Cantabria y Castilla y León actualizan sus límites fronterizos

El última acta adicional, el documento en el que se refleja el acuerdo bipartito, se firmó el pasado martes en la localidad palentina de Brañosera. Hasta el salón de actos de su consistorio se desplazaron el alcalde de Valdeolea, Fernando Franco; el director general de Administración Local, Pedro García Carmona, y el subdirector general del Servicio Jurídico de la Consejería de Presidencia y Justicia, Vicente Mediavilla. En este caso, como ya ocurrió la pasada semana en el encuentro con los responsables de Aguilar de Campoo, el acuerdo fue total. «Es lo más habitual que no haya problemas entre las partes, pero no siempre es así», señala Mediavilla.

Antes de firmar el acuerdo, las dos delegaciones pisan el terreno y revisan los mojones existentes. Lo que ocurre es que algunos están movidos y no siempre hay diferencia entre los que se colocaron en su momento para separar los municipios y los que dividen las propiedades privadas. Por eso, los documentos de 1918 son fundamentales. Y como en la frontera con Palencia desde Hermandad de Campoo de Suso está en un alto nevado, todavía no se ha podido hacer el reconocimiento visual y poner la rúbrica.

Esta actualización de fronteras se enmarca dentro del Plan Nacional de Actualización de Delimitaciones Territoriales del Centro Nacional de Información Geográfica, que tiene como objetivo señalar todos los límites municipales. Cuando el proceso se realiza dentro de la misma autonomía casi siempre es un mero trámite. Más dificultades pueden aparecer cuando entran en juego dos provincias distintas. Aunque con Palencia está primando el entendimiento, el Ejecutivo regional cree que la situación cambiará al pasar a la raya con Vizcaya. De hecho, en este punto, en concreto en Guriezo, ambos gobiernos ya se vieron las caras en los tribunales en 2008. Cantabria salió victoriosa.