Cantabria es la cuarta región más segura del país a pesar del nuevo repunte de los robos

Pequeños hurtos en la calle, robos en establecimientos, entradas en viviendas. En los últimos años estos hechos, aunque de forma muy irregular en el tiempo porque sus responsables suelen ser grupos itinerantes que actúan durante unos días y rápidamente abandonan la región, han sido los que más han aumentado. Los agentes reconocen que estos allanamientos de morada son los que más impacto tienen en la población por la sensación de inseguridad que generan. Por eso se pusieron en marcha dispositivos especiales que «están dando resultados» en forma de detenciones. Se ha frenado la escalada, pero todavía no se ha logrado dar la vuelta a la tendencia y en el primer trimestre, aunque contenida, vuelve a haber una subida del 2,4% hasta los 505 hechos. Esto se traduce en casi tres casos al día. En algunos de ellos, los ladrones han entrado incluso con familias dentro del hogar.

Por localidades, el reparto es muy desigual si se analizan las cuatro de más de 30.000 habitantes, las únicas que aparecen en la estadística oficial. La mayor caída ocurrió en Torrelavega (de 64 casos en los primeros meses de 2018 a los 36 actuales) y también hubo buenas noticias en Castro Urdiales (de 36 a 22). El contrapunto lo aporta Santander (+24,8%) y sobre todo Camargo (+74,1%), a pesar que desde el Ayuntamiento ponen en duda este porcentaje, que no coincide con el que maneja el municipio. Si se suman los robos cometidos también en otras propiedades como tiendas o bares, el total en este mismo periodo es de 811 actos.

Pero el problema que ahora se manifiesta con más fuerza no es ese, sino los episodios que se encuentran en el capítulo de «robos con violencia e intimidación». De todos los apartados que analiza Interior es el que más crece en Cantabria, un 19,7%. Desde la Policía Nacional reconocen esos 91 casos de los que habla la Dirección General de Seguridad, pero precisan que en la mayoría de las ocasiones se trata de «acciones sobrevenidas». Es decir, que a diferencia de otros lugares -especialmente grandes ciudades nacionales-, no existen grupos organizados que se dediquen a cometer robos con métodos agresivos: «Suelen ser pequeños hurtos que acaban de esa forma. La persona trata de evitar que le quiten el móvil y el delincuente responde de forma violenta». Y los hurtos reales, que no pasaron de ahí y en los que no hubo violencia, fueron 2.287 (+2,7%).

Desde los sindicatos tanto de la Guardia Civil como de la Policía Nacional entienden que el aumento de la criminalidad en Cantabria, y especialmente el de los robos, tiene que ver con la falta de personal. Creen que el menor número de efectivos en las calles hace más difícil prevenir los delitos y posteriormente, también por ese mismo motivo las investigaciones se dilatan más en el tiempo.

La buena noticia es el descenso de las sustracciones de vehículos. «Ha habido dispositivos especiales, con un trabajo de análisis de los horarios y las zonas más habituales, y se ha notado con esa caída del 24,7%», apuntan desde la Policía Nacional en Cantabria.

Fuera de este ámbito, se mantiene el aumento de los delitos contra la libertad sexual, en esta ocasión un 7%. Aquí, colectivos y policías están de acuerdo en que se debe no tanto al aumento de los casos, sino a que las víctimas cada vez tienen menos miedo a denunciar. De los 46 contabilizados en toda Cantabria, dos fueron agresiones sexuales con penetración. Más datos. La misma fuente apunta a un homicidio consumado, que se corresponde al crimen machista ocurrido a comienzos de año en Laredo -el otro, el registrado en el municipio de Escalante, fue ya en el segundo semestre-, y a otros tres en grado de tentativa que se reparten entre Santander y Castro Urdiales.

Como ya ocurrió en el primer trimestre y como sucede también en el caso concreto de los robos en viviendas, Camargo es la localidad donde más aumenta la tasa de criminalidad general. En total, se cometieron 652, que es un 16,2% más que en el mismo periodo del año anterior. También creció en Santander, Torrelavega y Castro, pero en consonancia con la media nacional.