«Tenemos que hacer que Cantabria se convierta en un destino golfístico»

El punto de partida lo puso Manuel Garrido. El presidente de la Fundación Ramón Sota hizo una acertada disección de lo que hoy es el golf en Cantabria y lo poco que representa más allá de nuestros límites. Señaló que, pese a su potencial, el golf en la región tiene un nulo reclamo turístico: «Cantabria no es destino de golf» -dijo Garrido, y lo apuntaló al señalar que el 99 por ciento de los que juegan en los campos de aquí son jugadores de la región y que apenas un 1 por ciento vienen de fuera como turistas a jugar-, «pero tenemos que hacer que se convierta en destino golfístico»; al mismo tiempo destacó el peso que tiene el nombre de Severiano Ballesteros y lo que representa: «La marca Seve se vende sola, es 'nuestra', de aquí y, sin embargo, no la utilizamos», poniendo énfasis al preguntarse cuántas empresas se podrían vender aprovechando el tirón de la marca Seve. Por último, Garrido llamó la atención sobre la lenta tramitación administrativa para algunos planes referidos al golf: «Es complicado que cualquier proyecto empresarial aguante tanto tiempo las dificultades normativas que se presentan, y lo normal es que acaben agotando las esperanzas».

A partir de ahí los asistentes a esta cita de Líderes Cantabria, que pilota Leticia Mena, debatieron algunas de las aristas que tiene el golf. Para que este deporte crezca en Cantabria se habló de introducir el golf en el currículum educativo o promocionarlo entre los escolares y en los distintos ayuntamientos; otras ideas versaron sobre la realización de un festival de golf en distintos puntos de la ciudad combinándolo con otros aspectos culturales o gastronómicos, por ejemplo, o promocionar este deporte a través de las redes para llegar a un público más joven.

Y entre las fórmulas para convertir a Cantabria en un foco vinculado al golf, además de crear un 'lobby' para presionar ante quien puede pilotar la promoción del binomio golf/Cantabria, que es el Gobierno regional, se propusieron los paquetes turísticos, crear más campos de 18 hoyos, vender la imagen de Seve y golf en origen -al menos, allí donde Cantabria tiene conexiones directas-, sin olvidar el hermanamiento entre la cuna del golf y la cuna de Seve. Todo para que fuera, pero también dentro, se descubra el potencial que tiene tras de sí el golf y lo mucho que, turística y económicamente, puede aportar a Cantabria.