Cantabria es la cuarta comunidad con mejor calidad de vida del país

Son todos ellos aspectos dispares, unos basados en valores objetivos, como las cifras del paro, o la esperanza de vida; y otros más relativos, como el nivel de satisfacción que los ciudadanos tienen de sus relaciones sociales o de la oferta de ocio que los rodea. Hace tiempo que las ramas de la estadística más experimentales abordan estos análisis globales y heterogéneos porque la medición del bienestar y del progreso de las sociedades no puede basarse sólo en indicadores puramente económicos como es el Producto Interior Bruto (PIB). De esta manera, sólo si se acerca la lupa pueden aflorar los detalles.

Cantabria, por ejemplo, destaca en ciertos aspectos como la salud física, el medio ambiente, o la educación, todos datos objetivos;y sin embargo ocupa el triste anteúltimo puesto entre comunidades cuando se sondea a los ciudadanos sobre la satisfacción general que tienen con su vida. ¿Paradójico?

«En términos globales, en comparación con el conjunto de España, Cantabria se sitúa por encima, y esta posición se mantiene desde el inicio de la serie de datos de estos análisis del INE, que se retrotrae a 2008;pero hay que advertir que desde el 2020 esta distancia es cada vez menor. Es decir, estamos perdiendo calidad de vida», señala Juan Carlos Zubieta, catedrático y sociólogo de la Universidad de Cantabria.

Lo que el INEdenomina como seguridad física y personal es el apartado mejor valorado en este estudio. Hasta el punto de que Cantabria ostenta el primer puesto nacional. Es un dato que se constata cada vez que el Ministerio del Interior publica las cifras de criminalidad en todo el país. Una estadística que en la región deja cifras anecdóticas. «Somos una región pequeña y en ese sentido es fácil que no haya mucha criminalidad;pero es que en realidad tenemos una tasa de infracciones y delitos por debajo de la media en la proporción que nos corresponde como población», señalan fuentes de la Policía Nacional.

La percepción que los cántabros tienen de su entorno natural y el medio ambiente también es realmente buena. Casi tanto como la de los navarros, que disfrutan del primer puesto de España. Se evalúan aquí datos de contaminación, nivel de satisfacción con las zonas verdes y el entorno en el que se encuentran las poblaciones. Pero esto también puede tener un efecto pernicioso, según Florencio Enríquez, de Ecologistas en Acción:«La España más verde es cada vez más atractiva para el turismo y conviene saber gestionar esto porque podemos derivar en una masificación que sature los servicios», asegura el experto. «Hay que diseñar un plan para lo que pueda estar por venir, para que podamos seguir disfrutando de un turismo racionalizado y bien absorbido por la región, que no tiene una capacidad infinita».

Otro término objetivo, la Educación catapulta a Cantabria hasta el tercer puesto de España, por detrás de Navarra y La Rioja. Este valor lo integran cuatro indicadores que reflejan los niveles educativos alcanzados por los cántabros en diferentes franjas de edad. «Se obtiene buen resultado sobre todo por la satisfacción que existe con el aprendizaje continuo a lo largo de la vida, que por razones personales o profesionales aporta importantes valores de captación, permitiendo un importante nivel de desarrollo personal», señala José Luis Blanco, director General de Calidad y Equidad Educativa y Ordenación Académica. Esta información se recoge en la Encuesta de Población Activa para todas las personas de 25 a 64 años que viven en hogares privados.

Pese a esto, conviene no tocar las campanas porque en este caso la mejoría –Cantabria sube un puesto respecto a 2021–, no quiere decir que lo haga por méritos propios. «En realidad hemos empeorado en términos absolutos;pero Madrid ha caído más que nosotros y nos ha cedido el puesto», observa Blanco, que sigue poniendo la atención en la necesidad de trabajar para revertir esta tendencia negativa.

Lo que es indiscutible es que los cántabros muestran cada vez más descontento con la clase política. A este apartado el INElo denomina gobernanza y derechos básicos. «Esta dimensión se elabora, entre otros, con datos sobre confianza en el sistema político. En este sentido, en los últimos años, en Cantabria y en toda España la desafección política por parte de la población ha crecido de forma importante. En otros términos, el descrédito de la clase política ha aumentado», agrega Zubieta. Este sentimiento se ha acentuado, sin duda, en el último año con el afloramiento de los últimos casos de corrupción, como el que tuvo lugar en la Consejería de Obras Públicas y que tuvo mucho eco mediático.

Tampoco ayuda el puesto décimo que ocupa la comunidad en el apartado de 'ocio y relaciones sociales', que valora entre otros indicadores la confianza en los demás y la satisfacción con las relaciones propias. «Que esta dimensión esté bajando de forma tan acusada es un dato preocupante», alerta el catedrático.

Los cántabros tampoco valoran positivamente su salud. En este apartado se abordan cuestiones más objetivas, como la esperanza de vida al nacer o la morbilidad;y otros más subjetivos como la salud autopercibida o las necesidades médicas no satisfechas. La región está en el puesto 12 nacional. A la cola. «Lo que tenemos que hacer hincapié es en los factores que son corregibles», argumenta Antonio Juan Pastor, nuevo gerente del Hospital de Laredo. «Me refiero a que la prevención es la base de la medicina y, en este sentido, este punto valora el índice de masa corporal, el número de fumadores, etc. Todo esto son cuestiones que los ciudadanos deben cuidar porque eso no está en manos de los sanitarios», explica el director del centro pejino.

Cosa diferente es el tratamiento de las enfermedades que están en avanzado estado de desarrollo. «Ahí sí que contamos con hospitales importantes como el de Laredo, Sierrallana, Tres Mares o, sobre todo, Valdecilla, que está a la cabeza nacional en tratamiento de enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte, y el cáncer», explica Pastor. Una vez contemplan estas cifras, los expertos consultados por este periódico opinan que hay que seguir trabajando para mejorar los puntos débiles que se apuntan en este informe sobre la calidad de vida en Cantabria.

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