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Cantabria empieza a reforzar la vacunación de la meningitis en los adolescentes, población con mayor riesgo de contagio, como han hecho ya el resto de comunidades autónomas siguiendo las instrucciones del Ministerio de Sanidad. La Dirección General de Salud Pública acaba de ... dar instrucciones a los centros de salud, que están recibiendo las nuevas dosis, para que a los niños que acudan a la revisión de los 12 años ya no se les administre la vacuna del meningococo C, que es la que se ponía hasta ahora, sino que sea reemplazada por la llamada tetravalente, que protege también frente a serotipos de la enfermedad meningocócica antes infrecuentes pero que han aumentado en los últimos años. Así, la nueva composición incluye las variantes A, C, W e Y.
En los últimos meses, y sin saber cuándo se incorporaría por fin a la financiación pública, los pediatras de Atención Primaria de la región informaban a las familias de la existencia de esta vacuna más completa, indicando que podían comprarla por su cuenta en la farmacia (54 euros). Pero ahora se proporcionará gratis en los casos que determinó hace diez meses la Comisión del Salud Pública y que ratificó en mayo el Consejo Interterritorial. En aquel acuerdo se establecía la vacunación sistemática de los adolescentes, de tal forma que se sustituya de forma gradual la vacuna establecida en el calendario común a los 12 años, «debiendo estar implementada en todo el país en 2020». Todas las comunidades, salvo Cantabria, habían dado ya ese primer paso. Pero además, se indicaba también una vacunación de rescate coordinada en todas las autonomías en el plazo de 2 o 3 años para garantizar la cobertura de la población hasta los 18 años de edad. Es decir, que los menores de 13 a 18 años se irán revacunando de forma progresiva también -varias comunidades han iniciado esta campaña especial de inmunización-, aunque en la región falta por definir el orden (aún se está diseñando el protocolo).
Desde Salud Pública señalan que «se están siguiendo los pasos habituales para llevar a cabo este compromiso». En octubre la Consejería de Sanidad adquirió 25.000 dosis de la nueva vacuna (Nimenrix) al laboratorio Pfizer, una compra derivada del acuerdo marco estatal que ha costado 817.700 euros. La incorporación de la tetravalente era una demanda de los pediatras cántabros, en sintonía con las sociedades científicas nacionales, que defienden también que ese cambio se amplíe a la dosis indicada a los doce meses de vida, como han hecho ya Castilla y León y Andalucía.
Cabe recordar que la enfermedad meningocócica (meningitis o sepsis) es una enfermedad infecciosa muy grave, con alrededor de un 10% de mortalidad y una alta probabilidad de complicaciones neurológicas, en algunos casos dejando secuelas. Hace justo un año, en una carta remitida a Sanidad, la Sociedad de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria urgía a «poner al día el calendario infantil», porque «está cambiando la epidemiología de la meningitis». Entonces, aún no se había dado ninguna infección en Cantabria causada por estos gérmenes antes infrecuentes, pero Valdecilla ha confirmado ya el primer menor afectado por el W.
Los datos de vigilancia epidemiológica en España constatan un notable incremento, hasta el punto de que en la temporada 2018/19 los serogrupos ACWY suponen un 44% del total. El análisis de esos datos refleja la tendencia ascendente. A modo de ejemplo: el último balance recoge 82 casos del W y 49 del Y, casi el doble que el ejercicio anterior y diez veces más que cinco años antes.
En Cantabria, la incidencia de meningitis es «extremadamente baja» (4 casos en 2018 y 4 en 2019), y «no sólo se trata de población infantil, sino que de estos ocho últimos casos, seis correspondían a adultos y sólo dos a los serotipos W o Y. En consecuencia, la mortalidad y las secuelas graves, tan frecuentes antaño, apenas se están produciendo».
En los últimos años del pasado siglo «llegó a constituir uno de los principales problemas de Salud Pública», especialmente en edades infantiles, sobre todo a partir de 1996, año en el que se produjo la aparición de forma generalizada del meningococo C, «lo que unió a su alta incidencia, un repunte importante de la mortalidad». Durante esos años el promedio de contagios en Cantabria era de unos 50 anuales, la mayor parte (por encima del 70%) en menores de 14 años. El máximo histórico se dio en 1997, con 116 casos declarados. La recesión de la enfermedad llegó a partir de la primera década del siglo XXI, «en parte por su propia estacionalidad polianual y en gran medida por las políticas vacunales, como la incorporación en 2000/2001 de la vacunación en calendario frente al meningococo C», explica Sanidad.
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