En Cantabria se diagnostican cada año un millar de cánceres digestivos

Según Rivera, coordinador científico del Simposio, los tumores digestivos son «los más frecuentes», tanto en diagnóstico como en mortalidad, siendo el más habitual el cáncer colorrectal. En conjunto, se estima que la incidencia en España alcanzará a 71.222 personas diagnosticadas en 2022 y la mortalidad a 36.821 personas.

Rivera ha explicado que «se está avanzando mucho» en nuevos tratamientos, aunque ha reconocido que esta llegada de innovación resulta «difícil asimilarla porque exige mucha formación», algo que es «esencial» y que precisa del apoyo de las Administraciones.

De hecho, en el Simposio los oncólogos que trabajan en el ámbito de los tumores digestivos han pedido acelerar el acceso a nuevos tratamientos para mejorar la supervivencia de los pacientes. Pese a ese «difícil acceso» a los nuevos tratamientos o técnicas quirúrgicas o radioterápicas, ha afirmado que en Cantabria se está haciendo un «esfuerzo muy importante» para hacer que llegue «lo mejor y cuanto antes». Según ha dicho, la comunidad ofrece «muy buen tratamiento» a los pacientes.

Sí ha apuntado que en España, en este ámbito, existe inequidad a la hora de abordar y tratar esta enfermedad ya que «depende» de cada comunidad e, incluso, de cada centro hospitalario.

Por su parte, el consejero de Sanidad, Raúl Pesquera, que ha participado en la inauguración del Simposio, ha destacado que todos los pacientes de Cantabria reciben un tratamiento de su cáncer exactamente igual, independientemente de su lugar de procedencia, gracias a la coordinación entre profesionales, que es «clave». Según ha afirmado, en los tres hospitales de la región y los equipos de Atención Primaria definen y consensúan los protocolos de diagnóstico, tratamiento y seguimiento.

Pesquera ha señalado que esta atención integral se sustenta en dos pilares fundamentales, como es el registro de tumores, para conocer su incidencia, características, proceso diagnóstico y terapéutico, y la supervivencia, que ayuda a «fijar pautas y objetivos» dentro de la calidad asistencial.

El consejero ha subrayado que la comunidad autónoma cuenta «con un registro de tumores muy evolucionado». En el Atlas de la Atención Sanitaria de Cantabria, recientemente actualizado, ya se incluye la cirugía oncológica y la intención es avanzar para seguir incorporando distintos tumores.

También ha valorado lo que supondrá el proyecto de la protonterapia en que está inmersa la comunidad autónoma, con el que los primeros pacientes podrían comenzar a tratarse «en el primer semestre de 2025» y se ha referido a programas que ya existen como 'Oncología en Red'. En el Simposio se ha explicado que los tratamientos más novedosos pueden beneficiar especialmente a aquellos pacientes con peor pronóstico y pocas opciones de tratamiento.

El presidente del Grupo TTD y jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Reina Sofía de Córdoba, Enrique Aranda, ha explicado que, por ejemplo, gracias a la secuenciación genómica de los tumores se han desarrollado terapias dirigidas, de modo que pacientes que tenían hasta el momento una enfermedad de muy mal pronóstico, sin estrategias terapéuticas eficaces, pueden ahora beneficiarse de un tratamiento específico modificando así la historia natural de la enfermedad.

Como ejemplo, ha indicado la terapia dirigida contra la mutación BRAF o contra la inestabilidad de microsatélites (MSI) en cáncer colorrectal, con mejoras en la supervivencia libre de progresión y la tasa de respuesta, y que puede considerarse «como un nuevo hito en el ámbito de la medicina personalizada de precisión».

Según se ha indicado en el Simposio, los tumores digestivos suponen todo un reto en la investigación contra el cáncer, ya que además de la alta incidencia protagonizan las menores tasas de supervivencia a cinco años. Así, el cáncer colon y recto es el más frecuente, con una estimación de 43.370 nuevos casos en 2022, y el de mayor mortalidad, con 15.125 fallecimientos en 2020.

El de páncreas, con una incidencia de 9.252 casos, es el que peor evolución tiene, liderando la menor supervivencia a cinco años tanto en hombres como mujeres, por delante de otros cánceres también digestivos como hígado y esófago.