos salarios, Bedia no titubea. «Creo que es una leyenda negra. No voy a dudar de que en todos los oficios hay garbanzos negros, como en todos los sectores», explica antes de sentenciar en dos direcciones. «La profesión para un joven es ingrata porque tienes que trabajar los fines de semana mientras todos tus amigos están de fiesta», señala. «Otro factor que nunca nos atrevemos a decir es que el actual sistema de ayudas hace que la gente no sienta especiales ganas por acercarse al mercado laboral. Entiendo que no es políticamente correcto decirlo, pero es una realidad», sentencia.

La logística y el transporte también buscan profesionales. «Si nos viene alguien con los permisos habilitantes y el carné de capacitación, aquí tiene un nicho amplio de trabajo», explica Andrés Cianca, presidente de la Asociación de Empresarios del Transporte de Cantabria (Asemtrasán). «Donde más posibilidades tendría es en el tráfico internacional, porque en el nacional no demandamos tantos puestos», añade Gerardo Pontón, secretario general de la Agrupación Empresarial de Transporte de Cantabria (Aetrac). Ambas patronales -la primera está compuesta fundamentalmente por autónomos y la segunda por empresas- manejan las mismas cifras. Citan un estudio nacional del sector que especifica que son necesarios, por lo menos, 15.000 camioneros para dar abasto con las necesidades. «Entre el 2,5 y el 3% de esa cifra necesita Cantabria, alrededor de 350-450 profesionales», señala Pontón.

«Somos conscientes de que el principal problema es la dificultad para la conciliación familiar. En las líneas nacionales no es tan acentuado, pues están fuera entre semana, pero en las internacionales se pueden tirar un mes entero; y claro, no todo el mundo quiere o puede a pesar de que se paga mejor», añaden.

Adecco, cuando desmenuza cada autonomía, explica que en Cantabria están muy solicitados «los operarios para la industria alimentaria, sobre todo en empresas de pescado y lácteos» por ser un área clave en la industria. En la actualidad, el sector conservero emplea entre 1.500 y 2.000 personas, cifra que puntualmente se llega casi a doblar durante la costera del bocarte, una de las más importantes para la región.

«Tenemos dificultad para encontrar trabajadores. Es un trabajo comprometido y especializado, hay que dedicarle muchas horas para formarse... Si lo comparas con el de una fábrica de componentes de automóvil, por ejemplo, que es más automatizado, aquí sigue siendo muy manual. Hasta que se consigue filetear bien una anchoa, por ejemplo, hay que tirarse mucho tiempo practicando entre el pescado», explica Eduardo Sanfilippo, presidente de la Asociación de Fabricantes de Conservas de Pescadores de Cantabria (Consesa).

El sector industrial también ofrece puestos a aquellos trabajadores con cualificación, y son variados. Según Adecco, operarios industriales del tipo fresadores, torneros, carretilleros o mozos de almacén. Hace, además, especial hincapié en el sector de la automoción. «A nosotros nos llaman empresas de aquí, de la zona de Campoo, pero también de Los Corrales o Torrelavega, incluso de Aguilar de Campoo (Palencia) o Burgos, pidiéndonos chavales», explica Roberto González, jefe del departamento de Mecanizado del IES Montesclaros de Reinosa.

«El mercado precisa torneros o fresadores, pero no como se hacía antes, ahora se va más hacia el control numérico, que es lo que, entre otras cosas, les enseñamos», relata. «Los mecánicos ya no son 'cambiapiezas', ahora deben ser técnicos especializados en el diagnóstico y deben formarse a conciencia», recalca Antonio Diego, jefe del Departamento de Automoción del IES Montesclaros.