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Contabilidad trimestral de Cantabria, segundo trimestre. Producto Interior Bruto, variación anual: 1,2%. Variación trimestral: 0,2%. Es el dato frío –el PIB en términos reales– que puede consultarse en una de las últimas publicaciones del Instituto Cántabro de Estadística (Icane). «Es una investigación continua ... de periodicidad trimestral cuyo fin es conocer la evolución de la actividad económica de Cantabria en el pasado inmediato», explican. Y para eso, precisamente, hay que poner los números en contexto. Lo primero es conocer la evolución nacional, la de todo el país. Tomando la referencia anual, España creció al 3,1%, mientras que la evolución trimestral refleja un alza del 0,8%. O sea, que los números cántabros, aunque con signo positivo, se quedan bastante lejos de la media nacional. Un ritmo más lento. Lo segundo es ver la evolución, la serie. Y ahí ese 1,2% es el dato más bajo, el crecimiento menos destacado, desde el primer trimestre de 2021.
El Icane desgrana el dato. Por sectores. Actividades financieras y seguros, inmobiliarias y profesionales tiraron de la economía junto a comercio, transporte, hostelería, información y comunicaciones y, en menor medida, la construcción. Signo positivo. Por contra, industria y energía y el sector primario restaron a la hora de hacer la cuenta. También hay que tener en cuenta –lo señalan los expertos en estadística– la corrección que se hizo desde el INE en septiembre, que eleva la cifra nacional y que no se verá reflejado en los datos de las comunidades autónomas hasta fin de año. En todo caso, está por ver hasta qué punto altera la tendencia regional.
Y eso, la tendencia, «es lo más importante más allá del dato puntual». «Que se sostenga esa situación en el tiempo –un crecimiento a menor ritmo que el del resto del país–», señala David Cantarero, catedrático de Economía de la Universidad de Cantabria. El experto señala varias claves. El «retroceso del sector primario», que «no viene de ahora» y que «no va a volver a tener el peso que tenía dos décadas atrás», es una de ellas. El del ámbito industrial/energético es otra.
«Seguimos siendo una economía con una limitada apertura comercial, con poca influencia en el sector industrial/energético. Todo está muy concentrado en la parte de los servicios, en el sector terciario, que no genera tanto valor añadido», indica al referirse a puntos débiles (el efecto del verano en ese sector servicios se hará notar con los datos del siguiente trimestre).
Cantarero reconoce que es «uno de los crecimientos más bajos de la serie», aunque, puestos a comparar, se centra en los datos de 2023 –los anteriores están marcados por el coronavirus–. El año pasado se alcanzaron valores del 2,3%, 2%, 1,7% y 1,9%. Lo de ahora es una «bajada significativa» y el 0,2% de variación trimestral «nos vuelve hacia atrás en el tiempo con una falta de competitividad que hay que solventar». El catedrático pone el foco en la brecha entre municipios de la costa y del interior (más perjudicados por el desplome paulatino del sector primario) y en conceptos como una «baja productividad crónica» o la preocupación que debe existir porque se estanque la renta per cápita.
«Lo más importante, más allá del dato puntual, es la tendencia. Que se sostenga en el tiempo esa situación de crecer por debajo de la media nacional»
«Casi dos puntos en la cifra interanual y seis décimas en el intertrimestral. Es mucha distancia incluso para una comunidad mediana como la nuestra»
Preocupación hay también en el balance que hacen desde CEOE-Cepyme. «Los resultados confirman una tendencia que ya se viene detectando desde el segundo semestre del año pasado, y es la caída acentuada de la producción industrial y, en menor medida, del sector primario, que lastran el crecimiento global y nos separan de la media nacional. Estamos casi dos puntos por debajo en la cifra interanual y seis décimas en el intertrimestral. Es mucha distancia incluso para una comunidad mediana como la nuestra», señala su presidente, Enrique Conde, a preguntas de El Diario Montañés. Él pone el foco en la industria. «Los empresarios siempre hemos defendido que es y debe ser la columna vertebral de nuestra economía». Pero hacen falta, dice, «varios factores que ahora mismo no se dan».
Y enumera. Una especie de receta. «Más y mejores incentivos, no simples subvenciones» o «mejor planificación, mayor certidumbre y más predictibilidad legislativa», señala de entrada. Conde reclama «una fiscalidad atractiva que facilite el crecimiento empresarial y la llegada de nuevas inversiones y que nos permita competir razonablemente con las comunidades vecinas». Además, insiste con una de sus reclamaciones históricas desde que ocupa el cargo de presidente de la CEOE: «Simplificación de la burocracia». Pone ejemplos concretos. «Lo hemos visto en el sector primario y lo vemos también en la industria: las ayudas de los fondos europeos no se solicitan por lo interminable y complejo de la burocracia. Lo mismo ocurre con las licencias, los permisos y el conjunto de trámites municipales y regionales que es preciso cumplimentar para invertir. Se están dando pasos –el Gobierno tiene esta «simplificación administrativa» entre sus prioridades»–, pero necesitamos cambiar esta realidad con urgencia». Por último, desde CEOE-Cepyme Conde reclama «planes educativos y de formación profesional que sirvan para cubrir los perfiles que demandan las empresas y faciliten el relevo generacional, especialmente en el sector primario y en las pymes y micropymes».
«Enderezar esta situación –la de la industria, 'tocada' por numerosos factores exógenos en épocas recientes– y la inercia de los últimos años necesita un tiempo que muchos empresarios no van a tener», advierte Conde.
Saben que el dato del Instituto Cántabro de Estadística (Icane), en comparación con el que ofrece el INE a nivel nacional, refleja una distancia considerable. El crecimiento de la economía cántabra se queda lejos del de la media de todo el país. Pero matizan. Que la Revisión Estadística 2024 que ya se aplica al hacer los cálculos en el centro nacional aún no se recoge en la Contabilidad Regional de España (algo que no ocurrirá hasta diciembre). O sea, dicen desde la Consejería de Economía del Gobierno de Cantabria que los datos de la comunidad autónoma «sin ser malos, no reflejan la situación real». «Salimos peor parados de lo que realmente estamos», afirma el consejero, Luis Ángel Agüeros, a preguntas de este periódico sobre los resultados.
Desde la Dirección General de Economía publicaron ayer una nota en la que, en resumen, explicaban, entre otros aspectos, que los indicadores que utiliza el Icane no son los mimos que los del INE. Que no son «directamente comparables». «Eso hace que los de Cantabria y los de España no converjan como en realidad lo están haciendo». De hecho, aseguran que todos los estudios que ellos manejan (bancos, fundaciones...) van en otro sentido (el Colegio de Economistas señalaba recientemente una previsión de crecimiento del 2,3% en el segundo trimestre para la economía regional atendiendo a más de sesenta variables). «Todos los estudios reflejan otra cosa». Van más allá: «Esos indicadores que nosotros manejamos señalan que la economía sí que está acelerando su ritmo de crecimiento y convergiendo cada vez más con el dato nacional».
En este sentido, desde el equipo del consejero adelantan que tienen prevista una reunión a la que asistirán con la presidenta, María José Sáenz de Buruaga, con los responsables del Instituto Cántabro de Estadística para solicitar una modificación de esos indicadores y corregir esta situación. Indican, de hecho, que ya se han producido algunas dudas en los meses anteriores y que es algo que quieren solventar de cara a los futuros datos.
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