Cantabria empezará a vacunar este lunes a los mayores frente a la variante Ómicron

Los usuarios de residencias de mayores y el personal sociosanitario que los atiende forman parte de ese primer grupo a proteger. En este caso, los profesionales de Atención Primaria se desplazarán a los centros para realizar la vacunación. Este lunes, empezarán en la residencia La Loma, de Castro Urdiales, y en la de San Francisco II, en Reinosa.

También están incluidas en esta primera fase de la campaña las personas mayores de ochenta años, aunque en este caso será su centro de salud el encargado de citarlas para ser vacunadas. Con el fin de avanzar en la protección de los cántabros en este tramo de edad, también se hará captación oportunista de aquellos que acudan al centro de salud por otro motivo y se les pueda vacunar sobre la marcha. Los siguientes receptores de la vacuna serán los profesionales sanitarios.

Para afrontar esta vacunación, Cantabria va a recibir vacunas actualizadas a las diferentes variantes del covid: en una primera remesa está prevista la llegada de 80.640 dosis de la vacuna de Pfizer BA4/BA5 y 15.600 dosis de la vacuna de Moderna BA1/Orig20, adaptadas a los diferentes linajes de Ómicron.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, adelantó que España ya dispone de 10 millones de dosis y espera recibir hasta 44 millones antes de final de año. Según detalló la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) cuando aprobó, el 1 de septiembre, los nuevos compuestos, «estas vacunas son versiones adaptadas de las vacunas originales Comirnaty (Pfizer/BioNTech) y Spikevax (Moderna) destinadas a atacar la subvariante Ómicron BA.1, además de la cepa original de SARS-CoV-2».

Las vacunas se actualizan para que coincidan mejor con las variantes que circulan, y la EMA recuerda que estas dosis son altamente efectivas si antes se ha recibido la pauta completa. Sobre los efectos secundarios, los ensayos apuntan a que son similares a los de las anteriores vacunas, leves y de corta duración.

La situación de la pandemia parece controlada, con la incidencia acumulada y la ocupación de las UCI en mínimos, pero no se puede descartar que en cualquier momento surjan complicaciones, como un posible aumento de los casos en otoño o la aparición de nuevas variantes más contagiosas, unos riesgos que en parte se mitigarán con este segundo pinchazo de refuerzo.

España ha sido un país ejemplar en la vacunación contra el covid, con una tasa del 92'8% de vacunados con las dos primeras dosis. Pero en el tercer pinchazo ha comenzado a notarse lo que los expertos denominan 'fatiga vacunal' y el índice de quienes tienen esta primera dosis de refuerzo ha caído, aunque no entre los mayores de setenta años, donde está en el 92,6%. Pero la buena evolución de la pandemia y debates como el del fin de la mascarilla en el transporte público pueden hacer que determinadas personas no la vean tan necesaria.

En cualquier caso, este invierno van a convivir el covid, la gripe y los virus sinciciales, y algunas personas son muy vulnerables por no haber pasado estos virus en los últimos años por las medidas de protección, una situación que amenaza con tensionar de nuevo el sistema de salud.