Cantabria entra este lunes en la 'fase 0' tras una segunda jornada de paseos más tranquila

Cantabria ya está lista para afrontar la fase cero de la desescalada de esta nueva etapa del confinamiento provocado por el Covid-19. Tras un intenso fin de semana de inicio de paseos y deporte individual permitidos -el sábado con afluencia desmedida y el domingo más comedida- hoy se abre una nueva etapa en la que volverán a la actividad los locales comerciales y negocios, únicamente con cita previa, y la hostelería con servicio de comida para llevar. Ha llegado la hora de las peluquerías, uno de los servicios más demandados tras la cuarentena y que ahora se enfrentan a listas de espera kilométricas para atender «uno a uno» a cada cliente.

Antes de pasar a la nueva fase, este domingo la burbuja de personas que aprovechó la primera franja horaria del día para pasear o hacer deporte se desinfló tímidamente. Las principales arterias de Santander y los arenales de la ciudad mostraron gran afluencia de personas que disfrutaron de una jornada de temperaturas agradables, aunque no tan soleada como la del sábado. «A más de uno se le han pegado hoy las sábanas. Si es que en el fondo somos unos ansiosos y queremos salir los primeros y nos cansamos el primer día», explicaba Estefanía Mora durante su paseo por la zona de Puertochico. No obstante, puso de relieve que el tráfico de gente todavía era bastante grande. «Quizá habría que pararse a pensar si compensa poner horarios o no», resaltó.

Uno de los perfiles que más se repitió el sábado, y no tanto el domingo fue el de los 'runners'. «El sábado corrí por Las Llamas y terminé en El Sardinero. Hice ocho kilómetros en un tiempo mejor del que esperaba tras dos meses parado, pero este domingo tengo los músculos bastante tocados así que toca solo paseo», comentó Roberto González. Ha cambiado sus playeras por los pies descalzos y una caminata tocando el agua del mar. «Esto es vida. Sí que hay un pelín menos de gente pero sigue habiendo bastante, aunque creo que se están cumpliendo bien las distancias».

Los que han cogido el arranque de la actividad física individual con más ganas son los ciclistas y los surfistas. Estos dos deportes fueron protagonistas este fin de semana tan especial en la capital y resto de municipios cántabros. José Ignacio Mirones ha salido los dos días en su bicicleta desde bien temprano. «A las siete ya estaba rodando. Ayer y el sábado me he encontrado con muchísimos aficionados por toda la ciudad pero, sobre todo, por la S-20. Sabía que había afición, pero no tanta. Y a pesar de ser el segundo día parece que no nos hemos rajado».

Marco Valle y su tabla tampoco fallaron ayer a su cita con las olas en la segunda del Sardinero. «Me acosté nervioso sabiendo que hoy volvería a coger olas. Para nada me he planteado no venir. Tengo alguna agujeta, eso sí, pero se quitan haciendo más deporte».

Otra diferencia respecto al primer día de las salidas fue el despliegue policial a lo largo de Santander. Patrullas a la entrada y salida de la ciudad, en el túnel de Tetuán o en Puertochico controlaron el tráfico de vehículos, que en las calles Castelar, Gamazo, Reina Victoria y la Avenida del Stadium estuvo restringido únicamente a taxis, autobuses y residentes para favorecer la movilidad peatonal. Nuevamente, algunos vecinos que apuraron demasiado la hora de volver a casa fueron avisados por los agentes, aunque señalaron que son «una pequeña minoría».

Y pasado este fin de semana histórico, la «nueva normalidad» espera a pequeños locales comerciales y negocios que hoy después de 50 días vuelven a subir la persiana. Las peluquerías de la región están desbordadas con unas listas de espera cada vez mas largas para atender a centenares de clientes. Siempre de forma individual y con cita previa, extremándose las medidas de protección, con mascarillas, guantes, mamparas y máquinas de ozono y guardando la distancia de seguridad. Una vuelta al «tajo» que para empresarios y comerciantes de la región está «llena de incógnitas y de dudas».

«Estamos preocupados, creemos que empezar mañana -por hoy- es algo precipitado». La presidenta de la asociación de peluqueros de Cantabria, Inma Mata, reconoce que en el sector hay «mucha incertidumbre» con el plan de desescalada y el anuncio de la reapertura porque no hay una directriz clara sobre «cómo lo vamos a tener que hacer, y cómo vamos a atender a toda esa gente si solo lo podemos hacer uno a uno».

Con dudas pero optimista se prepara para la vuelta Ainhoa Ceberio, gerente de Cadacasa (agencia inmobiliaria), que dice que «ha sido un ejercicio de locos pero hay un servicio que ofrecer». «El sector inmobiliario es el gran olvidado por parte del Estado, que no nos considera empresas de cierre forzoso pero se nos prohibe hacer visitas a las viviendas, algo fundamental para cerrar operaciones y obtener ingresos y, por otra parte, ni se nos menciona en los epígrafes de actividad para ayudas a autónomos del Gobierno de Cantabria», critica. Ainhoa explica que por «compromiso» con sus clientes sigue anunciándose en los portales de pago y a los gastos fijos y de personal suma la incorporación de nuevas tecnologías, como es la firma digital para contratos de arras no presenciales. En cuanto a medidas, asegura que «la seguridad de mis trabajadores, colaboradores y clientes es una prioridad y por eso estoy hoy domingo en la oficina. He contratado mascarillas, guantes y geles pero la mampara que he encargado está en lista de espera. Mañana -por hoy- tengo una firma en notaría y hemos concertado citas programadas, pero hasta el día 11 no abrimos al público. Espero que para entonces llegue la mampara». En el grupo de hostelería, La Dársena también han aprovechado el confinamiento para formarse y reforzar las medidas de higiene y limpieza. «Hasta ahora hemos repartido a domicilio, ahora trabajamos en el servicio de comida para llevar durante toda la semana y luego en la siguiente fase estaremos listos con las mesas de la terraza», apunta Javier Collado.