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Cantabria ha conseguido poner el freno al «autobús covid en el que viaja toda la población» cada vez que el virus se dispara y la amenaza de caer por el precipicio (léase colapso sanitario) aparece en forma de curva pronunciada. Con este símil describió el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann, la evolución de la pandemia en la región. «En este momento, ese autobús va a 289 kilómetros por hora, cuando hace dos semanas iba a 400, con riesgo de salirse de la carretera». Velocidades que se corresponden con la incidencia acumulada de contagios por cada 100.000 habitantes, que en ese espacio de tiempo se ha reducido un 30%. «Somos nosotros mismos los que lo frenamos conjuntamente; cada uno, cumpliendo adecuadamente las medidas de prevención, pone su pequeño peso en ese freno», subrayó el epidemiólogo. Así, la tercera ola se contiene, aunque aún tardará en verse el efecto dentro de los hospitales -el martes había 148 ingresados, 32 de ellos en Cuidados Intensivos-, mientras avanza el plan de vacunación en la medida que marcan los envíos de las farmacéuticas.
«Somos la comunidad autónoma que más adelantada lleva la vacunación», subrayó el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, que avanzó que «esta misma semana se empieza a inmunizar a una pequeña muestra de grandes dependientes que viven en sus domicilios» (los no institucionalizados, incluidos también en esta primera fase de la estrategia). «Un grupo que se solapará con el de la población mayor de 80 años, que también está previsto su inicio la próxima semana» (antes incluso de los plazos que maneja el Ministerio), bien a través de los centros de día a los que acudan -en paralelo se vacunará al personal de los mismos- o con cita en su correspondiente centro de salud, una pata de la campaña que depende directamente de la gestión de Atención Primaria, descabezada tras las dimisiones de la gerente, Alicia Gómez, y de su directora médica, Beatriz Josa, a raíz de la polémica suscitada por la vacunación de la madre de esta última antes de tiempo.
«Afortunadamente, la sanidad funciona independientemente de los cargos directivos», respondió el consejero cuando se le preguntó por ese vacío en el equipo de mando. «La Atención Primaria va a dar la talla, aunque se vaya la gerente, que por el momento sigue en su puesto», añadió, sin dar pistas sobre el relevo en ciernes. Ayer, precisamente, en el seno del Consejo Interterritorial de Salud las comunidades expresaron como «máxima prioridad» la vacunación de los mayores de 80 años cuando antes, por ser «la edad un factor de riesgo en el covid».
Rodríguez señaló, además, que en estos días finaliza la remesa de segundas dosis al personal sanitario del Servicio Cántabro de Salud que quedaba pendiente, al tiempo que se ha emprendido la inmunización de los profesionales del ámbito privado, tanto en hospitales como a través de colectivos específicos, caso de odontólogos y fisioterapeutas, que ya han recibido el primer pinchazo. Sobre la aceptación de la vacuna, Wallmann subrayó que «probablemente llegará al 90%» en el colectivo sanitario, «una respuesta espectacular». En torno al 10% restante rechaza la inyección, aunque no se ha precisado si por contraindicaciones o por decisión propia.
COMPLICACIONES
NUEVAS CEPAS
La mejoría de los datos de contagios -el martes se diagnosticaron 95 positivos, por debajo del centenar por quinto día consecutivo-, acompañada de la favorable evolución del resto de «pilotos rojos» que sirven para medir la expansión del virus -la positividad se sitúa en el 6,3% y la ocupación hospitalaria, por debajo del umbral del 10%-, son las que han permitido levantar las restricciones impuestas hace justo dos semanas en los cuatro municipios cántabros con un nivel de covid disparado: Laredo, Colindres, Santa María de Cayón y Polanco.
En estos momentos -explicaron- no hay ningún otro caso en el radar de vigilancia de Salud Pública. El consejero comunicó el fin del cierre perimetral de dichos términos municipales, recordando también que la situación epidemiológica no deja aún modificar el resto de las medidas destinadas para contener la propagación del coronavirus. En los próximos días se evaluará la posible reapertura de las grandes superficies comerciales el fin de semana y, aún tendrá que rebajarse el nivel de riesgo otro escalón -la región lleva dos días en alerta 3 (riesgo alto)- para abrir la mano con el sector hostelero y permitir el uso del interior de los locales. Por el momento, el negocio sigue limitado a terrazas y servicio a domicilio. Y sobre las decisiones que dependen del presidente del Gobierno regional, avanzó que la propuesta de Sanidad será el mantenimiento del cierre perimetral de la comunidad y del toque de queda a las diez de la noche.
En el repaso de situación, Wallmann confirmó que la cepa británica sigue imponiéndose. Se detecta en el 46% de las muestras aleatorias analizadas. «La buena noticia es que en números absolutos desciende en correlación con la cepa salvaje, lo que significa que las medidas de prevención funcionan también con ella», apuntó. Sin embargo, respecto a las variantes brasileña y sudafricana, que «nos preocupan», «aún no tenemos datos de secuenciación donde se puedan identificar». La ministra Carolina Darias confirmó ayer un caso de la primera y dos de la segunda en España.
El balance covid del martes en la región se cerró con un acumulado de 3.566 casos activos (3.418 en cuarentena domiciliaria), en una jornada sin víctimas mortales. La pandemia ha costado la vida ya a 492 personas en Cantabria.
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