Cantabria es la comunidad que menos incrementó el gasto en I+D+i en 2022

Los datos del INE son contundentes, sobre todo si se enfrentan a la media nacional, que fue ocho puntos superior (12%, unos 19.325 millones).

Cantabria sale malparada en la mayoría de las comparaciones. En gasto por habitante, por ejemplo, fue la sexta autonomía con menor desembolso: 236 euros, muy por debajo de los 402 de la media del país. Hay que tener en cuenta que el instituto público considera como gasto en investigación y desarrollo todas las cantidades destinadas a este fin en un territorio determinado, independientemente del origen de los fondos. Las comunidades con mayores tasas de crecimiento fueron La Rioja (26,7%), Cataluña (18,2%) y Aragón (15,6%). La única que invirtió incluso menos dinero que el año anterior fue Castilla-La Mancha (con un descenso del 7,6%).

El Gobierno de María José Sáenz de Buruaga es consciente del desequilibrio y tiene la intención de corregirlo, pero no a corto plazo. La Ley de Ciencia de Cantabria establecía, entre otras cosas, la exigencia de que cada año el Presupuesto reservara una cuantía mínima destinada para la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i). Un porcentaje que debía crecer de forma paulatina hasta llegar al 3% en las cuentas de 2027.

Para 2024, marcaba el 2% pero finalmente el Gobierno destinará un 1,4%. «Hemos hecho un esfuerzo importante. Aumentamos el gasto un 16,5%, lo que supone pasar de 37,9 a 44,2 millones», explica Arasti. «Además, en mi Consejería, la Dirección General de Innovación, Desarrollo Tecnológico y Emprendimiento Industrial incrementará su presupuesto el 24% y Sodercán, que también tiene competencias en materia de innovación, lo hará el 32%», señala.

El calendario agregado a la Ley de Ciencia es claro. La región debería haber invertido el 1,24% este año, un 2% el próximo y un 2,33% en 2025, hasta conseguir en 2027 el ansiado 3%. «Me preocupa especialmente la anualidad de 2025. Nuestra intención es alcanzar el objetivo del 2,33%», afirma el consejero. «Nos encontramos en una mala situación. En los últimos años no es que solo no nos hayamos acercado a la media nacional, sino que nos hemos alejado», incide. «En 2022, de hecho, se dedicó la cifra más alejada de la media nacional de los últimos 18 años», apostilla.

El PP se queja de que es una situación sobrevenida. «Lo que no podemos hacer es pasar, prácticamente, del cero al infinito. La herencia que nos han dejado es tan grande que no podemos contrarrestar de golpe la diferencia de inversión respecto a lo que marca la Ley de Ciencia», recalca el titular de Innovación.

La aprobación de la norma autonómica se ha convertido, además, en un instrumento para los reproches políticos. Nacida a finales de 2022 con el visto bueno del PRC, el PSOE y el PP, puesto que fue Vox el único partido que se opuso en la votación, ha retomado de nuevo protagonismo este año. El objetivo era blindar el gasto en I+D+i para contribuir a que Cantabria avanzara hacia la economía del conocimiento y que impulsara un cambio del modelo productivo, a la par del crecimiento del empleo de más calidad y menos asentado del sector turístico, mucho más expuesto a los problemas de estacionalidad.

Pero ninguno de los dos gobiernos que han gestionado la región tras su aprobación han conseguido cumplir los compromisos. Tanto el bipartito PRC-PSOE como ahora el PP en solitario ni siquiera se han acercado a las cifras de incremento del gasto recogidas en el texto legal. A mediados del mes pasado, el que fuera vicepresidente regional durante la anterior legislatura, Pablo Zuloaga, acusó al Ejecutivo de María José Sáenz de Buruaga de que en las cuentas de 2024 faltaba dinero para lograr el 2% de inversión. «Los presupuestos en materia de universidades hacen una subida claramente insuficiente, que solo afecta a los trabajadores públicos de la Universidad de Cantabria, dejando atrás partidas fundamentales, como las de investigación y transferencia del conocimiento», lamentó el líder del PSOE.