Cantabria entra en la 'nueva normalidad'

El decreto cántabro señala que comunidad entra en la 'nueva normalidad' a «la vista de la evolución de la crisis sanitaria» en su territorio, con lo que «quedan sin efecto» en Cantabria todas las medidas derivadas de la declaración del estado de alarma el 14 de marzo

Destaca, además, que la Dirección General de Salud Pública, con fecha 17 de junio de 2020, «ha informado favorablemente la entrada de Cantabria en la situación de 'nueva normalidad', siempre que se mantengan los indicadores sanitarios y epidemiológicos favorables existentes en el momento actual, y remitiendo su regulación a las medidas sanitarias que se adopten por el consejero de Sanidad».

El escueto decreto en realidad se remite al Real Decreto Estatal en el que se fijan las cosas permitidas y no en esta 'nueva nornalidad' que regirá para toda españa a partir del día 21, pero que en Cantabria se adelanta a esta noche. Su aprobación ha tenido lugar durante e Consejo de Gobierno de este mismo jueves, tras el que el vicepresidente y portavoz del Ejecutivo, Pablo Zuloaga, ha explicado el alcalce de las nuevas medidas.

Así, además del decreto del presidente regional, Miguel Ángel Revilla, en el que se establece el fin de la alarma en la comunidad autónoma y la apertura de la movilidad con el País Vasc o, en el Consejo de Gobierno se ha analizado la orden de Salud Pública que regula la nueva normalidad de Cantabria, con las pautas que habrá que cumplir en distintos ámbitos y el régimen sancionador. Las premisas fundamentales son el uso de mascarilla, mantener la distancia de seguridad de metro y medio, y la higiene constante de manos con agua y jabón o hidrogel.

A partir de que se levante la alarma decae la flexibilización de las limitaciones de aforo en función de los habitantes que hasta ahora había en Cantabria, de manera que las pautas de la nueva normativa de Salud Pública son de aplicación en toda la comunidad autónoma sin distinciones.

Zuloaga ha explicado que con la apertura de la movilidad y la temporada turística hay núcleos cuyo censo de habitantes no se corresponde con el número real de población que albergan, por lo que la flexibilización para menos de 5.000 habitantes, donde el aforo era del cien por cien, ya no tendría sentido.

La nueva norma establece que para bares, restaurantes, establecimientos de hostelería, tiendas, centros comerciales, bibliotecas, centros culturales o monumentos el aforo máximo es de un 75 %, que se reduce a un 50 % en albergues e instalaciones turísticas, y a un tercio en discotecas, pub y locales de ocio nocturno.

Las terrazas mantienen el cien por cien y las actividades de grupos como las visitas museísticas y culturales tendrán un máximo de 25 personas, mientras que las de turismo activo y de naturaleza llegarán a 30.

Además, se regula la asistencia máxima en bodas, que al aire libre se fija en 150 personas y en espacios cerrados 75, y para velatorios y entierros, que es de un máximo de 50 personas en exterior y 25 en interiores.

En los lugares de culto el aforo será del un 75 % y se deberá usar mascarilla con carácter general.

Los conciertos y espectáculos pueden celebrarse con hasta 1.000 personas si son al aire libre siempre y cuando se respete el 75 % del aforo previsto y se cumplan unas medidas de seguridad: asistentes sentados y con medidas de control en entrada y salida, además del hidrogel.

Las actividades deportivas también se regulan, de modo que en los eventos deportivos podrán participar un máximo de 300 personas, y los que cuenten con público podrán tener un máximo de 300 personas en espacios cerrados y de 1.000 si es al aire libre.

En las piscinas deportivas habrá un máximo de 30 personas con la distancia de un metro y medio, y en las lúdicas y comunitarias el aforo máximo será de un 75 %.

En las atracciones de feria en las que los elementos dispongan de filas de asientos podrá ocuparse un 75 % por cada una, con la máxima distancia posible y con mascarilla si no es posible dejar metro y medio. Donde no haya asientos el aforo será de un 50 %, y si por la dinámica de la instalación no se puede guardar la distancia se bajará a un 30 %

La norma también regula las playas y la apertura de los parques infantiles, fijando unos requisitos que deberán cumplir los ayuntamientos y que, en el caso de los parques, pasan por la desinfección de las instalaciones y la distancia social.

Para las playas se determina que tiene que haber distancia de metro y medio y que los grupos deberían ser de un máximo de 25 personas. Se permite el uso de luchas y lavapiés al aire libre, pero solo podrán ocuparlos una persona.

El ámbito educativo y de políticas sociales queda pendiente y lo han de regular las consejerías correspondientes con el visto bueno de Salud Pública.

El vicepresidente ha vuelto a hacer un llamamiento a la responsabilidad de todos y ha asegurado que Cantabria llega a esta fase de la desescalada «con total garantía» para la salud pública, pero ha añadido que todo depende de cómo se comporte la población.

«Se acabó la desescalada, hemos llegado a la fase final dos días antes que otras comunidades autónomas y lo hacemos con total garantía sobre la salud pública. Nuestros hospitales, centros de salud y la atención primaria están preparados para asumir el reto que supone la nueva normalidad pero todo eso depende de cómo nos comportemos como colectivo y también de manera individual», ha advertido.

Zuloaga ha recalcado que en Cantabria se han hecho «las cosas bien», primero frenando la evolución de la crisis sanitaria y después avanzando en cada fase de desescalada, y ha recordado que mientras no haya vacuna hay que convivir con el virus.