Cantabria cierra julio y agosto con dos fallecidos en las carreteras, la cifra más baja de los últimos ocho años

Hay varios matices que los tres han tenido en cuenta a la hora de hacer análisis. El primero es que este año la movilidad en las carreteras de la región se ha incrementado notablemente después de varios ejercicios afectados por la pandemia. «Cantabria ha vuelto a batir todos los récords de turistas que han venido a disfrutar de nuestras playas y montañas, y también de nuestra gastronomía», ha dicho la delegada. Las cifras de desplazamientos así lo corrobora. Por comparar con la época prepandemia, estos han aumentado un 9% (respecto a 2019), lo que supone siete puntos más que a nivel nacional. Si se echa un vistazo a los meses de julio y agosto del año pasado, el crecimiento ha sido del 6%. Julio ha vuelto a ser el mes con más coches en las carreteras -un 15% más que en 2019 y un 11,6% más que en 2021-, mientras que en agosto el crecimiento ha sido más contenido -sólo un 1% más que el año pasado-.

Este aumento del volumen del tráfico, sin embargo, no se ha traducido en un crecimiento paralelo al de accidentes mortales, que es lo que celebran las autoridades. Los dos fallecidos se registraron en el mes de julio. Uno fue el conductor de un ciclomotor en las calles de Santander y el segundo un ciclista en la N-634 a la altura del municipio de Bárcena de Cicero. Agosto, en cambio, terminó sin ninguna víctima mortal por segundo año consecutivo. No obstante, el balance anual no es positivo. Desde el 1 de enero, 10 personas han perdido la vida, lo que supone tres más que el año pasado a estas mismas alturas.

La cifra de accidentes también se ha reducido respecto al año pasado. Este verano se han contabilizado 541, algo inferior a 2021 (556) y en sintonía con los anteriores (583 en 2020 y 588 en 2019). Eso sí, el número de heridos en estos siniestros se situó en 278, 26 de ellos de carácter grave por lo que necesitaron hospitalización.

La recuperación de la normalidad en las carreteras y el incremento de los desplazamientos veraniegos también ha provocado otras consecuencias. Una de las que ha llamado la atención a la Dirección General de Tráfico y a la Guardia Civil han sido las alcoholemias. «Nos ha sorprendido, sinceramente», ha reconocido José Miguel Tolosa. De los 25.134 controles efectuados, 652 fueron positivos, lo que representa un 2,59%. Un porcentaje muy superior al 1,27% del año pasado o al 1,92% de 2019. «Este aumento tan significativo quizás se puede explicar por la recuperación de fiestas, romerías y verbenas durante el verano en toda la región», ha subrayado Tolosa. Por su parte, el comandante de la Guardia Civil ha dado otra pista: «También hemos controlado las principales zonas de ocio. Nos hemos centrado en Castro Urdiales, Laredo, Santoña, Noja y Suances».

El operativo especial de la DGT este verano en Cantabria estuvo compuesto por más de 180 agentes que se añadieron a los 16 puntos de control de velocidad, una furgoneta camuflada y el helicóptero Pegasus, que realizó 66 denuncias por exceso de velocidad, no respetar las señales de tráfico o utilizar el teléfono móvil al volante.

«Todos estos datos demuestran que los conductores son cada vez más cautos y precavidos y tienen en cuenta las campañas de la DGT, aunque también hay personas que piensan que las normas no están hechas para ellos», ha afirmado Quiñones.

Precisamente una de las campañas más importantes de las dos realizadas este verano ha sido la de velocidad, que se ha saldado con 720 conductores sancionados. La segunda fue el mes pasado, de control de alcohol y drogas, y se cerró con 100 denuncias.

El jefe provincial de Tráfico, José Miguel Tolosa, afirmó que la bolsa de alumnos que están pendientes de examinarse de la prueba práctica del carné de conducir –que redujo a 3.636 de los «casi 4.000» anunciados por las autoescuelas– es algo «coyuntural» que espera que se solucione «en octubre o noviembre». También dijo, en clara alusión a los centros de enseñanza, que «hasta mediados de junio nos sobraba capacidad de examen», pero que desde entonces se han producido un par de jubilaciones, a lo que hay que unir una baja, además de las vacaciones de las que disfrutan los funcionarios en la época estival. «En cuanto pase el verano, en cuestión de pocas semanas se podrá normalizar esta situación con las nuevas incorporaciones previstas», señaló.