Cantabria descarta de momento el pasaporte covid y trata de convencer a los no vacunados

«Lo que sabemos es que todo lo que crezca el porcentaje de vacunación hará disminuir el riesgo», explica el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann. «Lo que se pretende es llamar a las personas que aún no se han vacunado, decirles que estamos en una situación de incremento de los contagios y advertirles de que quienes no estén protegidos contra el virus tienen más posibilidades de hospitalización y también de fallecimiento, y que se lo piensen».

La situación actual, según el doctor Wallmann, es de una transmisión comunitaria que va creciendo, con tendencia a la aceleración del ritmo de contagios que se refleja tanto en el progresivo aumento de las tasa de incidencia acumulada como de la positividad. «Se está propagando más, pero de momento no tiene un impacto sobre la hospitalización».

La situación sanitaria de otras autonomías es peor, de ahí que algunas, como el País Vasco y la Comunidad Valencia, hayan anunciado su intención de hacer ese uso alternativo del pasaporte covid, como ya sucede en Galicia, Cataluña, Baleares y Murcia. Aunque Cantabria no lo descarta, el máximo responsable de Salud Pública tampoco considera que se trate de la solución a todos los problemas. «El pasaporte covid se está utilizando en varias comunidades, pero tiene un uso muy limitado, como por ejemplo acceder a los locales de ocio nocturno. Pero hay que tener también en cuenta que, según confirman los estudios más recientes, el virus también circula entre las personas vacunadas y, de hecho, en este momento el 70% de los casos corresponden a personas que lo están. Esto quiere decir que si una persona con un certificado de PCR negativa accede a uno de estos establecimientos, también puede contagiarse, y entonces no se ha conseguido nada. Con el paso del tiempo, la vacuna va perdiendo efectividad a la hora de evitar una infección leve, aunque siga funcionando bien para impedir que la persona contagiada enferme de gravedad».

Precisamente la duración de esta defensa ante una evolución grave del covid es lo que hace confiar a los responsables sanitarios en que la sexta ola, que empieza a dejarse notar, lleve aparejada una presión asistencial menor que las anteriores.

Otros países están aplicando distintas medidas de presión para forzar a sus ciudadanos a vacunarse: la exigencia del pasaporte covid es una de ellas, como también el confinamiento para no vacunados. «Nuestra situación es mejor porque en España tenemos muchos más vacunados», apunta Wallmann. «La culpa de este repunte la tiene la variante Delta, que hace que la vacuna no funcione tan bien, y también el paso del tiempo, que hace que su efecto se vaya debilitando», razona.

Cantabria está a la espera de que el Consejo Interterritorial actualice y fije los nuevos limites de cada grado de alerta sanitaria, modificados por la vacuna, que ha hecho descender el porcentaje de ingresados y muertos entre los infectados por coronavirus. Así, en caso de llegar a determinados niveles, podría volver a utilizarse el semáforo covid.

Desde la Asociación de Hostelería, su directora general, Bárbara Gutiérrez, confía en que el sector no tenga que afrontar nuevas limitaciones. «Queremos ser prudentes y esperar a ver qué pasa. De momento parece que Cantabria no está mal aunque los datos vayan subiendo. Lo que no podemos es exponernos a que nos vuelvan a poner restricciones cuando estamos empezando a salir a flote. Habrá que ver si en su momento implantan de nuevo el semáforo covid, pero no contemplamos que vuelvan a establecerse limitaciones de aforo, ni mucho menos el cierre de interiores».